Hace
poco nos dio una conferencia el profesor Pier Paolo Saviotti, de la
Universidad de Pisa, cuya idea central era que las regiones y países que
producen de manera diversificada, son las más capacitadas para hacer
frente a las crisis; son economías más desarrolladas, con más
productividad y renta, y oportunidades de empleo.
Siempre me ha llamado
la atención cómo en Suiza junto a las granjas están las fábricas,
cultivan un turismo de alto nivel -no incómodo-, que permite pagar bien
al personal, y tienen unos servicios financieros y tecnológicos
sofisticados; incluso hay una importante flota con bandera suiza, aunque
esto es una excentricidad que sale cara a un país sin mar. Una
economía así diversificada permite adaptar el empleo, reorientándolo
hacia nuevas ocupaciones, pues hay alternativas y mano de obra que se
cualifica permanentemente.
El pasado fin de semana falleció Ambrosio Sempere Flores,
catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Murcia, y alumno
de la primera promoción de economistas de Andalucía en la facultad de
Málaga. En una vida dedicada a la docencia y la investigación, defendió,
precisamente, que la economía productiva debería apoyarse en una
inversión tecnológica muy intensa para competir y diversificarse.
Sus
estudios sobre la agricultura y el agua, que se remontan a hace más de
cuarenta años, bajo la dirección del estadístico y económetra cordobés
Alfonso García Barbancho, van en esta línea de aplicar la tecnología del
más alto nivel disponible en cada momento para hacerla competitiva
internacionalmente, y además crear actividades relacionadas.
Hoy día, si en la agricultura se hubiera invertido adecuadamente en investigación y sus desarrollos, incluyendo aplicaciones de tecnología de la información, bases de datos, e inteligencia artificial a la ingeniería de productos, al marketing y la demanda, tendríamos no uno sino varios sectores relacionados, con un potencial inimaginable.
Hoy día, si en la agricultura se hubiera invertido adecuadamente en investigación y sus desarrollos, incluyendo aplicaciones de tecnología de la información, bases de datos, e inteligencia artificial a la ingeniería de productos, al marketing y la demanda, tendríamos no uno sino varios sectores relacionados, con un potencial inimaginable.
Ambrosio
Sempere vio muy pronto que la agricultura sufría el mismo proceso que
otras industrias, y era desplazada por la construcción y el turismo,
que se consideraban más rentables, lo que podía ser cierto con una
agricultura muy tradicional, pero de ninguna manera para las
producciones que se abren a partir de una agricultura de muy alto nivel.
Sus trabajos sobre la huerta de Murcia y el uso del agua son pioneros y generalizables a otros espacios de nuestra tierra; tuve ocasión de colaborar con él en uno de los primeros trabajos que se hicieron sobre agricultura, urbanismo, e impacto ambiental.
Sus trabajos sobre la huerta de Murcia y el uso del agua son pioneros y generalizables a otros espacios de nuestra tierra; tuve ocasión de colaborar con él en uno de los primeros trabajos que se hicieron sobre agricultura, urbanismo, e impacto ambiental.
Hay otro aspecto a
destacar de la vida académica de Ambrosio Sempere, pues en una época en
que aparecen tantas imágenes frívolas de la Universidad y la enseñanza,
hay que poner ejemplos de personas que escribieron textos útiles,
dirigieron tesis doctorales de nivel, crearon equipos de trabajo,
dedicaron tiempo a instituciones científicas-entre otras, Ambrosio fue
presidente de la Asociación de Ciencia Regional, y de Arethuse, la
asociación de las universidades de la Europa del Sur, que nació en
Andalucía en 1981-, y quedan entre nosotros como una referencia de que
hay cosas valiosas por las que seguir trabajando.
(*) Catedrático de Política Económica en la Universidad de Málaga
Ambrosio Sempere Flores inició su carrera docente como profesor ayudante de clases prácticas, que era como se entraba en la Universidad de Murcia (UMU). Cubriendo etapas con brillantez, llegó a ser catedrático de Economía Política y Hacienda Pública, cátedra que posteriormente pasó a denominarse Economía Aplicada.
Empezó sus enseñanzas en la vertiente de economía en la Facultad de Derecho, publicando un libro sobre esta materia, que fue de gran utilidad para los estudiantes. Después, pasaría a las enseñanzas de Hacienda Pública en la Facultad de Economía y Empresa con la denominación de Economía del Sector Público.
Fue un profesor que, en la estructuración de la Universidad de Murcia en departamentos, trabajó con inteligencia y la debida persuasión e insistencia hasta conseguir el departamento de Hacienda y Economía del Sector Público, del que fue director durante mucho tiempo. Su magisterio era muy bien recibido por sus alumnos, tanto por los de la Facultad de Derecho como por los de Economía y Empresa.
Ambrosio Sempere compatibilizó su actividad universitaria con la presidencia de la Asociación Internacional de Economistas Arethuse y fue también director regional de la Asociación de Economía Regional Española. Él era una persona encantadora, con un finísimo sentido del humor, e intentaba que sus amigos lo fueran cada día en mayor medida.
Durante todos los años que lo he tratado y he gozado de su amistad, he podido comprobar que la inteligencia y la simpatía eran los rasgos reconocidos unánimemente por todas las personas que lo conocían.
Ayer, en la iglesia parroquial de la pedanía murciana de Santo Ángel, se celebró una misa de difuntos a la que asistimos cuantos tuvimos el gozo de compartir su vida.
Un apasionado de la economía
Ambrosio Sempere Flores inició su carrera docente como profesor ayudante de clases prácticas, que era como se entraba en la Universidad de Murcia (UMU). Cubriendo etapas con brillantez, llegó a ser catedrático de Economía Política y Hacienda Pública, cátedra que posteriormente pasó a denominarse Economía Aplicada.
Empezó sus enseñanzas en la vertiente de economía en la Facultad de Derecho, publicando un libro sobre esta materia, que fue de gran utilidad para los estudiantes. Después, pasaría a las enseñanzas de Hacienda Pública en la Facultad de Economía y Empresa con la denominación de Economía del Sector Público.
Fue un profesor que, en la estructuración de la Universidad de Murcia en departamentos, trabajó con inteligencia y la debida persuasión e insistencia hasta conseguir el departamento de Hacienda y Economía del Sector Público, del que fue director durante mucho tiempo. Su magisterio era muy bien recibido por sus alumnos, tanto por los de la Facultad de Derecho como por los de Economía y Empresa.
Ambrosio Sempere compatibilizó su actividad universitaria con la presidencia de la Asociación Internacional de Economistas Arethuse y fue también director regional de la Asociación de Economía Regional Española. Él era una persona encantadora, con un finísimo sentido del humor, e intentaba que sus amigos lo fueran cada día en mayor medida.
Durante todos los años que lo he tratado y he gozado de su amistad, he podido comprobar que la inteligencia y la simpatía eran los rasgos reconocidos unánimemente por todas las personas que lo conocían.
Ayer, en la iglesia parroquial de la pedanía murciana de Santo Ángel, se celebró una misa de difuntos a la que asistimos cuantos tuvimos el gozo de compartir su vida.
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