Después de nueve meses de especulaciones, el ex primer ministro
francés Manuel Valls ha confirmado que se presentará a las elecciones
municipales de Mayo: “Quiero ser el próximo alcalde de Barcelona”. Lo
hará, encabezando una “plataforma transversal” todavía por configurarse
en la que, ha dicho, quiere sumar a personas de distintos contextos y, a
varios partidos, entre ellos Ciudadanos, aunque, con habilidad, ha
querido que no se identificara su propuesta exclusivamente con la del
partido de Albert Rivera, porque pretende que le voten socialistas e
incluso, seguidores del PP.
El anuncio ha provocado una notable expectación en Barcelona, en un
escenario donde los independentistas han iniciado una notable batalla
por ocupar el otro edificio de la Plaza de Sant Jaume, junto al Palau de
la Generalitat, a pesar de que aparecen divididos entre Junts
XCatalunya y Esquerra, formación esta última que acaba de cambiar de
candidato, substituyendo al elegido por las bases, Albert Bosh, por
Ernest Maragall, hermano del que fue Presidente de la Generalitat y que
sigue teniendo un especial atractivo mágico para ese mundo.
El Partido
de Puigdemont todavía no tiene candidato y la más perjudicada seria la
actual alcaldesa Ada Colau de “En Común Podemos”. Valls, nacido en
Cataluña, ha anunciado que se quedará en Barcelona incluso si no gana y
que renunciará a todos sus cargos en Francia, donde su candidatura ha
producido una gran expectación, sorpresa e incluso ataques, chanzas y
comentarios irónicos.
“La candidatura de Manuel Valls al Ayuntamiento de Barcelona -dice L’Opinion–
no merece ninguna ironía. Un ex jefe de gobierno se presenta ante
electores de otro país de la Unión Europea: la iniciativa es inédita.
El símbolo es, todavía, más fuerte si se tiene en cuenta que Valls
nació en una España no democrática que nadie imaginaba podía entrar,
en una generación, en la CEE. Los defensores de Europa deberían apoyarle
en este momento en que los partidarios del repliegue en el interior de
las fronteras nacionales están tomando el poder en Italia, en, Hungría
y desde Polonia hasta Suecia siguen ganando terreno en todos los
países” Por otra parte Manuel Valls se había comprometido en una lucha
contra los independentistas de Cataluña, “encarnación local de los
populistas que roen el continente.”
Manuel Valls quiere renacer en Cataluña, señala Le Figaro que
reconoce que el terreno político es resbaladizo. En Barcelona, un
frente de independentistas espera – desde hace varios meses – a un Valls
que ha multiplicado sus declaraciones a favor de la unidad de España.
Sin embargo, Valls espera que se llegada sorpresa despierte a la élite
pro europea de la ciudad y asimismo espera poder entrar en el juego
político de esta elección proporcional a una vuelta. Su estrategia
política es una estrategia “macronista”, pero aplicada del otro lado de
los Pirineos. “Sobre todo, cuenta con el descontento de parte de la
población que lamenta que la ciudad se encierre sobre sí misma. Cerca
de 2000 empresas han cambiado su sede fuera de Cataluña desde que los
independentistas han tomado fuerza.”
Para Les Echos, el anuncio ex primer ministro es algo
inédito: nunca un responsable político de primer plan se había
presentado a la Alcaldía de la ciudad de otro país. Para Manuel Valls,
que quiere representar una tercera vía entre unionistas e
independentistas, empieza lo más difícil: imponerse. ¿Un francés para
dirigir la segunda ciudad de España? Se pregunta el periódico para
afirmar que aunque haya nacido en Barcelona, las oportunidades del
hombre de ‘las dos izquierdas irreconciliables’ parecen débiles. Pero
no nulas. La hipótesis, que parecía totalmente incongruente hace seis
meses en una región en pleno desafío independentista, ha crecido, con
la instauración de un equipo que ha esbozado un nuevo perfil para el
candidato.
Incluso la prensa alemana como Handelsblatt, se extraña del
salto de Valls cuando titula que un francés quiere gobernar en
Barcelona y hace un perfil con intención del candidato al que presenta
como el hijo de un catalán y una suiza que ha venido sondeando sus
oportunidades junto con representantes del sector económico, la cultura y
la sociedad civil. Valls, que habla catalán y español perfecto,
aunque con un leve acento francés, ha hecho varias apariciones en
público para hablar, casi siempre, sobre el futuro de España y Europa.
En el verano fue noticia cuando se conoció su relación con la rica
heredera farmacéutica Susana Gallardo. Ella es, como Valls, una
decidida adversaria de los separatistas.
Mientras que en París le llueven las peticiones para que ceda su
mandato parlamentario, en Barcelona entran ahora en el debate sus
opositores políticos. No parecen tomarlo en serio y le ponen de tonto
que ni siquiera sabe que Barcelona está en el mar. La portavoz del
partido de izquierda, Catalunya en común, se ha mostrado furiosa: “Nadie
deberá́ pensar que Barcelona es un refugio para una carrera fallida
como la del Sr. Valls”.
De todas formas señora Colau ojo con declaraciones que, a veces, las carga el diablo.
(*) Periodista y economista
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