Italia y España se están disputando desde hace varios años la
posición de tercera economía más sólida de la Eurozona. Con los datos ya
definitivos del año 2017, el Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba
de dictaminar que al menos en una variable importante, el PIB por
habitante en paridad de poder adquisitivo, España ha superado a Italia
por primera vez. No es que sea un dato como para echar las campanas al
vuelo, pero al menos es un consuelo.
Desde luego, Italia es un país más rico que España cuando se toma el
dato del PIB global, es decir, el valor de la producción anual del
conjunto de la economía. El PIB español, que está creciendo a ritmos
del 3% en los tres últimos años, está superando en ritmo de crecimiento
anual al de Italia de forma clara. El PIB español está ahora en 1,16
billones de euros mientras el italiano ronda los 1,72 billones. Pero la
deuda española, con ser alta, se encuentra en el 98% del PIB y la
italiana supera el 132% del PIB.
Cuando se toman los datos de renta en función del número de
habitantes (España cuenta con 46 millones frente a los 60 millones de
Italia), las cifras relativas ponen a los dos países con condiciones
muy parejas, si bien en el año 2017 España ha rebasado a Italia en este
renglón, con 38.200 dólares por habitante frente a los 37.970 dólares
por cada ciudadano italiano en términos de poder de compra paritario.
Hace una década, Italia superaba a España por este renglón en un 10%.
Los pronósticos que maneja el FMI indican que en unos pocos años España
superará en un 7% a Italia en renta por habitante en los términos ya
indicados de poder de compra en paridad.
Se trata, en cualquier caso, de dos economías excesivamente
endeudadas, pero Italia tendrá más dificultades económicas para
progresar en el futuro debido a los elevados costes que soporta por su
deuda pública, unos costes que lógicamente aumentarán de forma
importante en los próximos años a medida que los tipos de interés del
Banco Central Europeo (BCE) salgan de sus actuales niveles y a medida
que los mercados internacionales vayan exigiendo mayor rendimiento a las
compras de bonos italianos o españoles.
La situación no será fácil para ninguno de los dos, aunque España
tiene en estos momentos una calificación crediticia por parte de las
tres agencias internacionales que califican la deuda de los países
(Moodys, S&P y Fitch) más benévola, lo que permite obtener
financiación en los mercados, tanto domésticos como internacionales, a
un coste más bajo. La vulnerabilidad de uno y otro país se ha
distanciado en favor de España, que mantiene un diferencial de tipos de
interés mucho más bajo que el italiano, lo que se traduce en bastantes
miles de millones de euros de ahorro cada año.
(*) Periodista y economista
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