viernes, 30 de marzo de 2018

Nuevas sombras a las razones de la intervención de Bankia / José Hervás *

El ho­ri­zonte penal del ex­pre­si­dente de Bankia y ex­vi­ce­pre­si­dente eco­nó­mico con el Gobierno de José María Aznar, Rodrigo Rato, está pen­diente de la de­ci­sión del Tribunal Supremo ante el que se pre­sentó re­curso sobre la sen­tencia dic­tada por la Audiencia Nacional que le im­puso una con­dena de cuatro años y medio de cárcel y 6.000 euros de multa.

Todavía no hay fecha prevista para la publicación de la sentencia, pero la decisión del juez de instrucción número 31 de Madrid de no tomarle declaración por supuesto blanqueo de dinero la próxima semana alivia, momentáneamente al menos, la urgencia de su situación penal.

El caso por el que tiene que declarar el jueves de la próxima semana no está vinculado con el resto de procedimientos abiertos por la salida a bolsa de Bankia, cuya instrucción está terminada desde hace 10 meses y todavía pendiente de fecha para la apertura de juicio oral.
Su comparecencia el próximo jueves es para responder sobre el informe de la Unidad Central Operativa (UCO), aquel por el que le detuvieron a la puerta de su casa con todos los medios de comunicación retransmitiendo en directo advertidos por la autoridad competente.

La conclusión de la investigación de la UCO fue que el exvicepresidente del Gobierno cometió supuestamente los delitos de blanqueo de capitales, corrupción entre particulares, administración desleal y fraude a Hacienda en sus negocios privados. La decisión del juez de no incluir en su declaración del jueves el delito de blanqueo de capitales, se debe a que Rato está pendiente de una reclamación ante la Audiencia Provincial, que también investiga esta situación, lo que alivia momentáneamente su situación de cara a un eventual temido encarcelamiento.

La defensa del expresidente de Bankia considera que las conductas que se le atribuyen tras las pesquisas no se corresponden con delitos. Señalan que hay una "interpretación maliciosa" de los hechos y ya denunciaron que Rato era objeto de una caza de brujas y de "una inquisición general" basada en hipótesis.

En el complejo entramado legal que rodea la gestión y la salida a bolsa de Bankia, tampoco está fijada todavía la fecha para la apertura de juicio oral sobre la colocación de la entidad en bolsa, pese a que el juez instructor Fernando Andreu dio por concluida la instrucción a primeros de mayo del año pasado.

En aquel momento, Fernando Andreu, propuso la apertura del juicio oral contra el expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, y otras 33 personas físicas y jurídicas que adoptaron la decisión de la salida a bolsa de Bankia. En contra de lo pedido por la acusación popular y de la decisión de la Sala Tercera de lo Penal de la Audiencia Nacional, el magistrado dejó fuera del procesamiento al exgobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, y al exsubgobernador, Javier Aríztegui, por su falta de responsabilidad en la formulación de las cuentas.

Según el juez instructor, “no existe el más mínimo indicio de que tuvieran intervención alguna en los delitos investigados al no haberse acreditado ni siquiera de forma indiciaria, que tuvieran participación alguna en la formulación y aprobación de las cuentas que se incorporaron al folleto para su salida a bolsa” y tampoco decidieron esa operación “aunque no se opusieron a ella”.

De las conclusiones de la instrucción se obtiene una versión completamente distinta de la que se consigue tras escuchar a los muy diversos responsables del Banco de España que han ido respondiendo a las preguntas de los diputados en la Comisión de Investigación en el Congreso.

El último de ellos, ha sido el exdirector general de supervisión Jerónimo Martínez Tello, quien desde el 2008 se encargó de la supervisión de las cajas de ahorros que quebrarían con posterioridad. Martínez Tello no habla en ningún momento de su comparecencia en el Congreso de los Diputados de falsificación de las cuentas de Bankia. Y hay que recordar que está obligado a decir la verdad.

Además, discrepó de las necesidades de ayuda que tenía Bankia, mostrándose más partidario del plan de saneamiento de Rodrigo Rato que del que finalmente se aportó.
En su intervención del pasado día 20 en la comisión de investigación dijo textualmente que “nosotros entendíamos que las ayudas podían estar en el orden de 13.000 millones de euros más aproximadamente otros 3.000 millones de euros, que podían ser un apoyo temporal hasta que se hiciera esa integración de la matriz en la filial y los impuestos diferidos volvieran a tener otra vez valor. Ese fue, nuestro planteamiento”.

En este sentido, es tan esclarecedora la posición de Martínez Tello sobre cómo, quien fijó la cantidad que se necesitaba para reflotar Bankia, no la fijó el expresidente de la entidad, Rodrigo Rato, ni el Banco de España, que conocía las cuentas, sino que lo decidió el ministerio de Economía. Por esta razón, conviene reproducir textualmente lo dicho por el antiguo responsable máximo de la inspección en ese momento.

El exdirector general de supervisión declaró que “los gestores, asesorados por Goldman Sachs —creo recordar que el señor Goirigolzarri dijo que Goldman Sachs era un asesor que había contratado el ministerio para valorar el tema de Bankia; no Bankia, sino el propio ministerio—, dijeron que 24.000 millones, además de los cuatro mil y pico millones que había. Celebramos varias reuniones y al final bajaron a 19.000”.

En ningún momento hace referencia al titular de Economía del momento, Luis de Guindos, pero en todo momento de su declaración apunta a que fue una decisión de quienes no conocían la verdadera situación de Bankia. Pues añade Martínez Tello que “nuestra posición fue muy simple: estaban con el ministerio. Es exactamente lo que dije en el acuerdo de 23 de mayo de 2012 en la Comisión Ejecutiva. Entendíamos que con 13.000 millones y con los otros 3.000 estaría suficientemente capitalizada Bankia”.

Tampoco tiene desperdicio lo que añade a continuación en su intervención en el Congreso, “ahora bien, aquí teníamos un problema fundamental: la gestión de la crisis de Bankia. A ver si me puedo explicar. A nosotros en la crisis de Bankia —cuando digo nosotros estoy hablando en general, no del Banco de España— se nos produjo un problemón y es, que cuando se está gestionando la misma, por lo que sea hay una serie de reuniones en el ministerio. Nosotros, ministerio y Banco de España, estuvimos trabajando con el plan Rato II hasta ese viernes. De esas reuniones con el ministerio se deriva que el lunes por la mañana dimite el presidente de Bankia. En una situación de crisis dimite el presidente, —¡ojo!— vicepresidente del Gobierno español y antiguo máximo responsable del Fondo Monetario Internacional. Entonces nos quedamos con una entidad grandísima y con unas posibilidades de gestionar la crisis abierta en canal. Se estaba trabajando para ver si Goirigolzarri entraba o no; y en esas negociaciones no solo se negociaba que entrara un señor —que posiblemente era el mejor consejero delegado que había disponible en ese momento—, sino en qué condiciones entraba”.

Para que no quede duda de que él comprende que otros puedan corregir su estimación del riesgo en Bankia añade: “evidentemente cuando uno va a entrar en una entidad que se ha abierto en canal y cuya liquidez está abierta en canal, quiere cubrirse las espaldas. La responsabilidad del señor Goirigolzarri en pura teoría sería desde el momento en que entra, pero al final la responsabilidad moral sería entera para él. Esa es la historia”.

Y Martínez Tello concluye ante los diputados a modo de resumen: “En cuanto a los datos, los 13.000 millones desde mi punto de vista están más amparados, pero probablemente era mejor meter 19.000 millones; al final fueron 17.000 millones más el resto. Probablemente era mejor porque se asentaba mucho mejor el proyecto”. Las citas son siempre según las actas literales que puede consultarse en esta dirección: http://www.congreso.es/public_oficiales/L12/CONG/DS/CI/DSCD-12-CI-40.PDF.

Además de la declaración de Rodrigo Rato, también será muy relevante la nueva comparecencia del gobernador del Banco de España, Luis María Linde, ante la comisión de investigación de la crisis financiera tras las contradicciones entre los inspectores y los ejecutivos del supervisor español.

Pese al desinterés que han mostrado en los últimos meses los responsables de los dos principales partidos por llegar al conocimiento detallado de lo sucedido, la verdad acabará imponiéndose. Y no les favorece.



(*) Periodista

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