sábado, 17 de abril de 2010

La controversia sobre el cardenal Darío Castrillón empaña el cumpleaños del Papa

CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Benedicto XV celebró ayer viernes con discreción su cumpleaños número 83, mientras las controversias por la actitud del Vaticano de encubrir a curas pedófilos involucra por primera vez a un cardenal latinoamericano, el colombiano Darío Castrillón Hoyos, ayer presente en la UCAM, invitado por su presidente José Luis Mendoza, en Murcia, España.

El Papa, que cumplió una jornada normal de trabajo, celebró las audiencias programadas y se preparaba para realizar este sábado su primer viaje de dos días a la católica isla mediterránea de Malta. Un viaje marcado por los escándalos que se han desencadenado en los últimos meses por el encubrimiento por décadas por parte del Vaticano de curas pedófilos.

Mensajes de felicitaciones fueron enviados por las autoridades italianas, así como por numerosos religiosos, obispos y cardenales, los cuales programaron un acto de solidaridad inédito en el Vaticano para el próximo lunes, fecha en que se celebra también el quinto aniversario de su elección en el Trono de Pedro.

Pese a ello, el Vaticano se vio obligado de nuevo a intervenir tras la publicación en una página de internet del grupo progresista católico francés Golias de una carta de Castrillón Hoyos de mayo del 2001, cuando era prefecto de la Congregación para el Clero.

En la misiva, felicita a un obispo francés por haber evitado denunciar a un sacerdote pedófilo, condenado en el 2000 por la justicia francesa a 18 años de cárcel por abuso de menores.

El cardenal colombiano, uno de los primeros purpurados latinoamericanos designados por el fallecido Juan Pablo II para trabajar en la Curia Romana, el gobierno central de la Iglesia, se encuentra ahora en el ojo de la tormenta.

"Me congratulo con usted por no haber denunciado a un sacerdote a la administración civil. Usted ha actuado bien y me felicito de tener un hermano en el episcopado que, a los ojos de la historia y de los otros obispos del mundo, prefirió la prisión antes que denunciar a su hijo-sacerdote", escribió en la misiva.

"Efectivamente la relación entre los sacerdotes y sus obispos no es profesional, es una relación sacramental que crea vínculos muy especiales entre particulares", sostiene en la carta.

El purpurado colombiano, quien se encuentra en este momento en Murcia, España, no ha querido pronunciarse sobre el caso, aunque el portavoz del Papa, el padre Federico Lombardi, emitió una declaración oficial en la noche del jueves.

"Ese documento es una prueba más de la oportunidad de que los casos de abusos sexual de menores pasen a ser competencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe", escribió Lombardi en el comunicado.

Para el portavoz papal, que no puso en entredicho la misiva, la congregación para la Doctrina de la Fe debe "garantizar una conducción rigurosa y coherente" de los casos.

En abril del 2001, tras la ola de denuncias en Estados Unidos contra curas pedófilos, Juan Pablo II publicó un documento especial, un "motu proprio", sobre lo que calificó de "crímenes graves", con el fin de quebrar el muro de silencio sobre los abusos que imperó durante siglos dentro de la Iglesia.

Entre las medidas adoptadas hace una década estaba la de invitar a los obispos a alejar inmediatamente a los curas denunciados por pedofilia.

Tales medidas fueron reiteradas en marzo pasado por el Papa en una carta dirigida a la iglesia irlandesa en la que anuncia que los responsables responderán también ante la justicia.

"Se debe admitir que fueron cometidos errores de evaluación y que hubo faltas de gobierno", escribió el Papa en el capítulo dedicado a "los hermanos obispos".

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