sábado, 17 de abril de 2010

El cardenal Castrillón, presente en la UCAM, excusa su actitud poniendo como testigo al difunto Juan Pablo II

MURCIA.- El cardenal Darío Castrillón, que en 2001 felicitó por carta al obispo Pierre Pican por no denunciar a un sacerdote que finalmente fue condenado a 18 años de cárcel por pedofilia, aprovechó la conferencia que ayer impartió en Murcia, en la UCAM, para explicar los motivos de la felicitación y revelar, de paso, que este 'reconocimiento' del máximo responsable de los sacerdotes en todo el mundo contó con el visto bueno de Juan Pablo II, revela hoy 'La Verdad'.


«Os felicito por no haber denunciado a un sacerdote a la administración civil. Lo has hecho bien y estoy encantado de tener un compañero en el episcopado que, a los ojos de la historia y de todos los obispos del mundo, habría preferido la cárcel antes que denunciar a su hijo sacerdote», afirmaba la carta que Castrillón, de 81 años, remitió a Pierre Pican, condenado a tres meses de cárcel por encubridor.

Pocos minutos después de comenzar su intervención, centrada en las claves del sacerdocio durante el pontificado de Karol Wojtyla, Castrillón aseguró que el obispo «no lo denunció -al abad pedófilo Rene Bissey- porque había recibido la confidencia».

De esta manera, el cardenal se refería a que Pierre Pican había actuado en virtud al secreto de confesión, que prohíbe al confesor «descubrir al penitente, de palabra o de cualquier otro modo, y por ningún motivo», según consta en el canon 983 del Código de Derecho Canónico.

Pero Darío Castrillón quiso profundizar en sus explicaciones ante los asistentes y dijo que «después de consultar al Papa y mostrársela, escribí una carta al obispo, felicitándolo como modelo de un padre que no entrega a sus hijos».

Todos los asistentes, algunos con más energía que otros, aplaudieron al unísono las palabras de 'jefe' de los sacerdotes.

Desde el arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, al cardenal Antonio Cañizares, presidente del congreso mundial que se celebra en el monasterio de Los Jerónimos, sede de la Universidad Católica de Murcia.

El prelado, tras varios segundos de aplausos, terminó el inciso de su conferencia diciendo con autoridad cardenalicia que, además, «me autorizó el Santo Padre para que enviara esa carta a todos los obispos del mundo y la pusimos en Internet».

Después de su intervención, y a pesar de que el Vaticano asegura que la postura del cardenal sobre cómo reaccionar ante un caso de pederastia que afecte a un sacerdote no representa la línea oficial de la Iglesia frente al problema, Darío Castrillón se sintió arropado.

Primero, por una decena de hermanas guadalupanas que le rodearon sonrientes para hacerse una foto junto a él. Después, por los obispos, arzobispos y cardenales presentes en el templo, que le dispensaron cálidos abrazos y hasta alguna que otra carantoña.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Sugiero el texto de la siguinete dirección:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Carta/abierta/obispos/catolicos/todo/mundo/elpepisoc/20100415elpepisoc_3/Tes

Anónimo dijo...

vaya tropa

Anónimo dijo...

Volvemos a la epoca de los Borgia?

Anónimo dijo...

Pobre Benedicto, lo van a matar a disgustos

Anónimo dijo...

Y se queda tan pancho...

Anónimo dijo...

Satanás se ha infiltrado en un organismo que no depura su detritus

Anónimo dijo...

No tienen problema ninguno de conciencia (nunca lo han tenido), lo que tiene son muchas perras acumuladas de veinte siglos de dominación, terror y siembra de miedo, que ya es congénito en las sociedades en las que se implantaron, y sólo una ínfima parte de ese dinero lo dedicarán a seguir tampando bocas y pagar condenas civiles. ¡Entregadles el espíritu de vuestos niños que ellos se interesarán por sus tiernos y efebos cuerpos! ¡Miradles a las caras y descubriréis el espejo del vicio antinatural en ellas!