Así, los agentes del citado Cuerpo, en el marco de la operación 'Tapa', le han destapado e imputado esta semana. Este delincuente, que no dudaba en hacerse pasar por un alto mando si no conseguía sus objetivos, portaba placa, poseía dotes de mando y sus objetivos eran establecimientos comerciales de la Región principalmente.
Las investigaciones se iniciaron hace dos meses, cuando se tuvo conocimiento de la comisión de un delito de daños en un vehículo consistente en el incendio del mismo cuyo propietario, por miedo a las represalias del autor, no quería interponer denuncia.
El imputado conocía historiales profesionales de verdaderos mandos del Cuerpo, que no dudaba en sacar a la luz para apoyar su coartada, según informó el Instituto Armado en un comunicado.
Su 'modus operandi' era coaccionar a empleados de diversos establecimientos comerciales y de restauración en las localidades de los Alcázares, San Javier, los Narejos y Murcia.
Así, los amenazaba con solicitar el cierre del local, el despido improcedente del empleado o la no residencia en España en el caso de empleados extranjeros, en base a su ficticio cargo, con el objetivo de extorsionar y presionar a personas físicas y establecimientos comerciales en su provecho.
De este modo, garantizaba su solvencia económica para beneficiarse en la compraventa de solares, alquileres de propiedades inmobiliarias, gestión de préstamos e inversiones en empresas.
El engaño estaba tan consolidado que incluso su pareja sentimental, con la que convivió durante casi cinco años y que tiene una orden de alejamiento, no dudó de su condición y pertenencia al Cuerpo.
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