viernes, 24 de abril de 2009

Reig Plá: 'Me duele mucho tener que marcharme de Murcia'

MADRID.- Le echó un pulso al fundador de la Universidad católica de Murcia, José Luis Mendoza, y lo perdió (?). Pero Juan Antonio Reig Pla, al que muchos consideran ganador moral de la contienda, hizo sus maletas y, ligero de equipaje, va a tomar posesión este sábado de su nueva diócesis de Alcalá de Henares, momento que aprovecha 'Religión digital' para entrevistarle.

Le “duele mucho tener que irse”de Murcia, pero se trae “la amistad sincera de los sacerdotes” y el “cariño de todos los murcianos”. Y dice que ya quiere a la diócesis de Alcalá como a “una esposa”. Además, reconoce que la Iglesia española para recuperar su credibilidad social tiene que presentarse como “el hogar de la misericordia”, espera que “Zapatero no quiera descristianizar España” y asegura que “perder a Dios del horizonte es dejar al hombre sin gramática humana”.


¿Le cuesta dejar Cartagena – Murcia?

Indudablemente. Al salir de la diócesis de Cartagena pasan por mi imaginación todos los sacerdotes, religiosos y laicos a los que quiero profundamente, por los que he sufrido y de quienes he recibido un cariño y una acogida inimaginables. Mi corazón es de carne y sufre ante la despedida. Sin embargo, mi esperanza es grande y sé que el amor de Dios no les faltará a ellos y a mí me acompañará en la nueva misión de Alcalá.

¿Qué se lleva en lo más hondo de su alma?

La amistad sincera de los sacerdotes. La comunión que el Señor nos ha regalado a todo el presbiterio ha sido el signo elocuente de la misericordia de Dios. Al mismo tiempo, el cariño de los fieles, y de todos los murcianos, es algo que guardaré siempre como un sello en mi alma.

La principal virtud y el principal pecado de los murcianos.

Su carácter sencillo y acogedor. Éste es un pueblo creyente y hospitalario. Hay variedad de zonas con notas particulares en su modo de ser. La más particular y con fuerte personalidad es Cartagena. Quizás podrían ser más conscientes de sus posibilidades y afrontar con mayor decisión los retos planteados a la fe en el futuro inmediato.

¿Se arrepiente de algo en particular?

Me arrepiento de no haber estado totalmente atento a los signos de la presencia del Señor cuando me hablaba a través de la cruz y el sufrimiento. En todas las ocasiones no he sabido transformar las dificultades en motivos para la alabanza.

¿Le duele tener que irse?

Me duele mucho, pero se lo ofrezco al Señor por todos los sacerdotes, los seminaristas y las familias de la diócesis. Son muchas las personas a las que amo profundamente, muchos los proyectos puestos en marcha, etc. Todo lo confío a la misericordia de Dios.

¿Le consuela las emocionadas despedidas y el cariño de toda la diócesis?

Tengo que reconocer que he quedado sorprendido por las muestras de afecto, tanto de los sacerdotes como de los fieles. Esto, además de ser consolador, es un motivo de profunda gratitud a Dios y a la Virgen María, de quien he sentido siempre su protección.

¿Qué siente a la hora de tomar posesión de su nueva diócesis?

Siento una gran esperanza. El Señor me acaricia otra vez dándome una nueva oportunidad de comenzar de nuevo. Es ésta una nueva gracia para crecer en el amor a los sacerdotes, seminaristas y fieles laicos. Al mismo tiempo es una manifestación de la paciencia de Dios para que corrija mis debilidades, pecados y errores.

¿Cuál va a ser su prioridad, al menos de entrada?

Conocer a los sacerdotes y manifestarles mi cariño de padre y pastor. Del mismo modo, quiero hacer extensible este amor a todos los diocesanos a quienes tengo el deseo de abrazar paternalmente como lo haría Jesucristo, el buen pastor.

¿Uno de sus objetivos será ser obispo de todos, puente y aglutinador de distintas tendencias eclesiales?

Evidentemente. Nada de lo que haya florecido en la diócesis será, con la gracia de Dios, ajeno a mi cuidado pastoral. Para ello suplico de los fieles que oren por mí y por la diócesis de Alcalá de Henares para que sea posible la comunión y la unidad sin desmerecer nada de cuanto existe. A todos nos debe de preocupar en estos momentos el llevar adelante la evangelización con un exquisito cuidado de la iniciación cristiana, de la catequesis y de la pastoral familiar. Para acompañar este proceso será igualmente necesario el desarrollar una pastoral vocacional incisiva y favorecer el testimonio de los laicos en el ámbito del trabajo, la caridad con los pobres y su presencia en la vida pública.

¿Qué imagen tiene, qué le han contado de su nueva iglesia diocesana?

La verdad es que conozco muy poco la diócesis de Alcalá de Henares. Siendo muy antigua y con una larga tradición, desde el año 1991 afronta una nueva situación que ofrece muchas posibilidades. Contamos con un clero relativamente joven y con una población en crecimiento. Son datos que generan en mí una profunda esperanza. Estoy seguro de que dentro de poco será para mí la diócesis más hermosa del mundo, porque es mi amada esposa.

¿Qué va a ser lo primero que les diga a sus nuevos fieles?

Que recen por mí para que sea imagen del pastor bueno que es Jesucristo. En segundo lugar compartiré con ellos mi convicción más fuerte: que para Dios no hay nada imposible.

¿Su casa, su despacho y su tiempo estarán a disposición de todos, como hasta ahora?

Mi casa y mi tiempo son para aquellos a quienes Dios me entrega. Expropiar al obispo forma parte de la dinámica del pastor que ha de estar dispuesto, con la gracia de Dios, a dar su vida por las ovejas.

¿Qué debería hacer la Iglesia para recuperar la credibilidad social y la buena imagen en parte perdida?

Ser humilde y servir a Jesucristo, proponiéndolo a la libertad de todos como la gran respuesta a las profundas aspiraciones del corazón humano. Proponer a Jesucristo resucitado es proponer a la Iglesia como el hogar de la misericordia, la casa que Dios ha preparado para los desvalidos y los pobres. En Jesucristo está depositada toda nuestra esperanza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es increíble que en un estado laico se le dedique tantísimo espacio a una confesión religiosa.