Manuel Buitrago: «El conflicto de los trasvases siempre da más votos que agua»

MADRID.- La riña a garrotazos por el agua se ha sosegado (de momento) gracias a la solución parcial de las desalinizadoras en el Sureste y a visiones equilibradas como la del curtido Manuel Buitrago, reflejada ahora en su libro «Las dos orillas». Nacido hace 48 años en plena vega del Segura, en la localidad murciana de Cieza, explica que «soy también medio toledano y tengo el corazón «partío». En su seguimiento exhaustivo de la «guerra del agua» como jefe de Local de «La Verdad» ha acreditado reconocida ecuanimidad, según 'Abc'.

-Compañero, aunque me advierte con modestia de que no pretende sentar cátedra, usted sabe mucho sobre la «guerra del agua» y por eso ha trasvasado ahora a un libro parte de esos conocimientos...

-«Las dos orillas (Agua sin pasión)» es una obra de consulta que forma parte de la colección «Documentos del Agua». Con motivo de la Expo de Zaragoza surgió la posibilidad de glosar lo que había sido el conflicto en los últimos años y ahí va novelado, en cierto modo, en forma de crónica periodística.

-Con afán ecuánime y conciliador.

-Todos aprendemos de los errores. Al final, el tiempo lo relativiza todo. Ya han caído tres mitos...

-Explíquenos...

-Por ejemplo, el consumo de agua en Murcia para industria, turismo y abastecimientos ha sido de un 8 por ciento menos de lo que se había calculado.Y son datos oficiales del Ministerio.

-¡Pese al topicazo de los campos de golf!

-¡Sí! Al final, cabe preguntarse dónde está ese derroche en eso o en la construcción.

-¿Qué otros prejuicios han quedado desmentidos?

-El de que las desalinizadores contaminan por salmuera. Degradarían el medio ambiente si concentraras el depósito de salmuera en un sitio, pero como eso no es así... Y otro mito desmontado es el de que el Ebro, aguas abajo del pantano de Flix, está contaminado. ¡No era tal cuando en mayo se pensó en derivar esas aguas a Cataluña para abastecimiento!

-Tras años de agrias disputas, parece que los ánimos se han encauzado.

-Al analizar la cuestión siempre hay que intentar distanciarse, porque el conflicto de los trasvases ha dado más votos que agua. Porque en todos los territorios, tanto de Iglesias como de Barreda o de Valcárcel, los presidentes tienen parte de razón. Y ahí entra en juego la responsabilidad del Gobierno central de conciliar todos los intereses.

¿Está resuelta la sed del Sureste o pasa el futuro por más trasvases?

-A medio plazo el abastecimiento a la cuenca del Segura está solucionado con las desalinizadoras y el trasvase del Tajo consolidado.

-Dice «consolidado», pero ahí Murcia tropieza ahora con la férrea oposición de Castilla-La Mancha.

-¡Exactamente! Pero si se dan esas dos condiciones, el programa de desalinización completo y el trasvase Tajo-Segura, los técnicos dicen que es suficiente para cubrir el déficit. A largo plazo ya se pueden plantear otras cuestiones. Habrá que arbitrar un sistema flexible que vaya de acuerdo con la demanda ¡Y eso nos lleva a los Bancos de agua!

-Como en California...

-Justo. Consiste en comprar agua a aquellos agricultores que estén dispuestos a vender durante un periodo de tiempo parte de sus concesiones. Esto ya nos abre un abanico muy grande de posibilidades, porque les puedes comprar agua en el Tajo o en el Ebro.

-¡Cómo va a llegar a Murcia el aporte del Ebro si no hay trasvase!

-Hombre, tienes que construir el tubo.

-O sea, que crear un Banco de agua implicaría su ejecución.

-Hay que separar lo que es la construcción del acueducto de lo que es el trasvase, pues con un Banco de agua se pueden traer caudales sin sacar una gota más del Ebro, porque se compran concesiones que ya existen. El tubo quizá sea necesario dentro de treinta o cuarenta años. ¡Esto es una hipótesis, claro!

-Siempre ha faltado visión histórica y nacional frente al problema...

-En realidad, si se ven los números, es un problema muy pequeño que se ciñe al Sureste. Estamos hablando de unas necesidades máximas de 800 o 900 hectómetros cúbicos anuales. La solución es una nimiedad comparada con el problema que estamos fabricando. ¡Ficticiamente en demasiadas ocasiones!