Este sistema de entrenamiento, que está previsto que entre en funcionamiento en el año 2011, reproduce el comportamiento del sumergible y servirá para poner a prueba las dotaciones, a las vez que plantea posibles incidentes, averías y situaciones de emergencia que puedan darse durante una misión.
Este proyecto se suma a los ya adjudicados a la compañía para implantar en el sumergible el sistema de radar, el de defensa electrónica, y el sistema de identificación, por un importe global de más de 24 millones de euros.
Se trata de un sumergible de 71 metros de eslora que se distingue por su elevada autonomía bajo el agua y por ser muy silencioso. Su equipamiento y sistemas tecnológicos lo convierten en el más avanzado de los submarinos convencionales.
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