miércoles, 3 de diciembre de 2008

Carta de despedida a la huertana Violante Pardo

Ya no podías soportar más, y el pasado 25 de noviembre decidiste marcharte dejando atrás la lucha contra ese titán al que algunos llaman progreso. No pedías nada más que una casa igual a la tuya y una pequeña tierra donde plantar unos cuantos árboles y seguir cuidando de tus gallinas y conejos, como siempre habías hecho. -Violante no te esfuerces y acepta, como los demás expropiados de la huerta, un piso de realojo-.

Ellos nunca van a comprender lo que suponía para ti ese pequeño trozo de tierra, el esfuerzo con el que tus padres y abuelos trabajaban día a día para conseguir que diera sus frutos, una tierra generosa que te ayudó a que las penurias de la guerra no fueran tantas, una tierra que pagaste palmo a palmo al señorito Don Ricardo, y sobre la que construiste junto a tu marido Pedro la casa en la que nacieron tus hijos, y entre cuyas paredes ha ido pasando la vida.

Pero todo eso ha quedado sepultado bajo el asfalto de una gran avenida, no te esfuerces más porque ellos sólo entienden de metros cuadrados, de infraestructuras, de beneficios, de progreso.
Te sentías agradecida al juez del Juzgado Contencioso nº 6 que supo comprenderte dictando medidas cautelares, esperanza truncada por el Ayuntamiento de Murcia, que se opuso con peregrinos argumentos, y el Tribunal Superior de Justicia que rechazó el auto.

Pero en estos tres meses, desde el desalojo, ya no veías ningún horizonte y, como esas viejas palmeras de la huerta trasplantadas sin raíces, a un pequeño parque entre edificios, has ido muriendo cada día un poco. Tu valentía ha sido un ejemplo para todos y, aunque hayas decidido irte, nosotros seguiremos diciendo que lo que te han hecho no es progreso sino injusticia.

Tu ejemplo no quedará en el olvido Violante, no has sido la primera en caer, antes que tú han sucumbido muchos otros en silencio y tampoco serás la última, ya que detrás de ti seguirán más, pues con la huerta también mueren los verdaderos huertanos, pero ten por seguro que ya no será con la sumisión de los sacrificados para el banquete de los poderosos.

Tu familia y todos tus amigos.

Familia de Violante Pardo, Asociación vecinal Senda de Granada Oeste, Asociación Gulliver (ciudadanos contra la corrupción urbanística), Asociación vecinal Nuevo Barrio, Asociación en defensa de la Huerta de Murcia, expropiados en Jerónimo y Avileses, Asociación de vecinos Barrio de la Victoria del Palmar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No será el caso de esta pareja de ancianos el que yo olvide rápidamente estas causas del progreso, me hacen despreciar un poquito más ese rogreso deshumanizado. Mis condolencias a la familia.

Anónimo dijo...

Descanse en paz. Esperemos tu muerte no sea en vano.

Progreso es un tranvía y movilidad urbana, pero que curioso que se hace para ir a centros comerciales y lugares antes ocupados por huerta. Progreso no es parcelar la huerta con costeras y más carreteras. Eso es desarrollo fácil y no sostenible, de la era ladrillera pasada, pues consume el recurso no renovable denominado suelo fértil. Y adormece a la gente para que despierte a una realidad: El ladrillo se fue y no volverá. Todo lo que huele a campo se desprecia hoy en día por unos profesionales, los arquitectos y algunos tipos de ingenieros, pero sobre todo los políticos, que adolecen de la más mínima misericordia humana. Los que nos metieron en este embrollo nos hundirán más en él si no nos los quitamos de encima. O nos pasará como a Violante.