sábado, 11 de octubre de 2008

Todo el dinero perdido ¿a dónde fue?

NUEVA YORK.- Billones de dólares en el valor de las acciones han desaparecido. Billones de dólares en inversiones de ahorro se han esfumado. Una gran proporción del dinero pagado por la vivienda en la que reside, el dinero ahorrado para pagar los estudios universitarios de los hijos, el dinero que necesita una empresa para pagar a sus empleados, ha desaparecido.

Ya se trate de un corredor de bolsa o un ciudadano ordinario, si usted tiene un plan privado de retiro de los llamados en Estados Unidos 401(k), un fondo mutuo o un plan de ahorro para pagar la universidad, la baja de la bolsa de valores significa que ha perdido una gran suma de dinero que figuraba en su balance y estado de cuentas hace apenas unos pocos meses.

Pero si usted no tiene ya ese dinero ¿quién lo tiene? ¿Los potentados de Wall Street? ¿Los jeques del petróleo en Arabia Saudí? ¿El gobierno chino?

¿O simplemente se ha evaporado?

Si intenta averiguar el paradero de su dinero desaparecido _ figurar quién lo tiene, quizá incluso pedir que se lo devuelvan _ podría quedar decepcionado al saber que en realidad ese dinero nunca fue real, para empezar.

El economista de la Universidad de Yale Robert Shiller lo ha resumido de manera mucho más directa: la noción de que uno pierde un montón de dinero siempre que baja la bolsa es una "falacia". Aclara que el precio de una acción nunca ha sido lo mismo que el dinero _ es simplemente "la mejor presunción" de lo que vale la acción.

"Es algo que piensa la gente", explica Shiller. "Nos limitamos a anotar un indicio de lo que la gente cree que vale esa acción en bolsa. Es el precio que la gente que está dispuesta a negociar hoy _ que son muy, muy pocas personas _ transan. Así que nos limitamos a extrapolar éso y pensamos, quizá sea la cantidad que todo el mundo cree que vale.

Shiller utiliza el ejemplo de un tasador que evalúa una casa a 350.000 dólares, una semana después de indicar que valía 400.000.

"En cierta forma, 50.000 dólares acaban de desaparecer cuando dijo" esa última cifra. "Empero, la cantidad sólo existe en el pensamiento".

Empero, en ocasiones, por supuesto, desaparece al tambalearse los mercados de valores y el valor de los bienes raíces. Incluso si una acción de su propiedad no es un fajo de dinero en su cartera, incluso si el valor de su vivienda no es algo que puede cobrarse a voluntad, existe la potencialidad de perder dinero _ es decir, el dinero que sería suyo para gastar de vender su casa o retirar ahora mismo el dinero depositado en su cuenta de fondos mutuos.

Y si se encuentra a unos pocos meses de la jubilación, o espera vender su casa y adquirir otra más pequeña para pagar los estudios universitarios de sus hijos, este "dinero potencial" es algo que con que se contaba. Para las personas que necesitan dinero y lo necesitan ahora, la pérdida en bien real, aunque no se ajuste a la definición técnica del dinero.

El problema empieza cuando piensa que ese dinero potencial es lo mismo que el dinero en su cartera o en su cuenta corriente.

"Eso es un gran error", dijo el profesor de economía de la Universidad de Harvard Dale Jorgenson.

Existe una clara distinción: Aunque el dinero seguramente no desaparece, el dinero que podría haber tenido, de haber vendido su casa o haber retirado todo lo depositado en su cuenta de fondos mutuos hace un año, ciertamente puede desaparecer.

"No puede disfrutar de los beneficios de su 401(k) si ha desaparecido", explicó Jorgenson. "Si lo tenía todo invertido en acciones y han bajado un 80% _ !mala suerte! Esa es una pérdida permanente porque ese dinero no vuelve. Y vamos a tener una tremenda contracción en el sector financiero".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues para tanto profesor de economía, a ver si me contesta lo siguiente:

Sí, el valor contable del dinero invertido no es lo mismo que el dinero, eso está claro.

Pero y el dinero "en metálico" que el fulano de turno introdujo en su cuenta bancaria o en su libreta de ahorro y ahora no está ¿Quién lo tiene?

La contestación, si la buscamos nominativa, será improbable, si no imposible de hallar, lo que sin duda es fruto de la falta de transparencia de los mercados, menor en los nacionales y mayor en los internacionales, pero al fin opacidad.

Y es que las burbujas, efectivamente, contienen aire en su mayoría, pero no son todo aire, no.

Las burbujas se generan y se expanden de la mano de movimientos especulativos cuyo fin, en la práctica totalidad de los casos, es único: Coger un poco de dinero de cada uno de los elementos de un conjunto de cardinal masivo, a los que podríamos llamar "gilis" y hacerlo llegar a manos de unos pocos elementos de un conjunto de cardinal ínfimo, a los que podríamos llamar "especulatas"

Después la burbuja explosiona y no solo se lleva los ahorros reales de los pequeños inversionistas sino que, además, la explosión borra el rastro masivo de información que podría contribuir a establecer los inexcrutables caminos por los que el dinero "real" circuló y, con él, el producto de los sueños que "a modo de apuntes contables" tuvieron los gilis y, de paso, la credibilidad de diferentes instituciones finacieras como ahora estamos viendo por doquier.

Pero claro, entre el refranero "mal de muchos consuelo de tontos" y que a veces los especulatas dejan algo ir y cae en manos de algún que otro gili, mientras que la pasta gansa va y viene lo necesario para organizar el espectáculo, pues no hay Dios que rompa la cadena...

Y así los conjuntos de "especulatas" y "gilis" seguirán existiendo hasta que a los gilis se les inflen las pelotas, cosa que ocurrirá cuando los especulatas aprieten más de la cuenta y, de verdad, le toquen los huevos a los gilis... Pero claro, esto no ocurrirá, porque para eso están los gobiernos, para poner mansedumbre en mar revuelto.

¡Qué le vamos a hacer!

Ahh, si. Yo, en este caso, de las subprimes, de la burbuja inmobiliaria y compañía, personalmente, salí del conjunto de los gilis. Pero no porque sea más listo que otros, simplemente porque no tengo dinero, de forma que puedo invertir el refrán: Consuelo de muchos mal de tontos.