sábado, 31 de mayo de 2008

Reig Plá esgrime razones jurídico-documentales para no dejarse arrebatar la UCAM por Mendoza

MURCIA.- El Obispo de Cartagena ha explicado personalmente a sus presbíteros que en el tema de la titularidad de la UCAM él está actuando en perfecta comunión con todo lo que en su momento actuaron y certificaron por escrito sus predecesores; les ha comentado y mostrado más de 30 documentos de época, de los muchos que custodia la Diócesis sobre el tema.

Muchos de estos documentos evidencian que el Ministerio de Educación y Cultura, la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia y todos sus predecesores asumieron por escrito el Dictamen del Consejo Estado de fecha 16/10/1997 (Nº 3452/1997).

Otros documentos dejan constancia de que todas las instituciones y organismos implicados asumieron que la Fundación Universitaria San Antonio solamente vino en “apoyo” de la Universidad y que la titularidad de la Universidad Católica San Antonio corresponde a la “Iglesia Católica”.

También les ha mostrado la documentación firmada por el representante de la Fundación Universitaria San Antonio, la cual fue presentada a la Administración Civil en los orígenes de la Universidad, en la que se aclara explícitamente que la expresión “Iglesia Católica” se refiere a la “Diócesis de Cartagena”, en concreto se afirma: “La Iglesia Católica (…) está representada en este caso a través de la Diócesis de Cartagena”.

Además, el Sr. Obispo dio lectura a algunas de las actas conservadas en el Obispado referidas a reuniones -de los tres pontificados anteriores- del Consejo Episcopal, del Consejo del Presbiterio, del Colegio de Consultores, del Consejo de Asuntos Económicos y del Colegio de Arciprestes de la Diócesis; en dichas actas se afirma explícitamente que el ente creado es una Universidad del tipo 3,1 y no del punto 3,3 de la Ex corde Ecclesiae, y también que la titularidad de la Universidad la tiene la Diócesis, pero encarga de su gestión a la Fundación San Antonio.

Algunos presentes en el consejo presbiterial le plantearon dudas sobre la cuestión aparecida en la prensa respecto a unos ‘avales’. En este sentido el Sr. Obispo explicó, mostrando documentación, que, sin ser ‘avales’ bancarios ni meros ‘avales’ morales, se trata de un “compromiso” y “garantías financieras” que la Diócesis de Cartagena -en calidad de entidad titular de la Universidad- tuvo que presentar en su momento a la Administración Civil para dar satisfacción a los requisitos exigidos por el artículo 11, apartados b y d, del R.D. 557/1991 de 12 de abril (B.O.E. nº 95), y todo en orden a la efectiva puesta en funcionamiento de la Universidad.

El Sr. Obispo ante otras dudas planteadas les ha explicado, asimismo, que a tenor del ordenamiento jurídico y de la seguridad jurídica, ninguna de las partes ahora implicadas en el problema puede contravenir legítimamente, de hecho o de derecho, sus actos propios.

Por tanto, los documentos -actas notariales, informes, etc.- últimamente aparecidos en los que se reinterpreta el pasado no pueden alterar la realidad jurídica configurada en su momento, a juicio de Reig Plá.

1 comentario:

Unknown dijo...

Enhorabuena por la calidad y la estética de la noticia. Entre tantos comentarios sesgados, constituye un oasis de objetividad y transparencia neutral. El problema aquí es "genético": al igual que Madre, también Padre no hay más que uno, y si es un 3.1, no puede ser un 3.3, aunque así se haya intentado. Otra cosa es la encomienda que en su día se hizo -se encomienda lo que pertenece a uno y sigue perteneciendo-, y la posible modificación que el Estado hizo de tal encomienda, al limitar sus efectos en el campo civil. Los organismos eclesiásticos deben entender que, si se cambia la génesis dela Universidad -3.1-, se juegan la posible declaración de NULIDAD DE TODO LO REALIZADO. Mejor es aceptar las cosas como están y que se llegue a un acuerdo que de una vez por todas deje claras las prerrogativas del Obispado y de la Fundación. Después de lo sucedido y a la vista del escándalo social provocado, sería muy bueno que se promueva por ambas partes un final pactado, como buenos cristianos, que de eso se trata en definitiva.