jueves, 13 de marzo de 2008

El final del aznarismo y el comienzo del marianismo / José Oneto

Con el anuncio oficial de Mariano Rajoy de que optará a la reelección como presidente del partido, en el Congreso del Partido Popular convocado para el próximo mes de junio y a la Presidencia del Gobierno en las próximas elecciones generales del año 2012, el actual dirigente popular pretende poner fin al “aznarismo” y dar nacimiento al “marianismo”.


Según ha asegurado el líder popular, concurrirá al congreso con su propio equipo, dando a entender que, hasta ahora, ha estado gobernando con el equipo que heredó de su antecesor en el cargo José María Aznar, que fue el que le designó a dedo como presidente y aspirante a la Moncloa.

La primera muestra de ese intento de crear el “marianismo” la dio antes de la reunión del Comité Ejecutivo del partido cuando se extendió la noticia de que Rajoy habría pedido la dimisión de Ángel Acebes como secretario general y de Eduardo Zaplana como portavoz del grupo parlamentario. Por lo visto, y según ha reconocido indirectamente el propio Rajoy, ninguno de los dos forman parte de su equipo aunque hayan tenido que desempeñar la labor más dura e ingrata de la legislatura.

Una intervención a tiempo del ex presidente Aznar abortó la maniobra. Los dos saldrán en distintos momentos pero, es la orden del presidente de FAES, saldrán con dignidad y con honor.

En el fondo, la maniobra de Rajoy era entregar la cabeza de los dos criticados políticos y que ellos pagaran el precio de la derrota del pasado domingo.

Abortado ese tipo de despegue (“Yo me presento ante la opinión pública después de que los causantes de la derrota la han asumido políticamente”), Rajoy se ha puesto como meta el asalto a la Moncloa dentro de cuatro años, sin tener en cuenta qué tipo de discurso va a hacer en estos cuatro años, dónde se va a colocar políticamente y qué capacidad de pacto puede tener con alguien que, según él, le ha mentido y, sobre todo, le ha engañado varias veces.

¿Cómo puede decir con tanta seguridad que él será el candidato dentro de cuatro años?

En estos cuatro años tienen que producirse unas elecciones al Parlamento europeo dentro de dos años, unas elecciones gallegas, catalanas y vascas, y unas nuevas elecciones autonómicas y municipales en el año 2011.

¿Cuáles serán los resultados? ¿Qué ocurrirá si el Partido Popular, que probablemente lleve de cabeza de lista de las europeas a Eduardo Zaplana, pierde estas primeras elecciones? ¿Qué pasara si, de nuevo, en Galicia se renueva el triunfo del Partido Socialista con el Bloque Nacionalista Gallego? ¿Qué consecuencias se pueden sacar si en Cataluña el Partido Popular repite los resultados de las anteriores y queda como cuarta fuerza política? ¿No son las municipales y autonómicas un auténtico test de lo que puede ocurrir un año más tarde en las generales?

Rajoy, un hombre pegado al “sentido común”, no puede hacer una apuesta de este tipo tan arriesgada aunque, desde ya, haya conseguido el apoyo incondicional de los barones del partido (Esperanza Aguirre, Ramón Luis Valcarce, Francisco Camps, Alberto Núñez Feijóo) y el compromiso de la presidenta de la Comunidad de Madrid de no presentar por su cuenta otra candidatura porque quiere formar parte de la del actual presidente del partido.

En efecto, “el marianismo” está en marcha, aunque todavía no se sabe hacia dónde se dirige. Después de un discurso, de una oposición, de una campaña, radical, nunca se ha vuelto a hablar dentro del PP más del centro, de la centralidad, del centrismo como ahora.

Hasta el propio Acebes parece haberse apuntado al centro…


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