martes, 26 de junio de 2007

España es uno de los países europeos con un índice de satisfacción laboral más bajo

MADRID.- España es uno de los países europeos con un índice de satisfacción más bajo con respecto a sus condiciones laborales (55%), sólo superado por Turquía (50%); mientras que en el otro extremo están Bélgica (77%, Eslovaquia, 71%); la República Checa (66%) y Francia (64%).

El 60% de los trabajadores españoles está satisfecho con su situación laboral, en términos generales, especialmente los empleados con mayor responsabilidad o gerentes, cuyo grado de satisfacción alcanza el 82 por ciento, según el Barómetro europeo elaborado por Accor Services.

No obstante, el barómetro, que mide la satisfacción de los empleados en España, señala que un 45 por ciento de los trabajadores españoles está insatisfecho con sus condiciones laborales.

El estudio se hizo mediante un cuestionario on-line en ocho países europeos, con una muestra de 1.574 empleados españoles, teniendo en cuenta sexo, edad, posición en la compañía (empleado/gerente) y sector (público o privado).

El barómetro estudió la relación laboral (realización, motivación y lealtad a la empresa); la calidad de vida en el trabajo (condiciones y ambiente de trabajo, equilibrio entre vida profesional y privada) y restricciones y expectativas de los empleados.

El informe señala que para el 47 por ciento de los españoles el salario es la primera preocupación, por delante de la seguridad de un empleo (el 35 por ciento) y del tiempo consagrado al trabajo (el 18 por ciento).

En este sentido, el 36 por ciento de los encuestados se considera satisfecho con su retribución, porcentaje que ha disminuido once puntos porcentuales con respecto al barómetro de 2005, donde el porcentaje de los que estaban satisfechos con su salario alcanzaba el 57 por ciento.

Sin embargo, empleados que tienen cargos de responsabilidad y están satisfechos con su remuneración alcanza el 60 por ciento.

A la pregunta de qué asocian los españoles a trabajo, el 31 por ciento señaló la seguridad, con mínimas diferencias entre los empleados del sector público y del privado, mientras que el 29 por ciento lo asoció con la "restricción", entendida como la obligatoriedad de tener que trabajar.

Además del trabajo, las otras restricciones de la vida cotidiana de los empleados, fueron en primer lugar la falta de dinero (el 28 por ciento) y la falta de tiempo (el 19 por ciento), seguidas de la crianza de los hijos (14%); el manejo de la casa (11%); problemas con el cuidado de los hijos (7%); cuidado de amigos o parientes enfermos (3%) y problemas de transporte (2%).

El 76 por ciento de los empleados españoles está "muy o bastante satisfecho" con su ambiente laboral y un 54 por ciento se siente "muy o demasiado" implicado en su trabajo, porcentaje que aumenta hasta el 58 por ciento en el sector privado y al 68 por ciento en los cargos con responsabilidad.

Sin embargo, sólo el 19 por ciento declaró que aumenta su motivación en el trabajo, frente a un 30 por ciento de encuestados que consideró que disminuye y un 49 por ciento cuya motivación se mantiene estable.

El informe revela que aunque la calidad de vida profesional es considerada como de las más altas de Europa, el 52 por ciento de los empleados piensan que su empleador debería preocuparse más por su bienestar en el trabajo.

Asimismo, el 45 por ciento de los encuestados se plantea abandonar su empresa, porcentaje que llega al 51 por ciento en el caso del sector privado, especialmente en el caso de los servicios bancarios, financieros y seguros (63 por ciento) y de los servicios comerciales (58 por ciento).- (EFE)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me da la impresión de que este punto de vista no tiene en cuenta las cuestiones de género, ya que a demasiadas mujeres no nos afectan las evaluaciones sobre satisfacción laboral, recuerdo que representamos más del 60% de los parados en esta Región.

Estos temas no estuvieron en la primera línea de fuego del debate de investidura de Valcárcel, al igual que tampoco lo fueron otros, bajos salarios en Murcia, alta temporalidad y escasa productividad.

Seguimos en lo mismo, y se exhiben demasiadas cortinas de humo ("Agua para tontos", por ejemplo, a pesar de que dichos pactos sobre el agua se hacen inviables). Entonces, ¿por qué sigue siendo un discurso electoralista el tema del Trasvase del Ebro?. Porque es la única forma que han descubierto en el PPRM para no hablar de todo aquello que verdaderamente nos importa y que no han resuelto, aunque sigan pavoneándose de ello, sin atenerse a las estadísticas: las murcianas representemos más del 50% de la población. Me pueden explicar, entonces, ¿qué problema de paro han resuelto en esta Región?.

Los claros-oscuros del discurso de investidura de Valcárcel:

La esquizofrenía del discurso de investidura de Valcárcel estuvo marcada, en un primer día, por la "afonía política" y, al día siguiente, por la euforia y la autocomplacencia.

Las mayorías absolutas y las urnas son capaces de poner en marcha cualquier mecanismo que funcione como una apisonadora, no hay lugar para el cuestionamiento del quehacer de Valcárcel al frente del ejecutivo murciano.

Sin complejos, dijo que "la oposición está inhabilitada y/o no sabe defender los intereses de los murcianos". Y pasó de aburrir a las palomas en un primer momento de la investitudura a una segunda intervención pletórica, pisoteando a los adversarios. Buena dramatización.

Sin embargo, los claros-oscuros no tardaron en planerar sobre el hemiciclo. No sabe y no contesta a los temas de corrupción que afectan directamente a sus alcaldes y altos cargos imputados del gobierno regional del PPRM. Es así como quiso transmitir que la impunidad se la otorgan las urnas, puede "seguir gobernando bajo sospecha" y no tiene rivalidad política.

Un discurso perverso, en definitiva, ya que utiliza los instrumentos de la democracia, representación mayoritaria en ayuntamientos Asamblea Regional, para legitimar la corrupción.

Conclusión: Valcárcel puede seguir vendiendo humo (Saura) porque "los capo" son los que mandan en esta Regió (Pujante).

¿Será la justicia la que acabe con la esquizofrenia de Valcárcel?

Elena

Anónimo dijo...

El grupo municipal del Partido Socialista va a solicitar para Cartagena una delegación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia. Así lo dieron a conocer ayer en rueda de prensa el portavoz del PSOE, Juan Luis Martínez, y el concejal Ángel Rafael Martínez.

Según los dos ediles, la petición, que va más allá de la anunciada conversión del Rosell en hospital universitario –lo que permitirá que en él se puedan estudiar las partes prácticas de los cursos comprendidos entre 3º y 6º de Medicina–, pretende que los estudios se implanten completamente en Cartagena desde el primer curso.

Los concejales socialistas basaron su petición en la necesidad que existe de un mayor número de médicos, cuya demanda no puede cubrir la Facultad de Medicina de Murcia por completo. Así, Juan Luis Martínez explicó que de las casi 1.000 solicitudes para estudiar dicha carrera que se reciben en la UMU cada año tan sólo se pueden atender 130, las que marca el ‘numerus clausus’ en la licenciatura. Los restantes, la única opción que tendrían en la Región, caso de crearse, sería la Facultad de Medicina de la Universidad Católica. Sin embargo, se trataría de una opción muy alejada de los bolsillos de la mayoría de los cartageneros ya que, mientras la matrícula en el primer curso en la universidad pública costaba el año pasado 821 euros, en una privada –Martínez puso a la de Navarra como ejemplo– su coste fue de 8.416 euros.

El portavoz socialista, que también aseguró que la falta de médicos iba a hacer que este año no se abriera el segundo consultorio de La Manga del Mar Menor, el situado en la zona del Hotel Cavanna (lo que fue desmentido ayer mismo por la Consejería de Sanidad), apoyó su petición de la delegación de Medicina para Cartagena en el gran prestigio que tiene esta Facultad a nivel nacional, donde está entre las diez mejores del país.

Pese a esa afirmación en referencia a la calidad de los estudios que se impartirían, que se podía considerar como una crítica velada a la implantación de Medicina por la UCAM, ya que los detractores de ésta hablan siempre de la falta de calidad como uno de los motivos para que no se autorice la creación de la facultad que pretende José Luis Mendoza, Juan Luis Martínez aseguró que no entran “en la idoneidad de la UCAM, que es una empresa privada, pero desde una óptica de izquierdas tenemos que defender la universidad pública”.

La propuesta, que será llevada próximamente a pleno en una moción instando al equipo de Gobierno que se sume y la solicite a las autoridades pertinentes, podría ser llevada igualmente al pleno de la Asamblea Regional por los diputados socialistas.
De "El Faro"