lunes, 16 de abril de 2007

El PP revela una sentencia por vejaciones contra el diputado Calomarde


MADRID.- La dirección nacional del Partido Popular considera que el diputado valenciano Joaquín Calomarde debería renunciar a su escaño en el Congreso si no comparte las tesis del partido que dirige Mariano Rajoy en lugar de pasarse al Grupo Mixto, tal y como ha confirmado el propio parlamentario.

Calomarde, que se había mostrado muy crítico en las últimas semanas con las decisiones de la dirección del PP –entre ellas el boicot al grupo Prisa– comunicó el sábado a Rajoy su dimisión irrevocable a través de un correo electrónico. En el escrito Calomarde afirmaba que ha sido objeto de una campaña de desprestigio personal llevada a cabo por su partido.

Calomarde tomó la decisión de dejar el partido después de conocerse una sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia que le condena a pagar 1.200 euros por una falta de vejaciones a través de llamadas telefónicas a una amiga. Sin embargo, Calomarde no tiene intención de renunciar a su acta de diputado por entender que el escaño le pertenece por mandato constitucional y pretende pasarse al Grupo Mixto.- (EP)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Hay síntomas de cambio en la calle?

Juan Redondo

Faltan cuarenta días para conocer el veredicto de las urnas. Mañana se abre el plazo para la presentación oficial de candidaturas, y entramos en la recta final para las elecciones del 27-M.
A partir de ahora, con las listas cerradas, la maquinaria electoral de los partidos entra en una actividad frenética, con el objetivo de captar la voluntad de los indecisos y tratar de convencer a los abstencionistas. Y los líderes acentuarán aún más los conocidos mensajes, en muchos casos más centrados en criticar al contrario, aunque todos dirán que van a hacer una campaña limpia y en positivo. En los carteles autonómicos sólo repite un primer espada,Valcárcel. El resto, Saura, por el PSOE; Pujante, por IU, y Diego de Ramón, por la coalición centrista, son nuevos en la plaza.

Con esta oferta y a falta de menos de seis semanas, la pregunta es obligada. ¿Hay síntomas de cambio en la política regional? Con las escasas encuestas aparecidas y, según los observadores, en el sentir de la calle no parece dectectarse esos síntomas, o son escasos o están muy escondidos. Claro que el factor sopresa, el llamado ‘voto oculto’, y los imprevistos, que puedan surgir hasta el último domingo de mayo, son factores que pudieran romper quinielas y pronósticos, como ha sucedido en algunas ocasiones. Pero, a día de hoy, apuntan que serían eso, sorpresas.

De entrada parece más claro que la práctica totalidad de la tarta se la van a repartir populares y socialistas, mientras que la coalición rojiverde luchará por mantener su representación parlamentaria y los ‘centristas’, por encontrar un pequeño hueco en forma de escaño. Los populares, en sus apuestas internas, hablan de un abánico entre 26 y 28 escaños. Son poco generosos con los demás partidos, si acaso conceden un pequeño incremento a los socialistas. En la calle Princesa también reina el optimismo y confían en alcanzar los 22 diputados y que IU obtenga al menos uno, para poder romper una hegemonía popular que dura doce años en la Comunidad. El único problema es que sólo hay sillones para 45 personas.

Sea cual sea el resultado tras el cierre de los colegios electorales, lo que si está claro es que se producirá un notable cambio en la Asamblea Regional y una reactivación en la vida parlamentaria en los próximos cuatro años. Valcárcel ha renovado las listas, especialmente en la circunscripción de Murcia, con fichajes de prestigio y reincorporaciones para fortalecer el grupo popular, que en estos cuatro años era un perfil medio tirando a bajo. El cambio en los socialistas murcianos es mucho mayor y los nuevos dirigentes regionales salidos del pasado congreso se estrenarán en bloque arropando a Pedro Saura, ausente en la última legislatura. Paralelamente, desaparecen de los bancos de la Asamblea históricos pesos pesados de etapas anteriores del PSRM.
De "El Faro"

Anónimo dijo...

¿Por qué no despega el PP en las encuestas?

Una de las grandes incógnitas políticas y sociológicas de la España actual es averiguar por qué razón, a pesar de los errores reiterados del actual gobierno y del rechazo que la política de José Luis Rodríguez Zapatero provoca entre los demócratas, los católicos y los millones de españoles que no militan en partidos políticos, el Partido Popular no consigue despegar en las encuestas y sigue sin superar al desgastado PSOE en intención de voto.

Es cierto que el electorado español es bastante inamovible y que tanto el PSOE como el PP cuentan con sendos bloques de ciudadanos, cada uno del 33 por ciento, aproximadamente, del electorado, que más que simpatizantes son "hooligans" fanatizados, fieles "hasta la muerte", hagan lo que hagan sus respectivos partidos, de manera servil y descerebrada.

Pero también es cierto que existe otro 33 por ciento de electores libres, que todavía conservan la libertad de elegir, que es el que quita y pone gobiernos en España, que, contra todo pronóstico y a pesar de los terribles errores del PSOE, no termina de decidirse a apoyar al PP.

Aunque los "think tanks" de la derecha se están devanando los sesos para desvelar el misterio, quizás también por servilismo son incapaces de ver que la respuesta es fácil, aunque también compleja: los ciudadanos no terminan de fiarse del PP y están cambiando su forma de afrontar la política. Antes, esa masa de votantes libres castigaba el mal gobierno votando a la oposición, pero ahora, convencidos cada vez más de que todos los políticos son parecidos y que el problema no se soluciona eligiendo un gobierno u otro, sino regenerando el sistema, podrido, corrupto e ineficiente, los ciudadanos analizan otras opciones como nuevos partidos (¿Ciudadanos?), el voto en blanco o la abstención y se resisten a caer en la trampa de votar siempre cabreados, castigando a los que gobiernan y entregando un cheque en blanco a otros partidos de oposición que, probablemente, no sean mejores.

En el caso del Partido Popular, la resistencia de los ciudadanos libres a entregarles el voto, a pesar de la nefasta gestión del gobierno socialista, se agrava por dos factores concretos: el primero es que los rostros que ofrece el PP de Rajoy (Zaplana, Acebes, Arenas...) están terriblemente desgastados y son los mismos que perdieron ya el favor de los electores en los comicios de marzo de 2004; el segundo es que lo mismo ocurre con el programa de la derecha, que no incorpora novedad importante alguna, ni siquiera aquellas que demanda a gritos la sociedad, como una regeneración democrática o una moralización de la vida política que erradique la corrupción y los sucios privilegios y ventajas de la casta de los políticos profesionales.

La situación está llevando a que se asuma como cierto el triste, desesperanzador y democraticamente nocivo grito de "todos los políticos son iguales", altamente corrosivo para el sistema.

Algunos expertos politólogos y sociólogos consideran esas nuevas actitudes del electorado como un signo de madurez democrática, ya que las exigencias ciudadanas a los políticos se están incrementando notablemente. Pero advierten que también representan un peligroso retroceso en la democracia, basado en el deterioro del prestigio de los dirigentes y de los partidos políticos.

Voto en Blanco

Francisco Rubiales

Anónimo dijo...

¿Qué se puede esperar de un tipo que dice por teléfono cochinadas a una señora?