domingo, 9 de julio de 2023

Xosé Manuel Beiras: "Vox emerge porque al gran capital ya no le sirven las reglas del juego"


SANTIAGO DE COMPOSTELA.- Xosé Manuel Beiras (Santiago, 1936) lleva fumando desde que, como le sucede a cualquier fumador, empezó a hacerlo demasiado pronto. Él y sus compañeros de carrera compraban una picadura infame de Tabacalera que suavizaban luego con tabaco habano Partagás, y que alternaban cuando podían con aquellos cigarrillos Ideales que eran como una bomba para los pulmones, sin boquilla, empaquetados en papel y que había que engomar con la lengua antes de prenderlos.

El fundador y exlíder del Bloque Nacionalista Galego (BNG), probablemente la figura política, intelectual y académica más relevante de Galicia desde la muerte de Castelao en 1950, fumó en tiempos algo de rubio americano y mucho negro durante la mili, y se cambió a la pipa cuando llegó a Francia con 21 años para matricularse en Derecho y Económicas en La Sorbona. La pipa le permitía estudiar, leer y trabajar durante horas con mucha más comodidad. Y además el vicio, por entonces mucho más elegante que ahora, le salía mucho más económico.

Hijo de un histórico galleguista que regentaba un modesto establecimiento de paquetería, el dinero no le sobraba, tanto que en París sólo podía permitirse cenar en días alternos para poder ir al cine, al teatro y a conciertos el resto de noches de estómago vacío pero espíritu pleno y alejado de los años de plomo de la España franquista.

Más tarde, en Londres, se acostumbró a los Dunhill británicos que durante los años 80 y 90 acompañaron su imagen pública de nacionalista irreductible, hasta que se prohibió fumar en el Parlamento de Galicia, en la televisión y hasta en los mítines y las reuniones del Consello Nacional del BNG.

Recibe a Público en su casa de Brión, a quince minutos en coche de la capital de Galicia, y durante casi dos horas de entrevista en gallego enciende seis o siete Benson&Hedges. Le acompañan en sus gestos y hasta parecen indignarse y lanzar bocanadas con él cuando advierte de que la izquierda está condenada a repetirse en sus fracasos si se niega a sí misma sus principios más elementales en el combate contra la ultraderecha.

Beiras estructura su discurso en respuestas largas y reflexivas pero suavizadas con una ironía tierna y cercana, con la que va hilando su biografía con la historia, la economía, la filosofía, la geometría, el cine, la literatura y la música, armadas en volutas azules que el viento podría disipar pero que se asientan en un discurso tan inalterable como las hermosas vistas del valle de A Mahía que se divisan desde su huerta. "Sí, tengo 87 años y sigo fumando. Pero tengo los pulmones limpios".

Estamos en plena ola reaccionaria de ascenso de la extrema derecha en Europa, pero en España las izquierdas han estado tirándose los trastos a la cabeza hasta hace cinco minutos. ¿Esto tiene arreglo?

Primero habría que analizar por qué está ocurriendo esa emergencia descarada del fascismo y de los neonazis, la fascistización del PP y la aparición de Vox, que en realidad es un partido neonazi. Yo no les llamo extrema derecha, son nazis. El fenómeno que representan está perfectamente conceptualizado desde los años 20 y 30 del siglo pasado.

¿En qué sentido?

Este año se cumplen 90 años de El resistible ascenso de Arturo Ui  [la obra de Bertold Bretch que narra el acceso al poder de un mafioso de Chicago] y de todo lo que vino después: la quema del Reichstag alemán de la que se culpó al Partido Comunista y la expulsión de sus ochenta y tantos diputados.

Esa expulsión la propusieron los nazis, que fueron quienes habían quemado el Reichstag, y se ejecutó gracias al voto a favor de la SPD [los socialdemócratas]. ¿Por qué emerge Vox como partido con representación parlamentaria? Porque, como entonces, hay un momento en que al gran capital ya no le sirven las reglas del juego.

¿La situación actual en España es entonces asimilable a la del ascenso de los fascismos en los años veinte y treinta del siglo pasado?

El gran capital nunca asumió la democracia porque es incompatible con sus intereses. Hace cien años, lo que estaba en el centro de la estructura económica del sistema mundo era el capital monopolista de Estado. Ahora se ha convertido en capital trasnacionalizado y financializado. De las tres formas del capital -el comercial, el industrial y el bancario o financiero-, el que tiene la hegemonía desde la época de Thatcher y Reagan es el financiero.

En España, tras el susto de las elecciones de 2015, cuando desaparece el bipartidismo y emerge Podemos, el capital bancario responde montando un Podemos de derechas: Ciudadanos. El Banco Sabadell, ¿verdad? 

Luego ocurre la traición de la cúpula felipista del PSOE en otoño de 2016, cuando fuerzan la abstención para que siga gobernando Rajoy, que llevaba desde 2011 encabezando una dictadura de la oligarquía disfrazada de mayoría absoluta, que no respetaba los derechos constitucionales y que los estaba derogando uno a uno, vaciando de contenido los títulos Primero y Octavo de la Constitución. Es ahí cuando descabezan a Pedro Sánchez. Al año siguiente, emerge Vox.

¿Por qué cree que la izquierda erró en su análisis y en su respuesta a esa situación?

La izquierda rupturista estaba formada por aquel Podemos inicial nacido de la rebelión cívica de 2011. Una rebelión que en realidad ya había nacido en Galicia en 2002 con Nunca Máis, que fue su primera expresión rotunda, y luego con la movilización contra la guerra de Irak en 2003. La ciudadanía se sentía huérfana, "no nos representan", decían.

Y no era sólo el proletariado industrial, sino también las clases trabajadoras y la pequeña burguesía, la estructurada en torno a los pequeños empresarios y los autónomos. Esa rebelión cívica era rupturista, quería cambiar el régimen porque advirtió que el régimen no servía para resolver los problemas, sino sólo para ponerle cataplasmas.

Esa rebelión también provocó un cambio en las alianzas políticas tradicionales de los nacionalismos y la izquierda.

Los pioneros fuimos ese segmento del BNG que decidimos apostar por una alianza con la izquierda estatal que el Bloque rechazó. Si hubiera llegado a aceptarla, Feijóo habría perdido las elecciones y el nacionalismo en Galicia habría sido hegemónico.

Después llegaron las alianzas con las mareas municipales, no sólo aquí: Barcelona, València, Madrid, Andalucía... Y Podemos decide que hay que catapultar esa energía para cambiar la correlación de fuerzas en las Cortes. En un principio lo consiguen, y de las elecciones de diciembre de 2015 salen unas Cortes en las que, sobre todo en el Congreso, desaparece el bipartidismo e irrumpen las fuerzas nacionalistas progresistas: En Marea, Bildu, ERC... Y después aparece Vox.

Esa irrupción no se traduce en un Gobierno de izquierdas. El PP había ganado las elecciones con 123 escaños y Vox no tenía representación, y aunque Ciudadanos tenía 40 diputados, entre el PSOE, Podemos y sus aliados -ERC y EH Bildu- sumaban 172.

Es que no se permite que haya un Gobierno de coalición de la izquierda. Cuando en enero acordamos hacerle una propuesta a Pedro Sánchez, el mensaje que se lanzó fue que Pablo Iglesias había empezado a reclamar carteras determinadas.

Hizo mal en eso, pero ese día por la mañana se acordó una comisión de trabajo para estudiar la forma de ese Gobierno de coalición. ¿Y qué sucede? Que por la tarde Pedro Sánchez se reúne con ese catalán de Ciudadanos, este... ¿Cómo se llama?

¿Se refiere a Rivera?

Sí, a ese... Miguel Primo de Rivera [risas].

Quiere decir Albert Rivera.

Albert Primo de Rivera, claro [risas]... ¿Y qué sucede entonces?, decía. Que para poner a Patxi López de presidente de la Mesa del Parlamento el PSOE accede a que la derecha tenga mayoría en ella. Una Cámara con abrumadora mayoría de izquierdas y nacionalismos emancipadores, y en la Mesa la que tiene mayoría es la derecha.

Fue esa misma Mesa la que retorció el reglamento para evitar que En Marea, que tenía seis diputados, dos senadores y más del 15% de los votos en todas las circunscripciones gallegas, tuviera grupo parlamentario propio. A Compromís le sucedió lo mismo y se fue al grupo mixto, pero nosotros, por lealtad, nos quedamos y acordamos que En Marea funcionaría dentro del grupo de Unidas Podemos como subgrupo con libertad de voto.

¿Cómo fueron aquellas conversaciones?

Lo más increíble es que Felipe VII —yo le llamo así porque Felipe VI fue en realidad Felipe González— recibe a Pablo Iglesias, que le dice que apoya a Pedro Sánchez y que está dispuesto a ir a un Gobierno de coalición con el apoyo de los nacionalistas vascos y catalanes. Después de comer, el monarca recibe a Sánchez y éste le dice que está dispuesto a aceptar, pero que primero hay que consultar al PP porque tenía más votos.

Felipe VII recibe a Mariano Rajoy, que le dice que no. Pero el monarca propone a las Cortes a Rajoy para montar aquella situación de impasse. Cuando la Constitución española no le atribuye la proposición a las Cortes de un candidato, sino informar de las conversaciones a su presidente, que es quien propone.

Y de ahí a las segundas elecciones.

Sí, empieza el follón. A Sánchez le dicen en septiembre que tiene que abstenerse y él se niega. Tuvo agallas. Y empieza a articularse la estrategia que acabaría tras la moción de censura de 2018 en un Gobierno de coalición, que empieza a desmovilizar aquella rebelión cívica.

No se puede estar a la vez en el Gobierno y en la calle a no ser que tengas una red como, por ejemplo, la que tenía la SPD a finales del siglo XIX y principios del XX en Alemania en torno a su espacio político: los sindicatos, las casas del pueblo, las organizaciones juveniles, culturales... Podemos no la tenía, no se instaló en la sociedad. Tampoco En Marea.

Parece que la izquierda es más débil ahora que hace un siglo frente al ascenso de los fascismos.

Ahora es mucho más peligroso. Yo lo explico como una metáfora de geometría. Hay una máxima que dice que la historia siempre se repite, que caló en la izquierda por una interpretación equivocada de El 18 de brumario de Luis Bonaparte, de Carlos Marx. Cuando habla de la revolución de 1848, explica que la historia se repite primero como tragedia y luego como farsa. Pero no se refiere a la propia historia, sino a sus personajes.

Quiero decir que la historia avanza en espiral, en tres dimensiones. Si la proyectas sobre un plano verás un círculo que parece que se repite, pero no, en realidad está en tres dimensiones y es una espiral. Ahora estamos en la vertical de la Europa occidental de los años veinte y sobre todo de los años treinta del siglo XX.

Con situaciones análogas en el contexto socioeconómico, cultural, etcétera. Pero con la diferencia de que la potencia del gran capital se ha multiplicado por varios millones. Hace un siglo no había ninguna compañía trasnacional que tuviera más poder que un Estado. Hoy sí. Incluso con más poder que los Estados Unidos, como vimos en la crisis de 2008.

¿Cómo se traslada esa reflexión a España?

Cuando en España llega un Gobierno progresista, tiene el Gobierno, pero no tiene el poder. Yo le reconozco a Pedro Sánchez que ha sido muy inteligente, porque que en esas circunstancias no puedes tomar medidas rotundas que satisfagan a toda la ciudadanía que había participado en aquel horizonte de combate rupturista.

Una ciudadanía que empieza a sentirse huérfana de nuevo, pero que ya no está en aquella rebelión cívica. La dinámica sociopolítica pasa de estar en la sociedad a estar en las instituciones. Es análogo a lo que sucedió con el proceso de independentismo catalán.

¿Por qué?

Yo viví ese proceso y participé como observador en todas las convocatorias de consultas municipales que se organizaron a partir de 2011 y 2012 en Catalunya. Era impresionante. El referéndum lo estaban impulsando los ciudadanos, no los partidos. El único partido que estaba ahí metido eran las CUP, pero sólo como elemento logístico porque tenían una organización local muy extensa.

Cuando los independentistas ganan las elecciones de 2017 y convocan el referéndum, la dinámica política pasa de la sociedad civil a las instituciones, a la Generalitat, que está dentro del marco del Estatut de Autonomía de Catalunya y de la Constitución española que precisamente el independentismo quiere trascender. Pretendieron la independencia rompiendo las mismas instituciones que ellos dirigían.

Así les cayó la que les cayó, y por eso la sociedad civil empezó a desorganizarse y a desmovilizarse. Hay que tener en cuenta todo eso para entender lo que pasa después de 2018 en el conjunto del Estado, la hostilidad brutal y el acoso sistemático que puso en estado de sitio no sólo al Gobierno de coalición, sino a la mayoría progresista de la Cámara de Diputados.

Sumar ha anunciado que lleva en su programa una consulta popular sobre lo que se decida en la mesa de diálogo con Catalunya. Después de ese proceso del que usted ha hablado, da la impresión de que Sumar nace con miedo. No hace ni una sola mención al referéndum.

Es que Sumar ya había desertado cuando era Unidas Podemos. Yo no hablo mal de Yolanda Díaz, pero es que la historia es la que es. Ella estuvo en Alternativa Galega de Esquerdas (AGE) y luego en En Marea, que tenía cinco diputados en el Congreso y cuyos estatutos decían que las decisiones políticas que tenían que seguir los representante en las Cortes las tomaba el órgano colegiado de En Marea en Galicia.

De esos cinco diputados, dos provenían del espacio nacionalista, pero no del espacio dogmático, sino del abierto a alianzas. Estaban en minoría. Los otros tres, entre ellos Yolanda Díaz, se pasaron los estatutos de En Marea por el arco de triunfo. Funcionaron en clave de Pablo Iglesias, no en clave de En Marea. Y con el referéndum de Catalunya, se bajaron los pantalones. Ese otoño yo tuve un cristo gordo con Pablo Iglesias por ese asunto.

¿Pesaron también las cuestiones personales?

No lo lean así, pero ellos acababan de empezar en verano un proyecto para sacar un libro colectivo [Repensar la España plurinacional, con participación de Xavier Doménech, Dominique Saillard, Enric Juliana, Irantzu Mendia y los propios Beiras e Iglesias, entre otros] para el que me pidieron un ensayo.

El libro salió en septiembre y no me invitaron a la presentación en Madrid. Y en el periodo entre las elecciones de 2017 en Catalunya y el referéndum adoptaron una postura neutral, cuando en esa situación ser neutral era estar a favor de quienes se querían cargar el proceso.

Un día llamé a Pablo y le dije: "Oye, ¿pero tú has leído mi artículo?". Me dijo que sí, y hasta me mandó fotos del libro abierto en esas páginas. "Pues estáis haciendo todo lo contrario", le respondí. No tuvieron narices para apoyar el proceso independentista de Catalunya, no entendieron algo crucial por lo que nosotros ya nos habíamos jugado el tipo en el Bloque y que derivó en lo que fue primero AGE y luego En Marea.

¿Cómo relaciona usted ese proceso de AGE y En Marea con lo que en su opinión no entendieron Pablo Iglesias y Yolanda Díaz?

Vamos a ver. Hay que hacer política analizando dos sistemas de ejes de abscisas y coordenadas. Uno, la estructura de clases, es decir izquierda y derecha. El segundo: cuando se trata de una nación sin Estado, los ejes son la nación sometida y el Estado que somete. Hay que situar la expresión de las posiciones políticas en esos dos sistemas de coordenadas y luego superponerlos. Porque puedes llevarte sorpresas.

El nacionalismo gallego siempre tuvo muy claro que para ganar esa guerra había que dar la batalla decisiva en las instituciones centrales del Estado. Nosotros teníamos muy claro por qué habíamos hecho esa alianza. Si los vascos, que habían optado por la lucha armada, habían sido derrotados; si los catalanes, tras un proceso cívico absolutamente ejemplar, no sólo no lo consiguieron sino que sus líderes acabaron en la cárcel... O tienes alianzas con la izquierda estatal, sobre todo si es una izquierda rupturista, o no puedes dar esa batalla. Eso fue lo que nosotros sí entendimos.


¿Se trató entonces de una reflexión científica, digamos, basada en el análisis histórico de lo que había sido el nacionalismo gallego?

El nacionalismo gallego quizá lo entendió mejor que el resto porque siempre fue menos fuerte y porque nunca fue un nacionalismo burgués. Siempre fue un nacionalismo democrático, republicano y popular, que nació con la revolución gallega de 1846.

En La era de la revolución, donde Eric Hobsbawn analiza la historia política de Europa desde la Revolución Francesa de 1789 hasta la de 1848, en el último capítulo explica que esta última no fue una erupción volcánica imprevista, sino que hubo un proceso de erupciones que arrancan de la de 1830 y que una de ellas, que menciona como precedente, es la rebelión popular gallega de 1846.

Era un nacionalismo republicano, conectado con la lucha de los agraristas, de los siervos contra los señores, de los foreros contra los foristas. Un tipo como Alfredo Brañas, que era nacionalista conservador, que era regionalista, de derechas, católico, defendía a los siervos frente a los señores, e invocaba el ejemplo de Irlanda.

¿Esas claves históricas se pueden seguir aplicando hoy ? ¿Las tuvieron ustedes en cuenta a la hora de tejer alianzas en AGE y luego entre Anova y Podemos?

Los nacionalismos emancipadores son fundamentalmente de izquierdas. Un proceso de emancipación nacional en el fondo siempre es un proceso libertario. Marx y Lenin lo tenían muy claro. Yo nunca hablé de nacionalismo español. Eso es chauvinismo. El nacionalismo de un país que tiene un Estado propio y soberano es chauvinismo. Si sólo es nacionalista para oprimir a otros, es nacionalismo imperialista.

¿Qué nos enseñaba a nosotros la historia reciente del Estado español sobre las cuestiones nacionales? Para el Estado español los vascos eran terroristas; los catalanes, fenicios con los que se podía resolver todo con dinero, y Galicia, una colonia a la que podían mandar a un virrey como Fraga, como hizo Felipe González trucando las elecciones autonómicas de 1989.

En el caso catalán, los catalanes hicieron un Estatut muy consensuado, con un referéndum en el que, por cierto, yo hice campaña por el "no" con Carod Rovira... Un Estatut que luego se cargó el Tribunal Constitucional. Pero oiga, ¿quién se cree usted para cargarse un texto aprobado primero por el Parlament de Catalunya, luego por las Cortes Generales y luego por la ciudadanía en referéndum? Los miembros del Tribunal Constitucional tenían que estar en el trullo, procesados e inhabilitados de por vida. Un Estado que hace eso no es un Estado democrático. Eso es lo que la izquierda no se atreve a decir públicamente.

Uno de los puntos del acuerdo exprés que PP y Vox han alcanzado en el País Valencià hace una referencia explícita a la retirada de subvenciones a cualquier tipo de organizaciones que promuevan los Països Cataláns. ¿Cómo pueden los nacionalismos de izquierda en esos territorios plantar cara a eso que usted llama el chauvinismo españolista?

Quien debía plantarle cara es el poder judicial, si fuera constitucionalista. Porque va contra la Constitución. Como cuando en Aragón dicen que se van a cargar la enseñanza del aragonés. El artículo 3 de la Constitución establece que el español es la lengua oficial del Estado, pero también que los otros idiomas tendrán que ser promovidos, apoyados y amparados por el Estado.

Están yendo contra la Constitución. El Tribunal Constitucional debería entrar ahí por iniciativa propia. No hay que encargarle ese trabajo a los nacionalistas, que bastante tienen. Lo que no funciona es la Constitución.

¿No funciona la Constitución o no funciona la manera de aplicarla?

La Constitución funciona cuando se la aplica. Si no, es papel mojado. ¿En que año asesinó ETA a Ernest Lluch? Sobre el 2000, ¿no? Dos días antes yo estaba dando una conferencia en la Universidad Autónoma de Madrid y llevaba un librito editado por el Parlamento de Galicia con el Estatuto de Galicia y con la Constitución. Durante el coloquio, leí algunos de los artículos del Título Primero: la justicia, el sistema tributario, etcétera. "¿Este está vigente?", preguntaba. "No", me respondían. "¿Y éste". "Tampoco". "¿Y este otro?". "Tampoco".

Los alumnos sabían que en pleno año 2000 muchos preceptos de la Constitución no estaban vigentes. Al día siguiente me dieron la noticia del asesinato de Lluch, éramos muy amigos desde los años sesenta y me fui a Barcelona para asistir a la manifestación. Por eso lo recuerdo tan bien. Si la Constitución ya no estaba vigente entonces, imagínense ahora. Los primeros que se la pasan por el forro son los miembros del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial. Tenían que estar todos en la cárcel.

¿Cómo deberían responder a eso la izquierda y los nacionalismos?

En la izquierda caemos en la trampa que nos impone esa dialéctica de los fascistas apoyada por las brunetes mediáticas, por la cúpula del poder judicial y por buena parte de la magistratura. Mucha de la cual, por cierto, es más fascista que el propio Fríjol [en gallego, feixó significa fríjol, judía]. Y la izquierda sale a dar explicaciones. No hay que darles explicaciones. No se puede razonar con una piedra, con un canto rodado, con una planta. Es inútil.

Es entrar en su juego para acabar hablando de lo que ellos quieren, cuando lo que habría que hacer es cortarles el discurso. No es cuestión de derechas o izquierdas, sino de demócratas o antidemócratas. Lo que está sobre la mesa es si sobrevive por lo menos una interpretación democrática de la actual Constitución, y por lo tanto lealtad y fidelidad a la letra de la Constitución, o si nos arrasan los que van a coger todo eso y van a convertirlo en algo inexistente.

O sea, si vamos a tener un franquismo sin Franco, pero peor que el de los años setenta. Porque en el franquismo de los años setenta la gente tenía el horizonte de que aquello no podía durar, se estaba descomponiendo. Y ahora no, ahora está empezando.

¿También en Europa y el resto del mundo? Orbán, Meloni, Bolsonaro, Trump...

También. Y quien tiene la responsabilidad de lo que está ocurriendo en Europa es la UE. ¿Cómo puede Borrell decir las barbaridades belicistas que está diciendo? ¡Un socialdemócrata! Acabo de leer un artículo sobre lo que pasó con Jürgen Habermas [el filósofo alemán que ha abogado por las conversaciones de paz con Rusia para acabar con la guerra de Ucrania y que ha sido duramente criticado]. Yo no estoy de acuerdo con la invasión de Ucrania, pero es que ni la ONU ni la Unión Europea han puesto coto al proceso que ha ido cercando a Rusia.

Ojo, no cercando a Putin, sino a Rusia. Porque todo lo que se le achaca a Putin viene de los años noventa, de Yeltsin. ¿Quién desmanteló el entramado estatal de la economía rusa? ¿Quién impulsó a los nuevos oligarcas? ¿Putin? No, esa es la herencia de Yeltsin.

Toda esa literatura y esa narrativa cinematográfica sobre el caos nuclear en Rusia, con misiles y bombas nucleares circulando por el mercado negro de armamento de medio mundo, ¿de dónde viene? De la época de Yeltsin, que montó la contrarrevolución de lo que se llamaba el Partido Yanqui en Moscú. La historia es la que es, pero eso no se ve reflejado en los medios ni se debate en las organizaciones políticas de izquierda.

Hablaba de Habermas. ¿Cree que en Europa hay una suerte de persecución contra la intelectualidad que no suscribe el relato oficial sobre la guerra de Ucrania, y que la izquierda la ampara?

Voy a ponerles un ejemplo. Mi pareja y yo somos melómanos a tope, estamos suscritos a canales de música clásica y somos muy admiradores de un director ruso extraordinario, Valeri Guérguiyev. Fue quien mantuvo viva la orquesta del Teatro Mariinski de Leningrado —o de San Petersburgo— durante los años 90, y  en los años 2000 dirigió en la sala Pleyel de París la integral de sinfonías y conciertos para piano y para violín de Prokófiev y la integral de Shostakóvich, sinfonías y conciertos para violín, para piano, para violonchelo...

Pues bien, le invitaron a dirigir la London Simphony, una de las mejores orquestas del mundo, y dirigía también una de las dos grandes orquestas de Baviera. Cuando estalló la guerra de Ucrania, la dirección administrativa de la orquesta le exigió que firmara un documento contra Rusia y contra la guerra. Se negó, lo cesaron y desde entonces está desaparecido del mapa. Ya no dirige, y en las televisiones europeas ni siquiera emiten conciertos suyos anteriores a la guerra.

Díganme, cuando fue la invasión de Irak, ¿hubo algún caso en el que se exigiera a algún director occidental que denunciase a la OTAN bajo amenaza de quedarse sin trabajo? No, ¿verdad? Hay una inquisición que pesa también sobre la izquierda. Es un peso tan brutal que, por ejemplo, obliga a Pedro Sánchez a hacer lo que hizo con respecto a los saharauis, que es absolutamente impresentable. ¿O es que el monarca marroquí es un demócrata consumado? ¿Quién es más tiránico: ese monarca o Putin?

La izquierda política no se está dando cuenta de que está equivocada. Porque lo más importante que está ocurriendo en el sistema mundo no está ocurriendo en la guerra de Ucrania. Allí está ocurriendo lo más grave y lo más peligroso, pero no lo más importante.

¿Y qué es lo más importante que está ocurriendo?

El fin de la hegemonía del dinosaurio norteamericano, que ya está herido de muerte y que enfrenta el peligro de la  desdolarización de la economía mundial con el Nuevo Banco del Desarrollo del BRICS, en el que participan potencias demográficas y económicas como Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que preside Dilma Rousseff, y al que otros países como Argentina, la Colombia de Petro y Venezuela ya han dicho que están interesados en entrar.

Si potencias de esas dimensiones económicas y demográficas deciden dejar de funcionar en dólares en sus transacciones comerciales, financieras y monetarias, la hegemonía de Estados Unidos habrá terminado. Ese es el factor que está provocando el nerviosismo de Estados Unidos con China, no Taiwán. Pero la izquierda europea no se está enterando. Es elemental, pero yo no veo que haya ningún debate sobre eso, no lo mencionan ni siquiera en charlas informales. Sólo Ucrania, Ucrania, Ucrania...

Al margen de ese nuevo orden económico mundial al que parece que avanzamos, ¿cree que la izquierda española está contribuyendo por acción u omisión a la distorsión del relato sobre Rusia y Ucrania?

Es que parece como si Rusia no fuera parte de Europa, o como si Crimea no fuera parte de Rusia. Vamos a ver, ¿quién era Catalina la Grande? Siglo XVIII, ¿quién era su ministro más eficaz, y que además fue su amante? Grigori Potemkin. ¿Qué sucedía en Crimea en el siglo XVIII? Que era la puerta de entrada a Europa de turcos y otomanos. La zarina, con Potemkin, elabora un plan para repoblar y ordenar Crimea y taponar la entrada de los turcos.

¿Y qué tiene que ver eso con la Ucrania actual? Me explico: en El acorazado Potemkin, la película de Serguéi Eisenstein de 1925, los acontecimientos tienen lugar en Odesa, la tercera ciudad de Ucrania. ¿Acaso estaba Eisenstein rodando en el extranjero una de las películas básicas sobre la revolución soviética? 

Más aún, la Cantata Alexander Nevsky, de Prokófiev, ¿para qué fue compuesta? Para la película de Eisenstein de 1938 sobre Alexander Nevsky, que en el siglo XIII organizó un ejército popular contra los caballeros teutones, contra los cruzados. La batalla decisiva es la batalla del Lago Peipus, por cierto muy parecida a la batalla de Azincourt que narra Shakespeare en Enrique V.

Pero sigo: ¿Dónde sucede la apoteosis de la película? ¡La entrada en Kiev! [Risas] ¡Hasta podría ponerme en plan cabrón y decir que Putin está haciendo lo que hizo Alexander Nevsky hace no sé cuántos siglos! Hay un analfabetismo tan brutal, una falta de conocimiento y de memoria histórica en los grupos dirigentes de la izquierda que a mí me entra pánico.

¿Eso se traslada a las referencias ideológicas? ¿Hay un déficit ideológico y de solidez en la construcción intelectual del discurso de la izquierda?

Sí. Desde el momento en el que el PC renunció a la lucha de clases. Es como si un científico renunciase a la teoría de la atracción de los cuerpos celestes de Newton, como si dijera que las teorías de Einstein son una carallada o si le diera miedo citar lo que explicó Max Planck sobre las funciones discontinuas, los cuantos, las leyes deterministas en la ciencia y en la física...

¿Se imaginan a un físico diciendo una barbaridad así? Pues hay dirigentes políticos que dicen barbaridades equivalentes, ya no sólo del PP, sino de la izquierda. Y no pasa nada. Sí, hay una cobardía intelectual pasmosa que me cabrea muchísimo y me pone los pelos de punta. ¿Dónde está la fuerza alternativa a la barbaridad que se nos viene encima? Hay miedo a decir que eres socialista, marxista, anticapitalista...

¿Pero la ciudadanía está preparada para recibir ese tipo de mensajes? Si vemos la campaña del PP en las municipales, con el 'Que te vote Txapote' , agarrándose a los apoyos de Bildu al Gobierno en el Congreso para intentar romper la campaña... Eso cala en el electorado socialista.

Porque quien debería rebatirlo no tiene credibilidad. El BNG empezó en el Parlamento de Galicia en 1985 con un diputado, que era yo. En 1989, cuando mandaron a Fraga aquí, fueron seis menos uno, el que nos robaron. En 1993 pasamos a trece, que no fueron quince por muy poco. Y en 1997 dimos el sorpasso al PSOE. ¿Cuál fue mi contribución en todo eso? Decir las cosas como ustedes dicen que la ciudadanía no está preparada para entenderlas.

Eso de que el pueblo es ignorante es falso, es un montaje de la derecha. Es cierto que ha habido un proceso de analfabetización ideológica y política de las sucesivas promociones y generaciones de quienes no vivieron el franquismo, y que no tienen antídotos contra lo que está pasando, porque nadie se lo ha explicado. Hubo una amnistía que amnistió a los asesinos, se hizo borrón y cuenta nueva con la historia, que acaba en la Guerra de Independencia.

Nada de la República ni de la historia del franquismo en la enseñanza, como si la democracia la hubieran traído Juan Carlos y Felipe González y las libertades ya estuvieran ahí. No, es al contrario. Los derechos y las libertades se conquistan, pero o se ejercen sistemáticamente o se pierden, que es lo que está pasando ahora.

Ha dicho que la democracia está en cuestión, ¿pero lo que tenemos es de verdad una democracia plena?

El pacto de la reforma política, además de una aberración, es una traición. Fue un pacto con el franquismo. Y no es exclusivo de España, ha ido sucediendo en Occidente desde el final de la Segunda Guerra Mundial. A medida que se extendía, el modelo de democracia occidental se vaciaba de contenido. Cada vez más Estados democráticos y cada vez menos democracia en el sentido filosófico de la Grecia clásica.

El mismo Aristóteles, que no era de izquierdas sino de derechas, cuando definía democracia decía que no tenía que ver con la aritmética electoral, sino con el poder del demos, en el sentido de la Atenas de Pericles. Por cierto, ¿saben quién fundó y lideró en Atenas el Partido de los Pobres, el primer partido de base equivalente a los Sans-culottes de la Francia revolucionaria? Fue Aspasia, la amante de Pericles. No entiendo por qué el feminismo no utiliza ese referente.

Pero quiero decir que la democracia consiste en eso. Lo otro es un régimen de partidos y de elecciones libres, entre comillas. En el Estado español no tenemos una democracia. No es un régimen democrático. La Constitución es un diseño con normas democráticas, sobre todo en el Título Preliminar y en el Título Primero, que cada vez se aplican menos. Pero no es una democracia, ni siquiera una monarquía parlamentaria. Es una monarquía constitucional.

Con la Constitución como una 'carta otorgada'.

Más bien diría que la carta otorgada son los estatutos de autonomía. Por eso en Galicia no podíamos aceptarla, porque reivindicamos el ejercicio de la soberanía popular, que somos un pueblo con identidad propia, una nación con casi doscientos años de lucha cívica. Y eso que el nacionalismo gallego nunca fue independentista, pese a que tuvo segmentos independentistas.

Yo me pasé decenios siendo respetuoso con el régimen de la Constitución y del Estatuto, pero mi discurso siempre estuvo dirigido a trascenderlo. Tú puedes optar en las Cortes españolas, y me refiero a Podemos en 2015, 2016 y 2018, a entrar en un Gobierno. Y es cierto que se han hecho muchas cosas positivas que no se hubieran hecho si no hubiera estado Podemos. Las medidas más progresistas en defensa de la ciudadanía que hizo el Gobierno de Sánchez fueron iniciativa de Unidas Podemos con el apoyo de ERC y Bildu.

Pero una cosa es eso y otra que renuncies a un discurso que ponga el norte a medio plazo a trascender el actual régimen político. Porque si no, la gente no sabe hacia dónde vas. Hay que hacer pedagogía, la izquierda tiene que hacer pedagogía. Siempre.

¿Cómo se defiende mejor eso: votando a la izquierda estatal o a los nacionalismos?

En las elecciones del 28M, ¿quién ha resistido mejor a la avalancha de la ultraderecha?

Galicia, Euskadi y Catalunya, ¿no?

No, ¿quién resistió mejor en la izquierda a la izquierda del PSOE? En el eje de la contradicción de clase, Unidas Podemos, lo que hoy ya es Sumar, no resistió a esa ofensiva. ¿Y quién no sólo resistió, sino que incluso avanzó? EH Bildu y el BNG, en el eje nación sometida frente a Estado que somete. No hablo de Catalunya, porque es mucho más complejo después de que el Estado español desarbolara todo el independentismo, el independentismo burgués de Junts y el progre de ERC, que no es propiamente obrero ni socialista.

Quiero decir que las posiciones más rotundamente opuestas en su práctica interna, en su discurso frente al nazifascismo que viene, fueron EH Bildu y el BNG. Porque son organizaciones de izquierda, tan de izquierda como Sumar en su discurso, pero porque además defienden a pueblos que llevan siglos de lucha y que tienen memoria del franquismo. 

Y en el caso de Galicia, del fraguismo. El apoyo sociológico que tiene hoy el BNG es el apoyo del BNG más el apoyo del nacionalismo que no estaba en el BNG y que se pasó a él cuando Unidas Podemos reventó aquí por la traición de sus dirigentes, con el incumplimiento de los acuerdos de los que he hablado antes.

Y en Euskadi, el PNV se ha puesto de acuerdo con el PSOE y hasta con el PP para ponerle un dique de contención a EH Bildu. Significativo, ¿no? Claro que este PNV no es el de Arzalluz, Gorka Aguirre, Joseba Egibar, Markel Olano... Ese PNV era otra cosa, un partido socialcristiano. ¿Les cuento una anécdota?

Por favor.

Cuando tras las elecciones autonómicas de 1997 el nacionalismo gallego empezó a cotizarse fuera, empezó nuestra relación con el PNV. La primera vez que nos reunimos fue en Bilbo, en Sabinetxea, la sede del PNV. Acudimos una delegación del BNG en la que había representantes de la UPG, Pilar García Negro y Francisco García. Nos fuimos a comer y al volver, Arzalluz, que no había estado por la mañana, estaba en la sala.

Su recibimiento fue más o menos así: "¿Qué, qué tal os han dado de comer estos chicos? Porque si volvéis a Galicia diciendo que somos unos meapilas, no pasa nada. Pero si volvéis diciendo que no os dimos bien de comer, es una ofensa nacional" [risas]. Arzalluz era otra cosa. 

En el año 98, en el tiempo de Galeuscat [Galeuscat-Pueblos de Europa], nos hicimos muy amigos, de mucha confianza. Mi pareja, Aurichu [la pintora Aurora Pereira] y yo, incluso estuvimos en reuniones del Euskadi Buru Batzar [Comisión Central de Euskadi, el órgano ejecutivo nacional del PNV].

Arzalluz llegó a decirme que el pacto con Aznar en 1996 había sido un error histórico. Y también que fue Pujol quien les arrastró a ese pacto. Luego Pujol me dijo en una ocasión que tras las elecciones de ese año [en las que el PP ganó sin mayoría absoluta con 156 escaños frente a los 141 del PSOE] había llamado inmediatamente a Felipe González para decirle que CiU estaba dispuesta a renovar de inmediato el pacto de Gobierno del 93, y que sólo haría falta que negociasen también con Izquierda Unida para tener mayoría frente al PP de Aznar. 

La respuesta de González fue que no, que tenían que pactar con Aznar. Y Pujol arrastró al PNV.

¿Fue porque González no quería gobernar sin ser la lista más votada?

No, fue porque Felipe González era un sectario anticomunista. Yo le conocí muy bien entre 1974 y 1976, lo que duró la Conferencia Socialista Ibérica. Después creamos la Federación de Partidos Socialistas del Estado español, pero empezaron a sobornarlos uno a uno. Los únicos que no nos dejamos sobornar fuimos el Partido Socialista Galego (PSG), los únicos que no pactamos con el PSOE.

¿Sería factible repetir algo similar a Galeuscat, aquella alianza entre el PNV, CiU y BNG que lideraban Arzalluz, Pujol y usted, cuando las tres eran hegemónicas en los movimientos nacionalistas de Euskadi, Catalunya y Galicia? ¿Serviría para combatir esa oleada ultraderechista de la que habla?

Sí, pero no sería suficiente. Las izquierdas españolas de audiencia estatal tendrían que asumir en la practica lo que declaran verbalmente: que Galicia, Euskadi y Catalunya somos pueblos con historia propia, naciones con derecho a la autodeterminación. Si asumieran eso no habría independentismos porque todos somos pactistas en ese horizonte. Lo sé muy bien porque lo he vivido desde los años sesenta como responsable de asuntos externos del PSG.

Que lo hagan en la práctica y no sólo verbalmente es la clave para parar al fascismo y trascender este régimen. Pero no hay síntomas de que estén dispuestos a hacerlo. ¿Qué acaba de pasar en los ayuntamientos? ¡Parece que no se enteran! El PSOE está renunciando a gobernar en coalición con los nacionalismos de izquierda. 

¿Pero es que sois idiotas, no sabéis lo que se os viene encima? Es una ceguera total. ¿Después de la hostia que se han llevado no son conscientes de que hay que levantar baluartes, y no primar las cuestiones de partido sobre la defensa contra ese enemigo común?

Hacen como la SPD alemana, que en 1933, después de la quema del Reichstag, votó a favor de que se expulsara a los ochenta y tantos diputados del Partido Comunista. Y después, ¿qué pasó? Por eso digo que estamos en una situación análoga a la República de Weimar y a la República española.

Esta conversación deja un poco el ánimo por los suelos.

Es el pesimismo de la razón, como decía Gramsci. Pero yo nunca cedí a la tentación de tenerle miedo a la realidad. Y hay mucho miedo a la realidad en la izquierda, a analizarla y ver que es terrible. Porque frente al pesimismo de la razón está el optimismo de la voluntad. La izquierda no puede lograr las energías necesarias para enfrentarse a los brutales enemigos que tiene si no hace dos cosas: primero una cura de humildad y, en segundo lugar, explorar la realidad, reconocer que es terrible y, a partir de ahí, buscar las fórmulas y las energías para enfrentarse a ella.

Pero parece que en el mes que les queda para las generales ya no les va a dar tiempo...

Es que no están dispuestos a hacerlo. Pese a todo, yo no pierdo la esperanza de que se consiga activar parte del voto de la izquierda que se abstiene, aunque sólo sea para que haya una alternativa electoral que una a todo ese caleidoscopio de grupos de izquierda, si son capaces de hacer el discurso adecuado y darle credibilidad en la práctica.

¿Y cree que Sumar puede tener esa capacidad?

Sí, porque son inteligentes. Que sean miopes no significa que sean tontos, sólo que necesitan las lentes adecuadas. Confío en que se den cuenta de que no sólo se están jugando su propia piel, sino la de la gente del común. Empezando por la más intoxicada y alienada. Alienación, otro término que la izquierda ya no utiliza y que resulta fundamental para entender y explicar muchas cosas.

¿Y usted qué cree que puede pasar?

Pues a lo mejor que ocurre la catástrofe. Y quizá entonces la gente se dará cuenta de que o se pone en modo combate o sucederá aquello del ensayo de Camus Ni víctimas ni verdugos. Llegará un momento en que no quedará otro remedio que ser víctima o colaborar con tus propios verdugos. 

Un ejemplo: cuando en la pasada campaña Ayuso salió con aquello de que en las listas de Bildu había candidatos condenados por ETA, habría que haberle dicho: "Oiga, usted es una asesina en serie, mató a siete mil personas desvalidas, ancianas, que son más de diez veces los muertos de ETA en toda su historia. Y está apoyando a quienes están matando a mujeres todos los días, cientos de ellas al año". Pero lo que la izquierda respondió fue que si ETA ya no existe, que si Bildu ha renunciado a no sé qué... Que no es eso, coño.

Cita a Ayuso, pero en toda esta entrevista apenas ha aparecido Feijóo.

Feijóo es un cipayo, tartufo, felón, ignaro y fascista. En Madrid pensaban que era un moderado y que como nosotros, en Galicia, somos de provincias, no nos enteramos de lo que pasa. Ni siquiera parte de la izquierda sabía quién era. Y a mi edad digo: ¿cómo es posible? 

Verán, hay dos contravalores o antivalores que están en la base de la ideología y la cosmovisión del nazifascismo. Uno es la xenofobia y otro el nihilismo. Y me preocupa que la gente se quede con el diagnóstico que hago de la situación en vez de quedarse con lo que digo sobre lo que hay que enmendar y corregir para enfrentarla. 

Porque eso conduce al nihilismo, es el caldo de cultivo del nazismo y del fascismo.

Hay un fenomenal ensayo sobre eso, A violencia excedente, de Francisco Sampedro, el catedrático de Filosofía. La xenofobia es la negación de la alteridad, no pueden soportar que haya alguien distinto a ellos. Es lo que ocurre con el chauvinismo español. 

Yo estuve en Madrid del 60 al 63, para hacer mi tesis, vivía en el colegio mayor César Carlos y fui muy amigo del cura Aguirre [Jesús Aguirre, duque consorte de Alba]. Salíamos, me presentaban a gente y me preguntaban: "¿De dónde eres?". "Soy gallego", respondía yo. "¡Ah, español, claro!". Esa es la incomprensión de la alteridad: no, no eres gallego, eres español, a cojones.

Yo estoy dispuesto a ser ciudadano del Estado español, y ciudadano europeo, pero a condición de que cuando digo que soy gallego nadie me responda que, no que soy español. No. Entonces váyase usted a la mierda, quédese con su España y que le den la independencia a Madrid: "Toma, Ayuso, todo para ti. Ahí te quedas".

 

https://www.publico.es/politica/xose-manuel-beiras-vox-emerge-gran-capital-no-le-sirven-reglas-juego.html/amp?dicbo=v2-GERCqm6

Vox cede terreno y Sumar está más cerca de ser tercera fuerza, según las últimas encuestas


MADRID.- Este domingo, todas las encuestas destacaban la pugna de Vox y Sumar por el tercer puesto, una de las batallas más decisivas del próximo 23 de julio. Según la de 40dB para el País y la SER, Vox pierde un escaño con respecto al día anterior, hasta quedarse en 41 y Sumar, por su parte, ganaría un diputado y se situaría en 37. El partido ultraderechista de Santiago Abascal está más de un punto por delante de la plataforma de Yolanda Díaz. Aunque es algo menos de distancia que en los últimos días. 

La encuesta de Sigma Dos para El Mundo también concede a Vox el tercer puesto, pero con una competición apretada. Los de Abascal lograrían entre 34 y 37 asientos en el Congreso (uno menos que este sábado en la horquilla mínima). Son 15 puntos por debajo del resultado que logró en 2019. Sumar se mantiene en el mismo porcentaje que este sábado, con un 12,5% de los votos y situándose entre los 30 y 33 diputados.

Según GAD3 para ABC la formación de Santiago Abascal es tercera fuerza con 29 escaños, mientras que Sumar obtendría 26 diputados, las mismas cifras que este sábado.  

Las tres encuestas mantienen al PP en cabeza, aunque no todas conceden la mayoría que se necesita para gobernar al bloque de la derecha. En cualquier caso, en el escenario de una victoria hacia la derecha, Feijóo lo tiene difícil para gobernar en solitario.

Según 40dB, el PP y el PSOE, un día antes del único debate electoral entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, se mantendrían inalterables respecto a este sábado: los populares obtendrían 128 escaños y los socialistas 113. 

Deja en el aire la mayoría absoluta, ya que la suma de la derecha y la ultraderecha no alcanzaría para formar Gobierno (se quedaría en 169 frente a los 176 que se necesitan). El bloque que formarían el PSOE y Sumar alcanza 154 escaños.  

Sigma Dos también mantiene los datos de ambos partidos estables. Aunque, esta sí, le da mayoría absoluta a la suma del PP, Vox y UPN, que llegaría hasta los 185 escaños. Los de Feijóo se mantendrían entre 144 y 147 diputados. El PSOE se mantendría entre 105 y 108.

GAD3 para ABC también muestra un PP y un PSOE inalterables, en 150 y 115 escaños respectivamente, los mismos que este sábado. La suma del bloque de derechas, según este tracking, se queda entre 176 y 183 escaños, los suficientes para formar gobierno.

La encuesta de ABC hace además este domingo un desglose de escaños por provincias y, según sus datos, los populares serán la fuerza más votada en 43 circunscripciones y el PSOE solo sería primera fuerza en cinco de ellas: Barcelona, Tarragona, Álava y Las Palmas de Gran Canaria.  

El análisis del diario Público

La victoria del bloque de la derecha y sus opciones para formar gobierno siguen siendo una constante en la demoscopia; el PP ganaría las elecciones de manera holgada y dejaría bastante atrás al PSOE (incluso en el CIS Alberto Núñez Feijóo ya aventaja a Pedro Sánchez, algo que no había ocurrido en sus encuestas en toda la legislatura).

Sin embargo, tras el despliegue de las estrategias de los socialistas y del Sumar de Yolanda Díaz, junto a un síntoma claro de desgaste en Vox, las encuestas parecen apuntar a un pequeño cambio de tendencia. Un cambio, eso sí, que de momento no logra modificar las probabilidades de victoria de la derecha sobre la izquierda.

Según el último estudio de Key Data para Público, el Partido Popular se sitúa como la primera fuerza de los barómetros; con una estimación de voto del 33,7%, los conservadores se alejan del umbral del 30% y se sitúan más cerca del techo del 35%. Su proyección es de 140 escaños, una cifra que supera con mucho los resultados electorales de 2019 pero que sigue atando de forma irremediable a Feijóo a la ultraderecha.

"El Partido Popular, que ha tenido que pactar con Vox en parlamentos y consistorios municipales con negociaciones más o menos complicadas, consigue mantener 140 escaños y casi el 34% de los votos válidos. Ganará las próximas elecciones, pero está muy lejos de los 176 escaños que constituyen la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados. 

Para que Feijóo pueda presidir el gobierno necesitará del apoyo de Santiago Abascal, que no parece que vaya a darlo gratis", explica Paz Álvarez, directora técnica de Key Data.

Los conservadores mantienen una tendencia ascendente desde noviembre del pasado año, con un claro salto hacia adelante tras su victoria en las elecciones municipales y autonómicas de mayo. 

La segunda fuerza en las encuestas es el PSOE. Los de Pedro Sánchez comienzan a ver los efectos de la estrategia que han seguido durante la precampaña, con el presidente muy presente en los medios de comunicación, sobre todo en espacios y programas que no ha acostumbrado a visitar durante la legislatura, y que en la izquierda se ven como un caldo de cultivo de los relatos y el pensamiento conservador.

Con una estimación de voto del 27% la proyección de escaños de los socialistas es de 103; en este sentido, perderían hasta 20 escaños respecto a 2019, pero lograrían constatar una remontada en las encuestas después de que durante varios meses estuvieran cerca del umbral del 25%.

"En estos ajetreados días, después de las elecciones municipales, Pedro Sánchez ha planificado una campaña clara y muy activa con una importante presencia en medios de comunicación. El efecto en la intención de voto ha sido positiva; moviliza a su electorado y consigue recuperar votos y escaños", asegura Álvarez.

La tercera posición en la demoscopia continúa siendo de Vox, aunque cada vez está más disputada entre los de Abascal y Sumar. La formación de ultraderecha ha sufrido en las últimas semanas un desgaste tras las negociaciones con el PP para conformar varios gobiernos autonómicos después de las elecciones del 28M (País Valencià, Extremadura o Murcia).

Vox obtiene una estimación de voto del 13,9% y una proyección de 39 escaños, 13 menos que en los comicios de 2019. El partido cae por segundo mes consecutivo, aunque, al menos de momento, esta eventual pérdida de apoyos estaría siendo aprovechada por el Partido Popular.

Sumar es la cuarta fuerza en las encuestas y se encuentra inmersa en un cara a cara directo con Vox. Tras cerrar el acuerdo de coalición con 15 partidos (incluido Podemos), en las últimas dos semanas los de Yolanda Díaz han mantenido un crecimiento gradual pero constante que los acerca más al techo del 15% que al suelo del 10% (en el que se encontraba Unidas Podemos en las últimas encuestas antes de la irrupción de Sumar). 

Con una estimación de voto del 13,1%, los de Díaz tienen una proyección de 33 escaños. La estimación es prácticamente idéntica al porcentaje de votos que obtuvo UP en 2019 (12,9%), pero en este caso, debido al reparto de los escaños, Sumar tendría dos diputados menos. En ese cara a cara con Vox, este espacio estaría a apenas 200.000 votos de la ultraderecha. 

"El movimiento Sumar ha superado el conflicto de la inclusión o no de Irene Montero y está en condiciones de disputarle a Vox la tercera posición en intención de voto. Queda aún toda la campaña con sus debates, propuestas, errores y aciertos, que pueden acentuar o modificar estas tendencias", explica Álvarez.

Por bloques, la derecha conseguiría gobernar con una mayoría absoluta de 179 escaños, tres por encima de los necesarios para superar una investidura. El PSOE y Sumar tendrían 136 escaños, 22 menos que los que tienen en la actualidad. 

Respecto al resto de partidos, ERC perdería tres escaños y obtendría 10; Junts lograría conservar sus ocho asientos en el Congreso; el PNV perdería uno y se quedaría con cinco; mientras que EH Bildu ganaría un escaño, se pondría en seis y lograría ser la primera fuerza de Euskadi en el Parlamento estatal. La CUP perdería un diputado y se quedaría con un escaño.

Vox acusa al PP de Murcia de "chantajes" y culpa a López Miras si hay repetición electoral


SAN SEBASTIÁN.- El portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, ha asegurado este domingo que su formación no va a aceptar "chantajes" en Murcia y que al candidato del PP a la reelección, Fernando López Miras, "le queda todavía un día para decidir si quiere llegar a un acuerdo o si pretende llevar esto a una situación límite".

Espinosa de los Monteros ha hecho estas declaraciones a los periodistas en San Sebastián, ante la prisión de Martutene, donde ha advertido a López Miras que si opta por "poner a los murcianos al borde de una repetición electoral", será "solamente responsabilidad suya y él lo tendrá que explicar".

Cree que los populares están haciendo "una pantomima" para colocar al partido de Santiago Abascal "en una situación difícil", pero ha afirmado que Vox "ha mostrado siempre su posición de una manera muy clara" (la de apoyar al PP a cambio de formar parte de sus gobiernos).

"Lo hemos dicho en campaña, lo ha dicho Santiago Abascal constantemente y lo vamos a defender en Murcia hasta que el señor López Miras lo entienda, que lo entenderá", ha remarcado el representante de Vox.

"Lo que no vamos a aceptar nunca son chantajes y menos de un gobierno liderado por una persona que ya nos engañó hacer cuatro años", ha añadido.

sábado, 8 de julio de 2023

Vox tumba la investidura de Miras en Murcia por no querer pactar un gobierno regional de coalición


CARTAGENA.- El candidato del PP para presidir la Comunidad Autónoma, Fernando López Miras, no ha conseguido este viernes la mayoría absoluta para ser presidente regional en primera votación, obteniendo solo 21 votos a favor y 24 en contra. Los votos en contra de Vox, PSOE y del Grupo Mixto, representado por dos diputados de Podemos, han tumbado su investidura.

El candidato 'popular' solo ha obtenido los apoyos de su grupo, 21 diputados, al no haber alcanzado aún un acuerdo con Vox para conseguir que este grupo votara también a favor.
 
López Miras tendrá una segunda oportunidad para ser investido presidente el próximo lunes, 10 de julio, a las 11.00 horas, fecha en la que se repetirá la votación.
 
En esta ocasión, para ser investido como presidente necesitará mayoría simple, esto es, más 'síes' que 'noes', con lo que de obtener finalmente la abstención de Vox, el diputado del PP podría repetir como presidente de la Comunidad.
 
Durante su turno de réplica a los grupos parlamentarios en la segunda sesión del debate de investidura, López Miras ha dado las gracias al portavoz de Vox en la Asamblea, José Ángel Antelo, por su intervención y por su tono. "Lo que es evidente es que tenemos un buen número de coincidencias en los objetivos a lograr y en la forma de hacerlo posible", ha señalado.
 
"Ambas formaciones, la suya y el Partido Popular, creemos en la libertad frente al intervencionismo; y pensamos que es fundamental reducir la presencia de la Administración a aquello en que verdaderamente tiene un papel que ejercer y confiar plenamente en la capacidad de los ciudadanos", según el candidato del PP.
 
A su parecer, es "posible una Administración regional que simplifique procedimientos" y, por eso, ha recordado que durante esta legislatura hemos aprobado tres leyes de simplificación administrativa en base al acuerdo que firmó con Vox. También ha considerado que "es posible una Administración regional que reduzca de manera considerable el déficit público y se comprometa no solo a no incrementar la deuda, sino a reducirla también".
 
Del mismo modo, ha remarcado que tanto PP como Vox tienen como un principio "irrenunciable" la defensa del campo y del agua. Para eso, ha señalado que hace falta "romper ese relato perverso que ha forjado la izquierda, situando al campo como enemigo del progreso y del respeto al medio ambiente".
 
Ha considerado que, con el compromiso de un nuevo Plan Hidrológico Nacional que "empezará a cimentarse a partir del 23 de julio, vamos a garantizar no solo su presente, sino también su futuro". "Un futuro en el que, por supuesto, seguirá teniendo un papel esencial el trasvase Tajo-Segura", ha remarcado.
 
Entre otros puntos, también ha destacado que el PP defiende "que los padres son los que tienen la potestad de decidir la educación de sus hijos, en libertad, sin ataduras ni imposiciones ideológicas".
 
Ha remarcado las "coincidencias" con la formación que lidera Abascal a nivel nacional y ha pedido a Antelo que "se respete la mayoría que decidieron los murcianos y se posibilite formar un gobierno que dé por finalizado este impasse y se ponga a trabajar sin freno alguno a la velocidad que la región necesita y exige".
 
 
"Mi mano está tendida desde el primer momento", según López Miras, quien ha recordado a Vox que "las grandes decisiones, las grandes leyes y también, los presupuestos, por ejemplo, pasan por esta Cámara y que, sin duda, su papel será decisivo en cada decisión que tenga que tomar el Gobierno".
 
En cuanto a los incumplimientos denunciados por Vox con respecto a lo que acordó con el PP en 2019, López Miras ha discrepado "desde la cordialidad" y, de hecho, ha subrayado que "el 77% de lo que acordamos hace cuatro años se ha cumplido"
 
Además, ha recordado que "la palabra de Vox en la legislatura pasada duró dos años" porque "a los dos años ya no había a Vox en la Asamblea".
 
"Creo, sin duda, señorías, que los murcianos se esperan de nosotros ahora que dejemos de hablar de políticos, de sillones, de puestos y de cargos", según López Miras, quien cree que "la gente quiere que hablemos de sus problemas".
 
Ha señalado que otras regiones "ya caminan hacia el futuro", mientras que en la Región de Murcia "seguimos en el bloqueo" a pesar de que este jueves enumeró "las medidas que podríamos llevar a cabo de inmediato" y de las que Vox sería partícipe.
 
"Sus votantes tendrán voz si permiten que pongamos en marcha un nuevo Gobierno regional", según López Miras, quien no entiende que Vox rechace este "ofrecimiento al diálogo y al entendimiento. "Sobre todo cuando hemos transformado nuestra mano tendida en propiciar una mesa de negociación y poner encima de la mesa un programa con 88 medidas para hacer mejor la región de Murcia", ha señalado.
 
A su parecer, "el acuerdo es posible si aparcan los cálculos electorales", por lo que ha pedido a Vox que "piensen más en la Región de Murcia y menos en las encuestas".
 
"Los votantes del Partido Popular no nos votaron para formar un gobierno de coalición con Vox", según López Miras, que recuerda que le votaron a él y a un proyecto político "diferente al de Vox".
 
 
López Miras ha admitido que "quedaron cosas por hacer" en la pasada legislatura, pero ha advertido que el balance que los grupos de la oposición han efectuado este viernes en la Asamblea "ya lo juzgaron los ciudadanos" en las elecciones autonómicas del 28 de mayo.
 
Y a juzgar por la decisión de los ciudadanos, ha considerado que el PP "aprobó". 
 
"Y ustedes suspendieron y mire, no me extraña", según el candidato a la Presidencia, quien ha afeado a la portavoz de Podemos, María Marín, la "indignidad" de su intervención por sus "descalificativos, sus insultos y su falta de respeto".
 
Al portavoz del Grupo Socialista, José Vélez, le ha reprochado haber acudido a la Asamblea a "hablar de pasado y a pasar por alto que fueron los murcianos los que ya opinaron sobre" lo que él había hecho durante la pasada legislatura. Y, además, ha criticado que lo ha "trufado todo con una sarta de mentiras o de confusión de la realidad".
 
López Miras ha hablado de violencia de género porque "existe" y, de hecho, ha afirmado que él "siempre" lo ha dicho. Sin embargo, ha considerado que Vélez no puede "dar lecciones" a este respecto cuando su partido "no quiso firmar" con el PP el pacto de lucha contra la violencia de género.
 
También le ha reprochado al PSOE que hable de la tasa AROPE por ejemplo, "cuando precisamente este jueves el Banco de España decía que las familias en España que no son capaces de llegar a fin de mes y de afrontar sus gastos ordinarios, ha subido un 29% en el país que usted gobierna".
 
"Y viene a hablarnos de salarios cuando precisamente, conocíamos también esta semana, que el país que ha perdido mayor poder adquisitivo de sus salarios es el país que gobierna su jefe, el señor Pedro Sánchez", ha señalado. 
 
Frente a ello, ha remarcado que el informe del BBVA y de la EREF dicen precisamente que la Región de Murcia es la comunidad "que más ha crecido de toda España" del 2019 al 2022.
 
De la misma forma, ha ensalzado que Murcia es "la cuarta comunidad autónoma de toda España que más invierte en sanidad por habitante" y que es la tercera comunidad autónoma de toda España "que más invierte en sanidad en relación a su PIB".
 
"Yo creo que ya vamos entendiendo su resultado electoral y el del Partido Popular, ¿verdad?", ha remarcado el candidato del PP, quien ha criticado a Vélez por "insistir de forma obcecada no solo en ese recorte del trasvase, sino en condenar a los agricultores de la Región". 
 
A este respecto, le ha advertido que es "imposible" sustituir el agua desalada al agua del trasvase.
 
En cuanto al Mar Menor, ha señalado que a Vélez "se le ha olvidado decir que de los más de 500 millones de euros anunciados por la ministra Teresa Rivera no hemos visto dónde están". A su parecer, el Gobierno central "solo habla del Mar Menor cuando hay campaña electoral".
 
Ha arremetido contra el hecho de que Vélez "cuestione" los pactos del PP cuando ha sido delegado de un gobierno "que ha pactado con aquellos que no son capaces de condenar a otros que han pegado tiros en la nuca", es decir, "con Bildu", así como "con aquellos que quieren romper España, con secesionistas, con independentistas".

El sesgo hace mucho daño a la Iglesia / Joaquín Sánchez *

 

Me consta que ha habido quejas sobre la orientación de TRECE TV, cuyo propietario es la Iglesia Católica. Quejas que se han producido porque tiene una orientación política claramente de derechas y que nada tiene que ver con el pluralismo informativo y con el análisis riguroso de los acontecimientos.

Sesgo que no comparto y que hace mucho daño a la propia Iglesia porque aparecemos de nuevo identificados con la derecha y ultraderecha, a la cual la legitimamos, aunque sus decisiones vayan en contra de la orientación evangélica y la Doctrina Social de la Iglesia. 

Te pongo un ejemplo. Nosotros defendemos el trabajo digno y, dentro de estas condiciones dignas, exigimos un salario justo que permita a las familias llegar a final de mes y dar a los hijos un futuro que genere oportunidades y calidad de vida, como afirma el papa Benedicto XVI en la Carta Encíclica Caritas in Veritate, número 63.

Lo lógico, lo humano y lo evangélico sería que desde TRECE se hubiera valorado la decisión de subir el SMI del Gobierno actual y criticar la postura de la derecha y ultraderecha, pero se critica al Gobierno actual, que, por cierto, muchas medidas sociales sintonizan con la Doctrina Social de la iglesia, en contraposición, a la postura de la derecha y la ultraderecha. 

Sencillamente triste, doloroso, injusto y no hace honor a la verdad, porque somos altavoces de las derechas y no de los pobres, aunque haya programas, que están muy bien, sobre la solidaridad.

Quiero poner el acento en un programa que he visto en ocasiones y veo con más frecuencia recientemente que se llama “El Cascabel”. Es un tertulia donde la falta de respeto, la mala educación, el desprecio y el odio, sí el odio, Cardenal Omella, está tan presente que siento vergüenza e indignación. Desprecios, insultos y odio a todo lo que no sea derecha y ultraderecha.

¿Cómo desde un medio católico se puede llamar a las personas de Podemos gentuza? ¿Cómo se puede dirigir al ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con tono despectivo “Zp”? Y, no te quiero decir nada, Omella, con la cuestión del sanchismo, que lo convierte en una obsesión enfermiza y brota un odio profundo digno de estudio. Estas son algunas de las lindezas que se pueden oír, además de tergiversar la realidad para promocionar a la derecha.

Un odio que nace del fanatismo

Es un odio que nace de un fanatismo y un fundamentalismo que nada tiene que ver con el periodismo, con el servicio a la verdad y al bien común, como afirma el papa Francisco. He observado como los propios tertulianos bajan la cabeza ante esa avalancha de odio y disparates que sale de la boca de quien dirige ese programa; me imagino que, aunque conservadores, no se sentirán identificados con ese periodismo ofensivo y hasta panfletario, y no lo digo en sentido irónico. 

Ante todo esto me preguntó si es posible hacer desde TRECE TV un periodismo plural y, si no pueden, hacerlo tenéis la obligación moral de decirlo; eso sí, por lo menos eviten tanto insultos, descalificaciones y odios a toda la izquierda y a todo lo que no sea derecha y ultraderecha. ¿O estamos pidiendo un imposible para una Iglesia cuya seña de identidad es el amor, el respeto, la dignidad humana y la verdad?

 

(*) Sacerdote de la diócesis de Cartagena y consiliario de HOAC en la Región de Murcia

 

  https://www.religiondigital.org/opinion/Carta-cardenal-Omella-TRECE-TV_0_2575242470.html

Científicos descubren la temperatura máxima que puede soportar el ser humano

 


WASHINGTON.- Tras una semana en la que la Tierra ha batido en dos jornadas consecutivas el récord del día más caluroso desde 1979, Investigadores de la Universidad de Roehampton, en el Reino Unido, han anunciado los resultados de un estudio en el que buscaban saber cuánto calor es demasiado calor para el cuerpo humano. Los científicos han determinado que el límite en el que ya no somos capaces de regular nuestra temperatura corporal está entre 40 y 50 grados Celsius.

El pasado tres de julio fue declarado como el día más caluroso jamás registrado en la Tierra. La temperatura media global del aire medida a dos metros por encima de la superficie terrestre alcanzó los 17,01 grados Celsius, según datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) recopilados por la Universidad de Maine, en EEUU. Al día siguiente, los datos marcaban aún más calor, 17,18 grados.

Y esta tendencia no tiene pinta de parar. Los nuevos récords de calor en todo el planeta sugieren que el 2023 será probablemente uno de los años más calurosos jamás registrados. Investigadores como Robert Rohde, de la Universidad de Berkeley, en EEUU, creen que esto se debe a que el doble efecto del cambio climático y el calentamiento provocado por el fenómeno de El Niño impulsan las temperaturas a nuevos máximos. 

Sin embargo, todavía no llegamos a entender del todo cómo afectan las temperaturas extremas al metabolismo humano, aunque el nuevo estudio nos da algo de luz. "Esta investigación aporta conocimientos fundamentales sobre cómo reaccionamos a entornos subóptimos y cómo lo 'óptimo' difiere entre personas con distintas características", explica Lewis Halsey, investigador principal del estudio y catedrático de Ciencias de la Vida y la Salud de la Universidad de Roehampton. Este trabajo, asegura, puede tener implicaciones para las condiciones de trabajo, el deporte, la medicina y los viajes internacionales.

Cuál es nuestro límite

El equipo se ha centrado en observar el intervalo de temperaturas en el que la tasa metabólica —la cantidad de energía mínima que necesita el cuerpo para realizar los procesos básicos— puede seguir controlando la temperatura de nuestros órganos vitales internos del cuerpo, como el corazón, los pulmones y el cerebro, sin consumir más energía de lo normal, lo que se conoce como temperatura central. 

Investigaciones anteriores ya han calculado la temperatura a la que nuestro cuerpo empieza a gastar energía para generar calor y combatir el frío exterior, la llamada temperatura crítica inferior. Sin embargo, apenas tenemos datos sobre la temperatura a partir de la cual nuestro cuerpo comienza a luchar con el calor, lo que sería nuestra temperatura crítica superior. De hecho, los científicos ni siquiera saben si los humanos tenemos una temperatura crítica superior ya que los mecanismos del cuerpo para mitigar el calor, la sudoración y la dilatación de los vasos sanguíneos, no consumen demasiada energía.

"Se ha trabajado mucho sobre el rango de temperaturas a las que prefieren vivir las distintas especies animales para que su tasa metabólica sea mínima y, por tanto, su gasto energético sea bajo", explica Halsey. "Extrañamente, la información sobre los humanos está mucho menos disponible cuando se consideran los límites superiores de nuestra zona neutra térmica".

Diferencias entre mujeres y hombres

El equipo de Halsey lleva realizando experimentos varios años para dar una respuesta a este misterio. En 2021 llevaron a cabo una serie de experimentos con 13 participantes menores de 60 años a los que hicieron permanecer semidesnudos durante una hora en una cámara en la que replicaron cuatro condiciones diferentes de temperatura y humedad, entre los 40 y 50 grados Celsius y el 25 y el 50 % de humedad. 

Los investigadores midieron las tasas metabólicas en reposo, la temperatura central, la presión arterial, la frecuencia cardiaca y la frecuencia respiratoria de los participantes y compararon sus resultados con mediciones de control tomadas a una temperatura en la que el cuerpo puede regular cómodamente la temperatura central, 28 grados Celsius con un 50% de humedad. 

Ahora han hecho otra ronda de experimentos en la que se le realizaron electrocardiogramas del corazón a 24 participantes, algunos de ellos participantes del estudio anterior, mientras estaban expuestos a 50 grados Celsius y condiciones del 25% de humedad. Los resultados de estas pruebas mostraron que la frecuencia cardiaca aumentaba más en las mujeres que en los hombres. 

"Encontramos algunos cambios considerables en las respuestas de la función cardiaca al calor entre categorías de personas, siendo el más llamativo el de los sexos", explica Halsey. "Es decir, por término medio, hombres y mujeres muestran algunas diferencias clave en sus respuestas cardiovasculares al calor".

Estos estudios se han realizado con un grupo pequeño de participantes muy homogéneo que vive en la misma región del mundo. El equipo asegura que sus experimentos están todavía en curso por lo que es posible que en el futuro añadan más variedad a la muestra y consigan resultados más específicos. 

"Estamos construyendo una imagen sobre cómo responde el cuerpo al estrés térmico, su capacidad de adaptación, los límites de esas adaptaciones y, sobre todo, la variedad de respuestas entre individuos. En un mundo que se calienta, estos conocimientos son cada vez más valiosos", añade el investigador.  

Las últimas encuestas electorales publicadas siguen dando la victoria al PP a pesar de la ligera subida del PSOE


MADRID.- A poco más de dos semanas de las elecciones generales, las encuestas electorales siguen echando humo. Un minuto a minuto diario con la estimación de voto que ha variado poco en las últimas semanas. 

A pesar de que sus pactos con Vox hicieron mella, los de Alberto Núñez Feijóo continúan ampliando su ventaja respecto a los socialistas, debido en gran parte a la fuga de votos del PSOE que se están llevando los populares.

Pedro Sánchez ha mejorado algo su dato, pero continúa siendo segunda fuerza política, mientras que Vox se mantiene en tercera posición, seguido de Sumar, que en las últimas encuestas baja ligeramente sus números.

Según el tracking diario de Sigma Dos para El Mundo, hay una tendencia estable y al alza de los populares, que conseguirían una horquilla de entre 145 y 147 diputados. Resaltan los datos que en apenas tres días, las expectativas han crecido siete décimas y aspiran a alcanzar los 150 escaños. El mantenimiento de Vox como tercera fuerza política (35-37) daría al bloque de la derecha la mayoría absoluta con entre 180 y 185 diputados.

Por su parte, el PSOE retrocede hasta el 28,2% perdiendo dos escaños en su horquilla máxima (104 y 106 diputados). La distancia se ensancha y Feijóo saca a Sánchez casi 7 puntos y más de 40 diputados. La suma con el partido de Yolanda Díaz tampoco daría opciones al bloque de la izquierda, puesto que Sumar conseguiría entre 30 y 32 escaños.

Enfrente, tenemos la segunda entrega de la encuesta diaria de 40dB para la SER y El País que deja al bloque de la derecha a tan sólo seis escaños de la mayoría absoluta. El PP obtendría el 31,5% de los votos y 128 escaños, mientras que Vox se quedaría con el 14,9% y 42 escaños. Ambos se quedan en 170 diputados.

Los de Pedro Sánchez lograrían el 29,3% y 113 diputados, los mismos que en el sondeo del viernes, mientras Sumar obtendría el 13,1% y 36 diputados (uno menos). Ambos partidos tampoco sumarían mayoría absoluta al quedarse en 149 escaños.

Donde no hay cambios es en el resto de formaciones políticas:

  • Junts Per Catalunya: 8 escaños.
  • ERC: 8 escaños.
  • Bildu: 6 escaños.
  • PNV: 5 escaños.
  • BNG, Coalición Canaria, CUP y Teruel Existe: 1 escaño por formación.

Según el sondeo, al PP y a Vox sólo les harían falta los votos del PNV y el apoyo de Coalición Canaria o Teruel Existe para llegar a la mayoría absoluta.

PSOE y Sumar, por su parte, tendrían que contar con todos los nacionalistas catalanes y vascos (Junts, ERC, Bildu y PNV) para conseguir los 176 escaños que les daría el Gobierno.

miércoles, 5 de julio de 2023

El CIS abre la puerta a una mayoría absoluta de PSOE y Sumar el 23JL



MADRID.- La macroencuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para las elecciones generales del 23 de julio esboza un escenario de empate técnico, con el PP dos décimas por delante del PSOE, aunque la suma de la izquierda ganaría en escaños, rondando la mayoría absoluta de socialistas y Sumar. La estimación para Murcia es 2-3 escaños para PSOE, 4-5 PP, 2 para Vox y 1 Sumar.

En concreto, el CIS da al PP una estimación de voto del 31,4%, por lo que podría obtener entre 122 y 140 escaños. Sería la primera vez que el instituto público que dirige José Félix Tezanos da la primera plaza a los populares, frente al 31,2% que lograría el PSOE, que se traduciría en entre 115 y 135 diputados.

 La tercera plaza es para Sumar con un 16,4% (43-50 escaños), que supera el resultado de Unidas Podemos de 2019, mientras que Vox cae a la cuarta plaza con un 10,6% (21-29 asientos en el Congreso).

En todo caso, la suma del PP y de Vox quedaría lejos de la mayoría absoluta en el Congreso, que se sitúa en 176 escaños, mientras que el PSOE con Sumar tendría a tiro el gobierno pues ambas fuerzas, en la horquilla más alta, lograrían mayoría absoluta o tendrían fácil lograrlo con algún otro partido minoritario

Eso sí, las horquillas de esta encuesta del CIS son tan amplias que llegan a ofrecer un margen de casi veinte escaños, de modo que el escenario de pactos a la izquierda estaría muy abierto. 

El estudio ha sido realizado con más de 29.200 entrevistas telefónicas a lo largo de 20 días el pasado mes de junio, tras la victoria del PP en las elecciones municipales del 28-M y cuando se estaban negociando ayuntamientos y parlamentos autonómicos.

Con sus datos, el CIS confirma un refuerzo del bipartidismo, al superar tanto PP como PSOE el umbral del 30% de intención de voto. Al margen de los cuatro partidos nacionales, la mayoría de fuerzas nacionalistas se verían resentidas: ERC bajaría de 13 escaños a entre 5 y 7, con una estimación del 1,6%; Junts obtendría entre 3 y 6 diputados (1,1%) frente a los 8 de 2019; y el PNV sacaría un 1% de estimación, bajando a entre 3 y 5 escaños frente a los 6 actuales.  

EH Bildu sería la única que podría mejorar sus resultados de las anteriores generales, al lograr entre 4 y 7 asientos en el Congreso, superando así a su principal competidor en el País Vasco, el PNV.

En alza también aparece el BNG, con un 1% y 2 o 3 escaños, mientras que Coalición Canaria, Teruel Existe y la CUP tienen en el aire entrar en el Congreso.

A un mes de la cita con las urnas, el PP ya cuenta con el voto decidido del 25,4% de los españoles, mientras que un 24,6% avanza su intención de apoyar a Pedro Sánchez. El tercer partido mencionado en voto directo es Sumar, con un 12,7% de las respuestas espontáneas, y Vox se queda en un 8,8%.

Ante esa pregunta directa, todavía hay un 14,1% de electores que no tiene decidido su voto y otro 2,8% que evita contestar. La abstención está en una franja mínima: sólo un 2,3% anticipa que no acudirá al colegio electoral.

Es más, la celebración de elecciones en vacaciones no parece haber hecho mella en los electores, según el CIS, pues en otra pregunta se ve un 82% que tiene decidido ir a votar en persona, mientras que un 6,6% asegura que ya pedido el voto por correo y otro 6,8% piensa solicitarlo.

En cuanto a la valoración de líderes, la de Sumar y vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, repite en cabeza con una nota media de 4,70 puntos, pero es su peor dato en año y medio y ya le pisa los talones el presidente Pedro Sánchez, que sube hasta los 4,68 puntos. La tercera plaza es para Alberto Núñez Feijóo, con 4,30, y muy lejos queda el presidente de Vox, Santiago Abascal, con 2,96 puntos.

Sánchez vuelve a ser el político preferido para presidir el Gobierno, mencionado por el 28,5% de los encuestados, pero el líder del PP ha ido recortando la ventaja del socialista y en esta macroencuesta está a menos de dos puntos (26,7%), cuando en los tres últimos barómetros estaba cinco o seis puntos por debajo.

Por último, hay división de opiniones sobre la gestión del Gobierno de coalición: un 43,3% de los encuestados expresa una valoración positiva frente a un 48,9% que la descalifica como mala o muy mala. Eso sí, la labor de oposición del PP es vista peor: siete de cada diez la descalifican (71,1%) y sólo un 18,5% la juzga 'buena' o 'muy buena'.

 

resultado electoral que prevé el CIS para el 23-J en cada provincia

viernes, 30 de junio de 2023

El destacado reportero gráfico Ángel Martínez Requiel se nos fue la pasada madrugada a los 79 años


MURCIA.- El fotógrafo Ángel Martínez Requiel (Murcia, 1949), decano del fotoperiodismo murciano y hombre destacado del reporterismo de esta región en las últimas décadas del siglo XX, ha fallecido en la madrugada de este viernes a los 79 años, según han informado fuentes familiares. El cuerpo de Ángel Martínez será velado en el Tanatorio Nuestro Padre Jesús de la ciudad de Murcia, donde a las 10.45 horas de este sábado se oficiará una misa de corpore in sepulto.

Ángel inició su carrera como aprendiz en el taller ‘Fotos López’, de la calle Trapería, en 1956, donde aprendió el oficio tanto de laboratorio como de reportaje y realizó diferentes incursiones en el mundo de la prensa. Pasado el tiempo de formación, comenzó a desarrollar su labor como fotógrafo profesional. 

Martínez -yerno del también emblemático redactor gráfico Juan López y padre del  periodista gráfico Juanchi López- trabajó en los periódicos Línea y Hoja del Lunes, entre otros, y formó parte durante años del grupo de informadores que trabajaron para la delegación de la Agencia Efe en Murcia en la década de los 80.

Discípulo y yerno del fotógrafo Juan López, el hoy desaparecido Ángel Martínez fue testigo de los acontecimientos sociales, políticos, económicos y culturales que transformaron la Región de Murcia en la transición, y compartió profesión con su hijo Juanchi, de quien admiraba la "profesionalidad, bonhomía y seriedad" heredada de su abuelo, según comentó en una entrevista.

Fotografías de Ángel Martínez Requiel forman parte de la exposición Memoria Colectiva en la Sala Glorieta Uno del Ayuntamiento, en la que se muestra el trabajo y la historia de 'Fotos López', negocio familiar en el que Ángel Martínez entró con tan solo 14 años como aprendiz, casándose posteriormente con Pepita, la hija de Juan López. 

A lo largo de su carrera, compaginó el ejercicio de reportero gráfico con el de fotógrafo comercial. En 1985 inauguró un local en la plaza de los Apóstoles, comercio en el que ejerció hasta su retirada, junto a su hijo Juanchi López. 

Ángel continuó con el negocio familiar, dejando una profunda huella también en la fotografía testimonial de la ciudad y pasando a llamarse su tienda 'Fotos Ángel'. Hoy es su hijo, Juanchi López -otro reconocido profesional- quien encarna la tradición familiar.

Las fotografías de Ángel Martínez han formado parte en los últimos tiempos de diferentes exposiciones que han revivido la memoria reciente de Murcia, ya que fue testigo de los acontecimientos más relevantes que han sucedido en décadas. 

El fotoperiodista murciano, testigo de excepción de la Transición democrática en nuestra Región, donó en 2013 su legado fotográfico al Archivo General. Algunas de ellas formaron parte de la exposición "La imagen de un tiempo: Ángel Martínez Requiel, fotografías", celebrada en Murcia en el otoño de 2014.

Como fotógrafo de prensa abarcó todos los campos: política, toros, sucesos o deportes, y en todos ellos fue ejemplo de dedicación y profesionalidad, junto con una discreción y afabilidad que hizo que todos cuanto lo trataban le ofrecieran su amistad y respeto.

Su buen hacer quedó patente también cuando trabajó para diversas instituciones públicas, como la Comunidad Autónoma o la Universidad de Murcia. Hombre de profundas convicciones religiosas, supo llevar con resignación la enfermedad que le fue diagnosticada hace pocas semanas y que ha acabado finalmente con su vida.

Era hermano del más que destacado tenista murciano Miguel Martínez Requiel (subcampeón de España de Segunda Categoría y Campeón de Levante Absoluto. Su mejor ranking fue el 8º nacional absoluto. Defendió los colores del MCT en categoría absoluta), desaparecido también hace muchos años y padre de la conocida empresaria Sonia Martínez Climent. 

 

Parte de la obra de Ángel Martínez Requiel se puede admirar en los dos enlaces adjuntos

https://archivogeneral.carm.es/archivoGeneral/arg.pMostrarDetalleGaleria.incluir_galeria?idseccion=768

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 https://estaticoarchivo.carm.es/adjuntos/DOC24582422020_99_LaimagendeuntiempoAngelMartinezRequiel-web.pdf

miércoles, 21 de junio de 2023

No hay cultura de coalición / Francisco Poveda *


Ya lo vimos con PP-Cs. Lo hemos visto luego con PSOE-IU-Podemos+nacionalistas. Y ahora, de momento, vemos tanto sobresalto como se esperaba tras las recientes elecciones por adolecer la clase política española dominante de falta de cultura de coalición, especialmente con formaciones radicales los dos grandes partidos, a los que les cuesta asumir gran parte del programa de otro.

El intento de moción de censura fracasada hace meses en la Asamblea Regional de Murcia, de Cs con el PSOE tras haber gobernado con el PP la Comunidad Autónoma unos centristas ninguneados y la moción de censura efectiva de ese mismo aliado -igualmente despreciado- en el Ayuntamiento de Murcia, contra el alcalde del PP antes de expirar los mandatos en ambos casos, demuestra que los de Alberto Núñez Feijóo carecen de cultura de coalición y fama de incumplir los pactos suscritos en toda su esencia. No así el PSOE con Podemos y otros neocomunistas de IU.

Quizá no es tiempo todavía de que afloren públicamente ahora en todo su esplendor acuerdos generalizados con otras elecciones a la vista, aunque si el PP necesita a Vox tras las generales, eso ya será otra cuestión. Pero los de Vox saben cómo se las gasta el PP como aliado y se resisten a correr de entrada la misma suerte fatal de su antecesor centrista y no menos radical en su postura.

Vox es un partido algo tremendista, lleno de bocazas voluntaristas políticamente incorrectos y con mucha prisa por tocar poder como le pasó en su día a Podemos. Por contra, el PP es un partido moderado y de gobierno, que sabe medir bien los tiempos y lo que dice, cómo lo dice y cuando lo dice. Los outsider tipo Cayetana Álvarez de Toledo se miran con reservas por el grueso de la militancia y las baronías pese a reconocer su valía y madera de líder.

El PP es un partido de masas con una dirección democrática y más calidad en sus cuadros y militancia. Y Vox es un partido pequeño y sin filtros convenientes ante la avalancha de espontáneos dispuestos a comerse el mundo ellos solos, pero con muchos abandonos posteriores de cuadros periféricos desencantados con las corruptelas y una dirección centralizada sin baronías como corresponde a un extremismo populista que se precie.

Lo reciente de Murcia y Extremadura es un ejemplo claro de que Vox no es consciente de su propia entidad frente al PP. Lo de Valencia es una solución política generosa y con un socio más que comprensivo con el minoritario, que nunca debe ir por libre en una coalición a la que se deben, en primer lugar en una calculada discreción, que incluye prudencia en la imposición de su programa.

En la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón aceleró el paso para evitar que Génova 13 se lo marcase antes de la investidura por un instinto de controlar el proceso. Pero en el Ayuntamiento de Alicante se evitó el pacto desde el minuto uno para conjurar con Vox sustos como el del líder regional vetado desde Madrid o unas declaraciones de la índole que hizo uno de sus acólitos con pretensiones de conseller y en plena fase súbita de meritaje político personal al venirse arriba tras el acuerdo programático sobre 50 puntos.

Pero las encuestas todas apuntan la tendencia de un PP condenado a pactar con Vox si PSOE+Sumar y demás familia no les supera en votos el 23 de julio. Que pudiera pasar a tenor de algunos sondeos más arriesgados. No hay que descartarlo cuando parece que Sumar supera a Vox en intención de voto en todas las aproximaciones demoscópicas, que muestran la recogida del voto de Cs mayoritariamente por el PP, así como cierto trasvase desde Vox respecto al pasado 28 de mayo.

Visto desde Bruselas sería muy fuerte la repetición italiana en España, con un partido de extrema derecha, patriota y españolista en el Gobierno. El programa de Vox tiene exigencias de carácter tan firme como legítimas pero igualmente tiene otras más comunes y atrevidas con las que estaría de acuerdo una suficiente mayoría de gente de este país en este momento de absurdos excesos legislativos del bloque de izquierda gobernante, ampliamente rechazados.

A la hora de una coalición con Vox, eso debería tenerlo en cuenta el PP pese a ser consciente del más que claro techo electoral de su potencial socio de gobierno en ayuntamientos, regiones y La Moncloa que, igual que Podemos, Cs y en su día UPyD, puede terminar corriendo la misma suerte más pronto que tarde si no demuestra cierta templanza y sentido común político justo en este momento.

El pulso por elevación sigue a la vista. Ni chantajes ni regalos frente a porcentaje de votos. Como todos los pequeños partidos, Vox integra militancia un poco voluntarista y nada relativista por sus planteamientos más que absolutos. Recuerda mucho al Podemos inicial que, al tocar poder, no sabe ni quiere saber cómo se manejan los mandos. Vox no debe dar esa imagen de déficit para la gobernanza para no arruinar su presencia como le ha ocurrido a Podemos al pasar por el Gobierno.

Sólo el afán de poder del PSOE no hizo saltar antes por los aires la actual coalición de izquierdas, ni tampoco en un momento posterior ya muy crítico, pese a que lo hundía en una sima electoral que, a su vez, aupaba al PP.

Por eso, ahora, crecido por el pacto tripartito que otorga el poder nominal a Meloni en Italia, nuestro Vox ha perdido algo el sentido de la perspectiva y está dispuesto a pisar moqueta ministerial a partir de septiembre, si antes las urnas no le dan una sorpresa si se instala la idea en la derecha de que es más útil en julio votar PP para alejar a indeliberados de visiones más estables.

Y ahí está la clave de la bronca que está induciendo el PP para que Vox pierda los nervios en estos prolegómenos que son las negociaciones públicas, municipales y autonómicas. Vox debiera interiorizar de una vez que los partidos no debieran situar políticos poco idóneos para el pacto de cara a gobiernos de coalición, donde el PP tiene derecho a no cargar con intrépidos que, por contra, desvirtúen su programa y su moderación, base de sus apoyos.

Feijóo se pone la venda antes de la herida haciéndose el estrecho en esta primera ronda para múltiples coaliciones PP-Vox y que los de Abascal no se acostumbren a obtener la luna cada vez que la piden o exigen. Los está poniendo en su sitio de cuarto partido de la nación y con líderes periféricos de aluvión, sin selección previa y con pasados no revisados para saber lo que es o no presentable para la política, como ha llegado a suceder en Podemos, el otro populismo democrático pese a sus formas simuladas y garantías formales.

Ese es exactamente el movimiento estratégico que hoy estamos viendo sobre el tablero para ocultar una táctica que puede devenir en absolutamente inconveniente antes de un mes, por mucho voto útil trasvasado en la derecha por ambos flancos.

 

(*) Periodista 


https://alicantealdia.es/no-hay-cultura-de-coalicion/

viernes, 16 de junio de 2023

El CIS de Tezanos acerca al PP a cinco décimas del PSOE y lastra a la coalición de Sumar con Podemos

 

 

MADRID.- El barómetro publicado este viernes por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) dirigido por José Félix Tezanos sitúa al PSOE como la fuerza con mayor intención de voto una vez más (31,2%), pero acerca al PP de Feijóo respecto a la anterior encuesta, otorgándole un 30,7% de la estimación de voto. Si en la publicación del mes de mayo ambos partidos se distanciaban por 1,9 puntos, ahora son tan solo cinco décimas las que separan a Feijóo de Sánchez. 

Por otro lado, el CIS de este mes refleja por primera vez la coalición de Sumar con Podemos, a la que otorga un 14,3% de la intención de voto frente a los 18,4 puntos que aunaban ambas formaciones por separado en el barómetro de mayo. 

Vox, la formación de Santiago Abascal, se mantiene en la misma cifra que en las dos últimas encuestas, con un 10,6 de la estimación de voto. Tras la desaparición de Podemos y Ciudadanos, que no se presentará a las elecciones generales tras haber desaparecido de todas los parlamentos autonómicos y casi todas las capitales de provincia después del 28-M, el PP y Sumar serían las únicas formaciones que experimentan un crecimiento respecto a la última encuesta. 

La del partido de Yolanda Díaz es una victoria amarga, pues la inclusión de Podemos en la coalición no se ha traducido, según el CIS, en un aumento proporcional de los votos que los morados habrían obtenido en el mes de mayo. La formación de Ione Belarra habría obtenido un 6,1% de las papeletas según el último barómetro, pero solo suma un 2% al proyecto de la vicepresidenta Díaz. 

De todos modos, la coalición podría seguir resultando beneficiosa en el reparto de escaños debido a la ley d'Hont, ya que al confluir ambas formaciones tienen mayor probabilidad de obtener representación en diferentes zonas de España. 

Por otro lado, el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo aumenta 2,5 puntos respecto a sus anteriores resultados en la encuesta del CIS, 0,2 más de los que el barómetro otorgaba a los naranjas en el anterior estudio. Vistos los resultados publicados este viernes, la coalición de PP con Vox aunaría un 41,3% de la intención de voto de los españoles, frente al 45,5% que conseguirían el PSOE y Sumar.

ERC pierde seis décimas respecto a mayo y se queda con un 1,8%. La suma de Junts per Cat, PNV, EH Bildu, otras formaciones y el voto en blanco suman un 7,6% del voto, 2,7 puntos por debajo de la anterior encuesta. 

El barómetro de este viernes es la primera encuesta de intención de voto que publica el CIS desde la victoria el Partido Popular en las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo. El trabajo de campo se llevó a cabo en plena resaca electoral, tras la enorme pérdida de poder autonómico y municipal del Partido Socialista. 

Es, además, el primero que refleja la situación tras la debacle de Unidas Podemos, que quedó sin representación en la mayoría de capitales de provincia y parlamentos autonómicos. 

La encuesta se realizó en plena negociación para la conformación de Sumar, la coalición de la vicepresidenta y ministra de Trabajo Yolanda Díaz. El último barómetro del CIS de Tezanos se elaboró antes de la campaña del 28-M, y estableció a Podemos y a Sumar como dos fuerzas separadas. 

Todavía no habían tenido lugar las tensas negociaciones que concluyeron el pasado viernes con la inclusión de los morados en la coalición de Yolanda Díaz y el veto definitivo a la ministra de Igualdad Irene Montero. 

Los resultados de esta encuesta situaron en cabeza al PSOE de Pedro Sánchez, al que otorgó una estimación de voto del 29,1% -1,3 puntos menos de los reflejados en el barómetro del mes de abril-. Al Partido Popular de Feijóo le asignó un apoyo del 27,2%, a 1,9 puntos del Partido Socialista. 

Sumar (que en la encuesta ya aglutinaba a Izquierda Unida, a Compromís, En Comú, la CHA, Equo y otras pequeñas formaciones) obtuvo una intención de voto del 12,3% y se situaba así como la tercera fuerza más votada, por encima de Vox, que se mantuvo en un 10,6%. Según el último barómetro, Podemos se hizo con un 6,1% de la intención de voto, siendo la quinta fuerza más votada. 

El resto de encuestas privadas dan al Partido Popular la victoria de cara al próximo 23 de julio tras el impulso que las autonómicas y municipales dieron a los de Feijóo. Pero el CIS no ha situado en ninguna de las encuestas realizadas desde el pasado julio a los populares por encima de los socialistas. 

La publicación del CIS llega tras una polémica denuncia que el PSOE, al que varios sectores de la derecha acusan de manipular al Centro de Investigaciones Sociológicas, presentó ante la Junta Electoral Central contra las empresas GAD3, Sigma2 y Sociométrica. Estas organizaciones realizan para ABC, El Mundo y El Español encuestas que, según el PSOE, omiten datos técnicos "de forma deliberada" para reflejar un escenario favorable a los populares. 

jueves, 15 de junio de 2023

Listado de las 48 playas españolas con 'bandera negra' de Ecologistas en Acción 2023: Mar Menor y Portman



MADRID.- Un año más, después de una nueva inspección de los más de 8.000 kilómetros de las costas del españolas, Ecologistas en Acción ha presentado el informe Banderas Negras 2023, que otorga un total de 48 Banderas Negras: dos por provincia y/o ciudad autónoma, una bandera por contaminación y otra por mala gestión ambiental del litoral.  

Andalucía

  1. Huelva: Playa de La Antilla (Urbanización) y Ría de Huelva (Vertidos).
  2. Cádiz: Tarifa (proyectos urbanísticos) y Vejer (contaminación).
  3. Málaga: Senda Litoral y contaminación lumínica en Málaga.
  4. Granada: Playa de La Herradura (urbanismo) y Pozuelo (afecciones a la biodiversidad.
  5. Almería:  Algarrobico (urbanismo) y Roquetas (basuras marinas).

Asturias

Musel (Regasificadora) y Playa de Bañugues (vertidos)

Cantabria

Bajo Asón (deficiencias de saneamiento) y Liencres (ocupación del dominio público de los aparcamientos.

Cataluña

  1. Tarragona. Delta del Ebro (mala gestión del agua) y La Savinosa (por urbanización).
  2. Barcelona. Playa de Vallcarca (ubanización) y Badalona (contaminado).
  3. Gerona. Playas de Begur (urbanización) y Golfo de Roses (afección a la biodiversidad).

Ceuta

Monte Hacho (Afección a la biodiversidad) y Bahía Norte (vertidos y contaminación frente a la desaladora).

País Vasco

  1. Vizcaya. Urdaibai (urbanización) y Barbadun (contaminación).
  2. Guipúzcoa. Bahía de La Concha (afección a la biodiversidad) y Mutriku (por ampliación portuaria). 

Galicia

  1. Pontevedra. A Calzoa (playa canina con afección a la biodiversidad) y factoría de ENCE en Pontevedra por ocupación del dominio público.
  2. A Coruña. Mina de San Finx (vertidos) y Mina de Touro (vertidos).
  3. Lugo. Playa de Areaoura (urbanización) y San Cibrao (contaminación).

Islas Baleares

Bandera negra a la mala gestión por la proliferación de las motos náuticas y a la contaminación por las fiestas náuticas de Colònia de Sant Jordi.

Islas Canarias

  1. Tenerife. Fuencaliente, La Palma (urbanización) y Médano (vertidos).
  2. Las Palmas. La Francesa (afección a la biodiversidad) y Corralejo (ampliación portuaria). 

Melilla

Trápana (urbanización) y Bahía de Melilla (por vertidos fecales).

Comunidad Valenciana

  1. Alicante. Cala Mosca (Orihuela, por urbanismo) Xabia (vertidos).
  2. Valencia. Platja de l´Arbre del Gos (urbanización) y playas de Valencia (vertidos y falta de transparencia).
  3. Castellón. Playa del Fortí (urbanización) y Playa del Surrach (basuras).

Murcia

Mar Menor (afecciones a la biodiversidad) Portman y Sierra Minera (por vertidos y contaminación).

El PP ganaría las elecciones generales pero necesitaría un pacto con Vox para gobernar

 


MADRID.- A poco más de un mes para que se celebren las elecciones generales en España el próximo 23 de julio, la encuesta de Sigma Dos para Antena 3 Noticias augura una victoria holgada del PP de Alberto Núñez Feijóo, aunque necesitaría pactar con Vox para conseguir la mayoría absoluta en el Congreso.

El PP conseguiría entre 144 y 146 escaños, un resultado bastante superior al de 2019, cuando logró 89 asientos en el Congreso. Por su parte, Vox obtendría entre 31 y 33 escaños, unos 20 menos que en los anteriores comicios (52), pero en el mejor de los casos para ambas formaciones, suficientes para sacar adelante la investidura de Alberto Núñez Feijóo.

Según estos datos, el PP absorbería los 10 escaños que cosechó Ciudadanos en las anteriores elecciones y que ahora quedan en el aire tras anunciar la formación naranja que no concurrirá a estos comicios.

Más complicada es la situación para el PSOE, que se quedaría con entre 102 y 104 escaños, lejos de los 120 que alcanzó en 2019. De nuevo necesitaría apoyo de las formaciones a su izquierda para intentar renovar mandato, pero Sumar, la plataforma fundada por Yolanda Díaz que se estrena en estas elecciones, no consigue superar los resultados que obtuvo Unidas Podemos en 2019. 

En aquella ocasión, el partido de Pablo Iglesias alcanzó los 35 diputados, mientras que la encuesta de Sigma Dos estima que Sumar, que integra a Unidas Podemos, Compromís y Más País, logrará entre 30 y 33 asientos en el Congreso.

Respecto a los partidos nacionalistas e independentistas, todos ellos mantendrían una representación muy similar a la obtenida hace cuatro años. ERC tendría 12 o 13 escaños, Junts 8 ó 9, PNV 6 y EH Bildu 5.

Valoración de líderes

Ningún líder político aprueba. La nota más alta, 4,6, es para el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, seguido de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, con un 4,5. Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se queda en el 4,1 y el líder de Vox, Santiago Abascal, logra un 3,1.

¿Quién será el próximo presidente?

A la pregunta "¿Quién cree usted que será el próximo presidente del Gobierno tras las elecciones del 23 de julio?", la mitad de los encuestados (49,9%) responde el nombre de Alberto Núñez Feijóo, mientras que solo el 22,9% pronostica que Pedro Sánchez permanecerá en La Moncloa cuatro años más.

Cabe señalar que el 31,6% de las personas que votarán por el PSOE y el 24% de las que lo harán por Sumar también creen que el líder del PP será el próximo presidente del Gobierno.