España no tiene solución. Es una sociedad que ha evolucionado muy mal.
Hago un inciso. Reseño el consejo que me da una persona lúcida y muy
ilustrada, comprometida con Rambla Libre: “Yo creo que el tema del
coronavirus/vacunas/etc. está muerto. Ya solo interesa a los más
“fanáticos”. A nivel de calle, ya nadie habla del tema. Y en cuanto a
medios, cada día está más abajo en las portadas (en muchas cabeceras, ya
ni aparece).
La mayoría de la gente ha empezado o está empezando a
preocuparse por otros temas (posibilidad de una guerra mundial,
desabastecimientos, inflación, crisis económica…). El escenario
inminente y futuro es muy negativo. Va a haber mucha pobreza, desempleo,
miseria e, incluso, hambre, durante muchos años. Vamos a ver cosas
impensables hace unos años (y que llevas años advirtiendo, por cierto).
Si yo dirigiera RL, reorientaría su atención informativa hacia estos
temas. Es donde va a estar el nicho de tráfico. Yo creo que ahí tienes
posibilidades”.
En efecto, llevo años advirtiendo, con poca o nula fortuna. Al menos
desde la friolera de 1996 cuando doy la voz de alarma en mi libro
“Privatizar las mentes”, donde ya describo el error del Estado
autonómico y la ruptura del equilibro sector privado, que genera
riqueza, y sector público, que fuera de los ámbitos esenciales, Defensa,
Interior y Exteriores, no la crea y ya la destruye. Vuelvo a la carga
en 2006 con “El manifiesto de las clases medias”, en donde digo que el
modelo social y la clase política tienen como objetivo el expolio de las
clases medias, su proletarización y su esclavitud. “A ti te
reivindicarás después de muerto”, me dijo uno con un deje de cinismo. Y
en 2914 publico “Casta parasitaria” en donde describo que la clase
política ha degenerado en casta en donde los hijos y nietos heredan los
cargos como las viejas aristocracias del Antiguo Régimen y que su peso
expansivo hunde a la sociedad. Utilización bastarda hizo Pablo Iglesias.
No conozco a otro autor que haya acertado tanto en el diagnóstico en
fechas tan lejanas. Pero, ya se sabe, que el papel de los pioneros es
ingrato. A Jeremías, por predicar los males de Israel, casi lo apedrean.
En mí, hay la obsesión de meterme entre rejas. Así que sí, “el futuro
inminente es muy negativo”, como dice el buen consejero; ya está aquí lo
que dije, no profetice, porque en las sociedades todo funciona mediante
relaciones causa-efecto y sólo hay que tener la inteligencias limpia
para ver la causa de los efectos desastrosos que hoy se ven aquí y la
vuelta de la esquina, en forma de hiper inflación, carestía, quiebra del
Estado, miseria y hambre.
Durante la plandemia los funcionarios no han hecho otra cosa que
aumentar, especialmente en el sector sanitario y en el docente- había
2.710.405 trabajadores públicos el pasado enero. Hemos destruido el
sector primario; me ha escandalizado que la Unión Europea con su
destructiva PAC subvenciona por tener tierras en barbecho, por no
cultivar, y ahora se van a poner a plantar cereales.
Los jóvenes
españoles no quieren ser albañiles, electricistas, fontaneros,
agricultores, etc., sino que quieren ser sociólogos, politólogos,
psicólogos, periodistas, cosas que el mercado no es capaz de absorber,
salvo los de Podemos, que nunca han pegado un palo al agua. Hemos
deslocalizado el sector secundario. Nos hemos quedado sin industria,
todo se produce en China, hasta las malditas mascarillas. Y al sector
terciario le hemos dado un golpe de muerte con los confinamientos. Mal,
muy mal.
Vivimos generando deuda pública e intereses y ya está endeudada la
Unión Europea, en una auténtica estafa del dinero que funciona mediante
expectativas hasta que el cuerpo aguante y el Banco Central compre, que
ya no lo hace. En la energía, como nos han vendido lo verde, y las
renovables son subvencionadas, hemos abjurado de la energía nuclear,
considerando un éxito cada cierre de central nuclear, y ahora mismo
nuestra dependencia es salvaje. Lo mismo sucede con el combustible donde
no extraemos lo que tiene el fondo marino de las Canarias.
Tenemos demasiados políticos, demasiado funcionarios y los autónomos
son esquilmados para mantenerlos. En vez de hablar de los problemas
reales, los medios de comunicación y las televisiones, meros aparatos de
propaganda y entretenimiento, nos inventamos nuevos pecados: homofobia,
transfobia y todos los dicterios del colectivo LGTBI y el feminismo
que es y la ideología de género. Cada cosa ocupa a una serie de gente
chupando del bote. Los partidos cobran subvenciones, los sindicatos, no
digamos, y las patronales se suman al festín.
Se nos ha vendido e impuesto la diversidad y España está a punto de
dejar una narrativa común con regularidades que permiten la
comunicación, pero eso lo dejo para mañana. La sociedad acumula tal
cantidad de errores, en apariencia irresolubles, a qué se dedicarían los
parásitos autonómicos y sus familias, y los medios subvencionados, ya
vemos a Vox encantado de haberse conocido, que el horizonte dibuja un
paisaje de hambre. No hay nada que hacer.
Intenté organizar, en
coherencia con mi pensamiento, a finales de los noventa una huelga del
transporte con camioneros (tenían su sede en un edificio de la Comunidad
de Madrid), taxistas y el SEPLA; infructuosamente. Ahora los camioneros
protestan pero no para derrocar el Gobierno y el sistema. Por unos
centimillos al llenar el depósito.
Todos han salido a aplaudir a las ocho. Los funcionarios en masa se
han inyectado el veneno de muerte porque entendían que era su
obligación. Los docentes han ejercido de camisas pardas de los niños y se ha derrumbado otro en el IES de Mijas. Los futbolistas caen como
chinches, en diciembre de 2021 murieron tantos como en los doce años
anteriores, los ciclistas abandonan en masa y se habla de misterio, Rafa
Nadal dice que volverá dentro de cinco semanas, pero sospechamos que no
lo hará nunca. Hacen falta jornadas de antorchas y horcas.
Visto con perspectiva el genocidio, que clama al cielo, es la lógica
última del sistema y de ahí es por donde empezar. Rambla Libre nunca ha
hablado del coronavirus, sino del genocidio, y ahí hay mucho que hablar
hasta que los culpables paguen por sus crímenes. En USA está cada día
más cercana la jornada de la Justicia.
Seguiremos hablando de ello a
todas horas, para los “fanáticos” que salvarán el mundo. Las víctimas
demandan Justicia y si no la hay, habrá venganza. Por ahí debe empezar
la rebelión que ponga a esta sociedad a trabajar si no quieren se
aniquilados con un período de esclavitud, que eso aventura el “gran
reseteo”.
Nosotros a hacer periodismo, que es lo que sabemos, aunque nos
quedemos solos. Sí, viene el hambre, lo predije en 1996, pero no se me
hizo caso porque no se podía hacer. Hay demasiados oligopolios,
demasiadas puertas giratorias y demasiados intereses creados. La foto
que nos define es la de los aplausos a las ocho a unos falsas héroes de
mentira. Todo es mentira y lo vamos a pagar con sangre, sudor y
lágrimas. ¿A quién le gusta oír esto?
España sin solución…si no hay rebelión por el genocidio perpetrado.
La solución es la República Constitucional de don Antonio García
Trevijano que el lector encontrará sintetizada en mi libro República
Constitucional, en Amazon. Ese libro no lo ha censurado.
(*) Periodista
http://ramblalibre.com/2022/03/29/carta-del-editor-espana-sin-solucion-si-no-hay-rebelion/