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lunes, 4 de marzo de 2024

Consternación en la Policía Nacional tras detener al tercer jefe antidroga consecutivo en Murcia

 


MADRID.- El jefe del Grupo de Estupefacientes de Murcia detenido por la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional está acusado de recibir sobornos de un confidente que lideraba una presunta organización de tráfico de drogas. A cambio, además de hacer la vista gorda, el agente, que responde a las iniciales J. G. y tiene rango de inspector, habría prestado apoyo en materia de seguridad en traslados de efectivo o sustancias ilícitas, según fuentes próximas a las diligencias. Se convierte así en el tercer jefe consecutivo de este Grupo implicado en un caso de narcotráfico, revela hoy Abc.

Tras más de un año de investigación, el Juzgado de Instrucción nº 7 de Murcia, encargado de las pesquisas, acordó el pasado 22 de febrero su ingreso en prisión provisional. También para el presunto confidente, al frente de una supuesta organización de escala intermedia dedicada al tráfico de cocaína, marihuana y hachís. La causa se sigue bajo secreto por delitos de tráfico de drogas, omisión del deber de perseguir delitos, cohecho, blanqueo de capitales, y pertenencia a organización criminal.

Hay otros cuatro imputados que, tras pasar a disposición judicial, quedaron en libertad provisional. Y según ha podido saber este diario, los investigadores han tomado declaración a un segundo agente del Grupo de Estupefacientes que dirigía J. G., también en condición de investigado.

En la Jefatura Superior de Policía de Murcia, tras el ingreso en prisión del inspector, no salen de su asombro. «Estamos consternados», asegura una fuente policial a este diario. También en Udyco central, pues el inspector J. G. «era un histórico, un veterano de la zona» que contaba con varias condecoraciones –entre las que destaca la cruz al mérito policial con distintivo rojo, dotada con una pensión– por su implicación en operaciones contra el narcotráfico.

Cabe recordar que llevaba al frente del Grupo de Estupefacientes en la región desde 2015, cuando su antecesor en el cargo y el antecesor de este fueron imputados por otro asunto relacionado con el tráfico de drogas. Hace solo un mes la Audiencia Provincial de Murcia ha condenado a seis años de prisión al primero por un delito contra la salud pública e impuesto cuatro al segundo, también por delitos de cohecho y falsedad en documento oficial, tras conseguir una rebaja por confesar los hechos durante el juicio.

En el caso que nos ocupa, la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional llevaba más de un año investigando al inspector J. G. «con el máximo sigilo», tras detectar un aumento injustificado en sus movimientos de efectivo. Vigilancias, seguimientos y pinchazos telefónicos habrían arrojado indicios de su presunta colaboración con la red de drogas supuestamente liderada por uno de sus confidentes, que además de facilitarle información sobre otros grupos delincuenciales le habría pagado con dinero en efectivo a cambio de que le permitiera traficar. 

«Cruzó la línea», explican las fuentes consultadas. Habría evidencias de que además dio a la supuesta organización cobertura en materia de seguridad. El dinero ilícito obtenido, según las pesquisas, lo estaba introduciendo en el circuito legal a través de distintas inversiones, de ahí que también se le atribuya un presunto delito de blanqueo de capitales.  

Fuentes policiales ponen en valor que en cuanto se detecta una conducta delictiva dentro de la Policía Nacional se activan mecanismos «sin ninguna demora», gracias a la labor de la Unidad de Asuntos Internos, encargada de investigar los delitos cometidos por agentes del Cuerpo. 

«Somos nosotros mismos los que limpiamos nuestra casa», añade otra fuente consultada.

No obstante también hay voces críticas que apuntan a que en Murcia están fallando los controles, así como la cadena de mando. «Hace falta una revisión interna». No sólo porque el inspector J. G., ahora en prisión provisional, «llevaba diez años al frente del Grupo, hacía y deshacía a su antojo y le compraban los éxitos policiales sin preguntarse con qué métodos los conseguía». Sino porque no es la primera vez que ocurre. J. G. es el tercer jefe consecutivo del Grupo de Estupefacientes de la Región de Murcia que se ha visto envuelto en un caso de tráfico de drogas.  

En enero de este año la Audiencia Provincial de Murcia consideró probado que su antecesor en el cargo, J. Ll., y a su vez, el antecesor de éste, F. M., se apropiaron parte de la cocaína incautada en operaciones para que uno de sus confidentes pudiera hacer negocio.

«El inspector J. Ll. es un funcionario público y cometió el delito abusando de su condición de jefe del Grupo de Estupefacientes de Murcia, precisamente porque entre sus cometidos estaba el de custodiar la sustancia estupefaciente decomisada, lo que le permitió, sin levantar sospechas, acceder a ella, manipularla, sustituirla por otras sustancias, sustraerla y facilitársela a quien, a modo de comisionista, se encargaría de su venta, para finalmente lucrarse ambos», recoge la sentencia a la que tuvo acceso este diario. 

 En total, y con la atenuante de dilaciones indebidas, ha sido condenado a seis años de prisión. Se ha presentado recurso de casación ante el Tribunal Supremo, según las fuentes jurídicas consultadas.  

En lo que respecta al jefe de Grupo anterior a J. Ll. –que responde a las inciales F. M.–, concluyen los magistrados: «Intervino en al menos dos operaciones en las que los hechos consignados en los atestados como instructor y los ocurridos no eran coincidentes, faltando a la verdad». 

La carga probatoria resultó suficiente también en su caso para concluir que «ocultó el apoderamiento de la droga, con el mismo fin de venta y reparto» entre él y otro confidente. El propio F. M. reconoció los hechos. 

En la causa que sigue el Juzgado de Instrucción nº 7 de Murcia es de nuevo la relación entre un inspector y su informante la que está bajo la lupa, a la espera de que el volcado de los dispositivos intervenidos en los registros desplegados en Murcia, Molina de Segura y San Javier, aporten más datos más datos.

miércoles, 21 de febrero de 2024

Detenido por Asuntos Internos y orden judicial el jefe del grupo de estupefacientes de la Policía Nacional en Murcia


MURCIA.- La Unidad de Asuntos Internos ha detenido al jefe del grupo de estupefacientes de la Jefatura Superior de Policía Nacional de la Región de Murcia, el inspector J.G., en el marco de una operación dirigida por el Juzgado de Instrucción nº 7 de la capital murciana, que ha decretado el secreto sumarial, según han informado fuentes cercanas a la investigación.


La detención se produjo el pasado martes por agentes desplazados desde Madrid. El detenido se encuentra en dependencias policiales a la espera de pasar a disposición judicial en las próximas horas.

Las diligencias han sido declaradas secretas por lo que se desconocen los cargos que pesan sobre el detenido. La investigación sigue abierta. 
 
J.G. está desde hace años al frente de la Unidad y la operación estaba meses gestándose. Miembros de la familia del inspector también habrían sido detenidos tras el registro de sus respectivos domicilios en Madrid y Murcia.

También se han registrado las instalaciones oficiales que la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) tiene en la pedanía de Sangonera la Verde.
 
El jefe superior de la Policía Nacional en la Región, Ignacio del Olmo, mantiene silencio tras la detención de su subordinado directo debido al decretado judicialmente secreto de las actuaciones.

sábado, 13 de enero de 2024

El Jefe Superior de la Policía Nacional de Murcia pone en valor la función del Cuerpo en su bicentenario


MURCIA.- El Jefe Superior de la Policía Nacional de la Región de Murcia, Ignacio del Olmo, ha hecho balance de los 200 años de andadura del Cuerpo, coincidiendo con el bicentenario que se celebra este sábado. Una "historia apasionante, pero enormemente convulsa", ha señalado.

Del Olmo ha relatado que, a lo largo de su historia, la Policía Nacional ha pasado de ser "una policía considerada como represiva, a ser prestigiosa", algo de lo que "nos tenemos que sentir todos, la sociedad y nosotros particularmente, orgullosos".

Una prueba de ese prestigio es que cada vez hay más jóvenes que quieren ser policías, son una "profesión de moda" y estos jóvenes proceden de los campos más variopintos, eso supone que "nosotros en este momento tenemos una cantidad y una calidad de talento de lo más variado, incluido, por ejemplo, las nuevas tecnologías, ingenieros y expertos informáticos", ha resaltado orgulloso.

No obstante, no siempre ha sido así. "A lo largo de nuestra historia ha habido momentos en los que la gente no ha querido vincularse a la Policía", ha rememorado.

Sobre esta imagen de la Policía Nacional, Del Olmo ha recordado que la institución tiene su propio "código de valores" y que están sometidos al Gobierno. "A veces nos encargan y nos ocupamos de tareas que no siempre son ni prestigiosas ni agradables, pero tenemos que hacerlas por el bien común", ha defendido Del Olmo, quien asume que "esto, a veces implica molestias o mala imagen porque no podemos contentar a todos todo el tiempo".

Siempre "con gran respeto y con un control absoluto desde el punto de vista jurídico", pero eso implica "hacer cosas que no nos gusten y hay que asumirlo por el bien común aunque suponga un detrimento de imagen" de la institución.

También tiene que ver, esa imagen, con la percepción de cada uno en cada momento, ya que "a veces lo que pasa con la Policía es que el mismo ciudadano la ama o la odia dependiendo del momento y de las circunstancias".

Pero, en general, Del Olmo siente que la Policía Nacional es querida, respetada y tiene prestigio.

Todo esto a pesar de que, ha reconocido, "han aumentado los casos de resistencia y de atentado a la autoridad, y este tipo de problemas", algo que achaca al cambio del modelo social y a la revolución tecnológica con la aparición de las redes sociales.

En este contexto, ha señalado, "se ha perdido algo que a mi generación le parecía fundamental, como es la cultura del esfuerzo" y la "responsabilidad" de los actos de cada uno.

"Hay jóvenes ahora que piensan que es obligación del Estado, de sus padres o de quien sea el dárselo todo solucionado y cuando se dan cuenta de que ellos son los responsables de su vida y de sus acciones y que no se les puede dar todo solucionado" llega la frustración.

Esto también condiciona la forma de relacionarse con los demás, pero "no es un problema únicamente de la Policía, es un problema de la sociedad".

En este sentido, ha explicado que "si hay un ciudadano que ante un requerimiento de la Policía se resiste o atenta contra el agente, eso no es un problema del profesional porque el policía tiene recursos para defenderse y está entrenado para eso".

"Lo preocupante es que ese mismo comportamiento lo puede volcar hacia una víctima vulnerable" y "ese tipo de comportamientos es lo que hay que erradicar por el bien de la sociedad".

En este contexto, Del Olmo considera que la llegada de las redes sociales lo que ha hecho es "una generalización y una masificación de la opinión", ya "no hay opiniones prestigiosas, no importa la veracidad sino la viralidad".

"No importa si tú lo que estás diciendo es sensato, sino si tienes muchos seguidores", ha lamentado. Esto produce "mucho ruido y confusión".

 "Se necesita tiempo para sentar las cosas, meditarlas y llegar a conclusiones valiosas", sin embargo actualmente hay "una avalancha de información que es ruido, no es nada relevante".

También ha cambiado un modelo social familiar. Se ha cedido la educación de los hijos a otros actores -abuelos, profesores- y los niños pasan mucho tiempo solos. Además tienen acceso a nuevas tecnologías que, aunque "son un gran avance, también es cierto que hay auténticos depredadores en la red y que pueden acceder a contenidos que no son adecuados para su edad, por ejemplo la pornografía", ha argumentado.

Del Olmo advierte que todo esto "crea determinados modelos de comportamiento. Por un lado porque quieren emular lo que ven ahí y por otro lado porque están normalizando conductas que son asociales".

A su juicio, "se ha perdido el respeto a la persona como tal, porque está cosificada en ese tipo de contenidos; se ha perdido el miedo a las consecuencias, porque en el momento en que tú estás navegando en Internet con identidad simulada hay una sensación de impunidad".

Por este motivo, el Jefe de Policía Nacional de la Región de Murcia considera acertada la prohibición de los móviles en las aulas.

El Jefe Superior de la Policía Nacional de la Región de Murcia, Ignacio del Olmo, no cree que en la Región de Murcia exista "peligrosidad", ni siquiera en España.

Ha diferenciado entre la "peligrosidad" real y la sensación de "peligrosidad".

 "Las personas aquí no se preocupan de la seguridad, se preocupan de otras cosas, y es porque la seguridad es buena", ha defendido.

"El problema de la seguridad, así entre comillas en España, ha pasado de gravitar en el norte con el terrorismo, al Levante. Pero no porque sea un problema de seguridad en el que haya más amenazas, sino porque España una gran afluencia de visitantes y eso conlleva nuevos desafíos de seguridad", ha explicado.

Y en segundo lugar, España es frontera sur de Europa, al igual que pasa en Italia y en Grecia, y tiene "un problema de migración ilegal controlado por bandas mafiosas".

Por otra parte, preguntado sobre los delitos más habituales en la Región de Murcia, Del Olmo ha apuntado que, en cuanto a número, son los pequeños robos y hurtos, pero que "la seguridad y el concepto de seguridad es engañoso", porque tiene que ver más con una "sensación".

Tiene que ver con la percepción de seguridad que se tiene, más que con una estadística. En las noticias se publican los casos más novedosos, los menos comunes, los que son noticia, por lo tanto esa percepción está distorsionada, esos sucesos son los que crean "miedo y sensación de amenaza", pero son noticia precisamente por eso, por ser algo raro y poco común.

Por todo ello, el Olmo es partidario de fomentar "la sensación de seguridad", y se muestra convencido de que Murcia y España son lugares seguros.

jueves, 5 de septiembre de 2019

El comisario provincial de Barcelona, Alfonso Navarro, nuevo jefe superior de la Policía Nacional en Murcia

MURCIA.- El comisario provincial de Barcelona desde septiembre de 2018, Alfonso Navarro, sustituye a Cirilo Durán como jefe superior de la Policía Nacional en la Región de Murcia, ha informado este jueves el Ministerio del Interior.

Ingresó en ese cuerpo en 1980 y su primer destino fue en la jefatura superior de Cataluña, tras lo que fue destinado a la del grupo de atracos y homicidios de Murcia en 1996.
En 2002 ascendió a inspector jefe y fue nombrado jefe de la unidad de delincuencia especializada y violenta y en 2007, jefe de la Comisaría de Lorca.
Ascendió a comisario en 2008, cuando fue destinado a la jefatura de la unidad de coordinación operativa provincial de Almería hasta que en 2011 se puso al frente del cuerpo en Cartagena.
En 2015 fue nombrado jefe regional de operaciones de Murcia y en junio de 2018, para ese mismo cargo en Aragón.
Es licenciado en criminología y graduado en derecho y tiene entre otras condecoraciones la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica y la Cruz al Mérito Policial con distintivos rojo y blanco.

jueves, 24 de mayo de 2018

Una inspectora jefe asume la dirección de la Policía Científica en Murcia

MURCIA.- La inspectora jefe Silvia Pérez ha asumido hoy la dirección de la brigada de policía científica de la Jefatura de Policía de Murcia, que integran 70 especialistas en inspecciones oculares, identificación por reseña, identificación dactilar, falsedad documental, informática forense, investigación de incendios, pericias fisionómicas, balística, propiedad industrial e intelectual y grafoscopia.

Fuentes de este cuerpo han informado hoy de que la nueva jefa de este equipo coordinará a las brigadas y grupos locales de Policía Científica de Cartagena, Lorca, Molina de Segura, Alcantarilla y Yecla.
Licenciada en criminología, esta inspectora jefe ingresó en la Policía Nacional en 1997. Tras su actividad como inspectora en una comisaría de Barcelona, trabajó desde 2002 como especialista superior de Policía Científica hasta 2015, año en el que juró su cargo como inspectora jefa.