MADRID.- En los años 90 afloró el negocio inmobiliario en España. Si en Marbella era Jesús Gil el que se metía en una piscina rodeado de las mamachicho para presentar aquella especie de ‘Aló, presidente’ a la española, en Oropesa del Mar (Castellón), el empresario Jesús Ger García
levantó uno de los imperios turísticos más grandes del país, siempre
con la alfombra roja del PP de Carlos Fabra. Allí han trabajado más de
3.000 empleados y ha tenido oficinas en Reino Unido, Francia, Irlanda y
hasta en China, según recuerda El Debate.
Si los españoles empezaban a saborear aquello de
las vacaciones pagadas, el negocio estaba claro y el complejo que diera
cita a más turistas por metro cuadrado, ganaba. Y en Marina d'Or había 1,4 millones de metros cuadrados.
Ger se fijó en el españolito de tres estrellas, en el de cuatro y el
premium de cinco. A todos dio cobijo en esos hoteles y en apartamentos
turísticos.
Sonia
estuvo en Marina d'Or en 2018 y se llevó una impresión que tiene mucha
gente. Esa media España que no reconoce a la otra media y que también
aprecia este negocio con diferentes puntos de vista. «Me pareció un
sitio barriobajero, de gente de bajo nivel, pero no maleantes».
«Los hoteles están masificados y son muy grandes,
por las noches salen las carrozas y es divertido, eso sí me gustó,
música y muchas luces, muchos brillos, es como una cabalgata de reyes».
Sobre
el ocio externo, Sonia asegura que «hay un parque de atracciones y un
centro recreativo con colchonetas, pero se habían quedado viejos ya».
Los primeros años fueron de ensueño. La facturación de 2005 dobló la de 2004. Marina d’Or Golf fue
otro ambicioso proyecto de 8,3 millones de metros cuadrados y más
100.000 plazas turísticas destinadas a la explosión de este deporte y al
dinero que atraía.
La autopista del Mediterráneo hizo el resto y el
ritmo de venta de casas y apartamentos era de 2.000 viviendas al año con
picos de 50 a la semana, según contaba a los medios Jorge Peris, mano derecha de Ger cuando en 2008 la crisis del ladrilló los dejó con una deuda de 540 millones de euros.
En 2010 la Generalitat valenciana aprobó el proyecto del golf, aunque la crisis del ladrillo provocó que no todo lo previsto se acabase levantando.
Marina d’Or competía por quitarle a Marbella esa
clase alta que tantos réditos da a todo lo que rodea. Cuando la cultura
de cancelación no se había inventado, los españoles disfrutaban con las
galas de Miss y Míster España.
En 2004 se celebró en Marina d’Or el certamen que tuvo como ganadora a Eva González.
No suponía un escándalo ver un desfile de mujeres y de hombres en
bañador y elegir cuál era el más guapo. Años más tarde, Ger reinventaba
una vez más su proyecto con la Copa Davis de tenis.
Aunque si hay un negocio que ha florecido a la sombra de este megacomplejo hotelero y de ocio es Mercadona.
El centro comercial que tiene allí fue en 2012 el más rentable de la
cadena, con picos de facturación anual de cuatro millones de euros.
Ni Anne Igartiburu, imagen de esta emblemática ciudad, evitó la quiebra que llegó en 2019. Ger dejó el accionariado y entró en juego Farallon Capital Management para sanear el imperio.
Marina
d’Or vuelve ahora a manos españolas. Lo hace de una manera abrupta
porque ha cancelado miles de vacaciones ya programadas para los próximos
meses con la consiguiente pérdida económica que supone. El Grupo Fuertes llega para explotar la ciudad de vacaciones de millones de personas en los últimos años y llevarla al siglo XXI.
Magic Costa Blanca gestionará los hoteles y apartamentos de esta
ciudad costera para atraer a nuevas generaciones mediante conciertos al
estilo Starlite de Málaga.
Tomás Fuertes y Rubiales
Detrás del nuevo Marina d'Or estará Tomás Fuertes, empresario de vocación, que lleva más de 60 años trabajando en el holding empresarial que preside, Grupo Fuertes, consolidado como referente internacional del gran consumo gracias a su potente núcleo de empresas agroalimentarias y a un conjunto de inversiones diversificadas. ElPozo patrocina desde hace más de 30 al equipo de fútbol sala ElPozo Murcia, uno de los grandes de este deporte en España y uno de los que ha plantado cara a Rubiales en su modelo de gestión en la RFEF. ElPozo sigue formando parte de la LNFS pese a las presiones y a las sanciones impuestas desde Las Rozas.
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