miércoles, 8 de septiembre de 2021

España no necesita la vacunación obligatoria tras la inoculación masiva de los jóvenes


MADRID.- Todos los mayores de 80 años están vacunados contra la covid en España. Según el último informe de vacunación del ministerio de Sanidad, son el único grupo poblacional que está inmunizado en su totalidad. Más del 92% de los españoles mayores de 40 años están también vacunados. Los porcentajes bajan a medida que se desciende en edad, y los menores de 12 a 19 años alcanzan el 45% de inmunizados, aunque con una sola dosis hay un 76% de personas.

 Es decir, que es cuestión de tiempo que se alcance, al menos, un 76% de menores de edad (hasta 12 años) vacunados. Con este nivel de aceptación de la vacuna contra la covid, obligar a pinchársela es, para los expertos consultados, innecesario. Además sancionar económicamente a estos ciudadanos, estaría contribuyendo a generar resistencias a la vacunación, según www.niusdiario.es.

"No es posible instaurar la vacunación obligatoria, la salud es un derecho, pero no una obligación", contesta el profesor de Derecho Constitucional Carlos Flores Juberías a la pregunta de si el Gobierno puede establecer la obligatoriedad de la vacuna en lugares de especial "sensibilidad", como una residencia de ancianos. 

Para este jurista de la Universidad de Valencia, el problema jurídico es que la vacunación conlleva una intervención corporal, es decir, afecta a lo más estricto de nuestra intimidad, y por tanto no se puede imponer desde un Gobierno, sino que "tiene que ser validada por un juez".  

Para Flores Juberías, llegar a una intervención corporal teniendo en cuenta que no está garantizado que las personas vacunadas no contagien, supone una falta de proporcionalidad. 

Según su tesis, como la vacuna no garantiza que no vayamos a contagiar, al final sería imponernos "estar sanos" y a eso no nos pueden obligar, igual que no nos prohíben beber alcohol o fumar. Es cierto que el consumo de tabaco está muy limitado en espacios públicos, pero el humo del tabaco sí perjudica directamente a terceros.

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias sanitarias, Fernando Simón, ha aseverado este verano que, además, establecer medidas obligatorias "te quita armas para usar si es necesario en un futuro".   

"Obligar a los adultos a vacunarse siempre tiene que ser el último recurso. En países democráticos la obligación es compleja, desde el punto de vista legal y ético, y puede llegar a ser contraproducente", dice Salvador Macip, médico e investigador de la Universidad de Leicester y la UOC. 

"Es mucho mejor invertir los esfuerzos en campañas de concienciación. Siempre habrá una parte de la población imposible de convencer, lo que se trata es de que sea lo más pequeña posible", afirma. 

No obstante, para el epidemiólogo y responsable del grupo de Ética y Protección de Datos de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), Fernando García, la vacunación no es la única vía de control y siempre ha de ir acompañada de medidas no farmacológicas como la distancia social, la mascarilla, el lavado de manos y en casos más complejos la cuarentena de los contactos estrechos y el aislamiento.  

García afirma que en salud pública lo ideal es tomar las medidas menos restrictivas de las libertades individuales "y la menos restrictiva es la persuasión y el convencimiento". Apela a no aplicar medidas restrictivas porque "en este país la persuasión funciona". 

García considera que el debate sobre la obligatoriedad de la vacunación a los sanitarios es un "problema importado" de países como Francia donde un tercio de los profesionales de la salud ha optado por no ponerse las vacunas contra la covid. 

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