martes, 28 de septiembre de 2021

Plotino vuelve / Pedro G. Cuartango *

 


La grandeza del alma es el desprecio de las cosas de este mundo. Esto lo suscribió Plotino, filósofo griego nacido en el 205 después de Cristo y educado en Alejandría. Escribió las ‘Enéadas’, un tratado que recoge sus enseñanzas.

Plotino, que se alistó como soldado en una expedición contra Persia, llevó la filosofía de Platón hasta sus últimas consecuencias. Su pensamiento iba más allá de la concepción de su maestro de que el mundo que perciben los sentidos es un reflejo de las ideas y afirmaba que la realidad es una emanación del Uno, del que proviene todo lo que existe.

El pensador helenístico nunca definió el Uno, pero podemos asociarlo a Dios como ser supremo que encarna la perfección absoluta y que está fuera del entendimiento humano. El Uno es la fuente de la existencia de todos los seres.

Al igual que el Sol genera la luz que nos ilumina, el Uno produce el ‘nous’, que es el espíritu, la inteligencia que nos permite comprender la naturaleza de los entes. Y en la escala descendente de lo más alto a lo más bajo, está el alma, que concibe las ideas y participa como extensión del ‘nous’. En el peldaño inferior se encuentran los seres, que son también una pura extensión del Uno.

No es difícil darse cuenta de las similitudes de la filosofía de Plotino con la de Spinoza, que creía que todo lo que existe forma parte de una sustancia única que es Dios. Las tesis de ambos coinciden en la idea de que no hay una oposición entre espíritu y materia, entre cuerpo y alma, porque todo lo creado es una emanación divina. E incluso todo lo que sucede acontece dentro de las leyes establecidas por el Supremo Hacedor.

Muchos científicos y filósofos consideraron esta concepción panteísta de Plotino y Spinoza como un desvarío, contrario a la observación empírica y la lógica. Pero, como señala Brian Greene en ‘El universo elegante’, la mecánica cuántica está avanzando en una ‘teoría del todo’, que unifica las leyes de la física y el comportamiento de las partículas elementales. Según este desarrollo, tanto lo infinitamente grande como los electrones y los neutrones funcionan con unas mismas pautas, inscritas en el corazón de la materia.

No soy científico y me cuesta comprender estos conceptos, pero esta teoría del todo supone una impugnación de la distinción de Descartes entre el alma y el mundo material, de lo que él llamaba la ‘res cogitans’ y la ‘res extensa’. No hay tal dicotomía porque todo lo que vemos está hecho de la misma sustancia, incluso el pensamiento, dicho en términos spinozianos.

Por ello, sorprende la lectura de Plotino, al que los últimos avances de la física han revalorizado. Y merece la pena constatar que, hace muchos siglos y sólo con la fuerza de su inteligencia, este filósofo llegó a conclusiones que hoy son absolutamente modernas. Insisto: todo está en los clásicos.

 

(*) Periodista


 https://www.abc.es/opinion/abci-pedro-garcia-cuartango-plotino-vuelve-202109280019_noticia_amp.html

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