viernes, 6 de diciembre de 2019

El ‘bloque de la censura’ va a dirigir el Estado / Pablo Sebastián *

En pleno aniversario de la Constitución el presidente Pedro Sánchez hace un llamamiento al ‘entendimiento’ mientras avanza hacia su investidura y hacia un modelo constitucional que sus socios y aliados pretenden controlar con el solo argumento del ‘peligro’ de Vox. 

Cuando el verdadero problema radica en la temeraria y la peligrosa alianza de los pretendidos socios de Gobierno de Sánchez que no solo esperan controlar la acción del nuevo Gobierno sino también la dirección del Estado.

Lo ha dicho Pablo Iglesias sin tapujos y a las claras: ‘el bloque de la moción de censura está llamado a asumir la dirección del Estado’. Se refiere Iglesias a los líderes del PSOE (Sánchez), Podemos (Iglesias), PNV (Ortuzar), ERC (Junqueras), PDeCAT (Puigdemont) y Bildu (Otegui). Esos son los miembros o dirigentes de ‘el bloque’.

O si se quiere del ‘Directorio’ que no sólo va a gobernar España sino que además pretende ‘dirigir el Estado’ según Pablo Iglesias, el vicepresidente ‘in pectore’ del Gobierno de España. Directorio del que por supuesto queda excluido el Rey Felipe VI que es, según la Constitución, el Jefe del Estado.

Y todo esto ocurre ante la preocupante complicidad del conjunto del PSOE y bajo el liderazgo cómplice de Pedro Sánchez a quien sólo le preocupa poner en marcha su investidura para renovarse en el poder a cualquier precio, y con toda clase de concesiones a los soberanistas vascos y catalanes.

Como la ya inmediata de no haber recurrido -para agradar a ERC- el último desafío al Tribunal Constitucional del Parlamento catalán desobedeciendo y burlando al TC. Y en cumplimiento del primer acuerdo pactado por el PSOE con ERC para la investidura de Sánchez.

No en vano en el comunicado conjunto firmado por ERC y el PSOE del pasado día 2 se reconocía ‘el conflicto político’ catalán -por más que tal conflicto no existe y sólo es de orden público y legalidad constitucional-, y se anunciaban ‘soluciones políticas’, lo que en el lenguaje soberanista quiere decir que: se excluye la vía judicial.

‘El que avisa no es traidor’ e Iglesias ha dejado clara cuál será la acción de Gobierno y de dirección del Estado del nuevo Ejecutivo de coalición entre PSOE y UP. Y ‘el que calla otorga’ y ese silencio ha sido la respuesta de Sánchez a la advertencia de Iglesias.

Dejando fuera de juego al Rey Felipe VI que es el Jefe del Estado. Y además implicando en la ‘dirección del Estado’ a los dirigentes golpistas Junqueras y Puigdemont, y al filo terrorista Otegui (al que acaba de elogiar Zapatero).

Y todo ello a la única y mejor gloria de un Pedro Sánchez que asegura que todo se hará ‘con transparencia y dentro de la legalidad’, a la que acaba de burlar él mismo no recurriendo al TC la desobediencia del Parlament.

¿Hacia dónde nos lleva Sánchez y como se va a desarrollar todo esto? son cuestiones que provocan gran inquietud. Como también inquieta ver al PP callado sin ofrecer alternativas y sin explicar a los ciudadanos el alcance y la gravedad  de lo que está ocurriendo. 

Porque el blando y ciego liderazgo de Pablo Casado y la ausencia de denuncias ante la opinión pública ya están desfigurando la imagen y la función de lo que debería ser la respuesta clara y contundente de la Oposición.

Aunque la culpa mayor de todo esto la tienen Sánchez y la dirección del PSOE. Pero no sólo la Dirección del PSOE sino también la totalidad de sus dirigentes que están callados como muertos mientras su secretario general destruye la historia democrática y constitucional del PSOE durante los años pasados de la Transición.

 Pablo Iglesias ya es de 'la casta'

El día que Pablo Iglesias e Irene Montero se compraron su bonito chalé en Galapagar la pareja -que aspira como tal a estar en el Gobierno de Pedro Sánchez – abandonó simbólicamente el populista campamento del 15-M en la Puerta del Sol de Madrid para pasar de clase trabajadora a clase media, y de ahí a integrarse en ‘la casta de la política’.

Sobre todo si se confirman las sanciones cruzadas entre dos abogados de Unidas Podemos y la dirección del partido con acusaciones que van del acoso sexual, al cobro de sobre sueldos en dinero negro y de corrupción interna.

Y si Iglesias consigue entrar de vicepresidente en el Consejo de Ministros y su compañera Montero de ministra, algo nunca visto en España, entonces en las puertas del chalé de Galapagar estarán esperando todas las mañanas dos coches oficiales del Gobierno de España para trasladar a Madrid a la famosa pareja de la extrema izquierda española.

Nada de malo hay en todo ello salvo que se confirmen los escándalos de la corrupción interna de Podemos. Lo que de momento niega ‘el matrimonio’ que se quedó con todo el poder del Partido tras la caza de Íñigo Errejón y la marginación de Pablo Echenique, más las purgas de Bescansa y otros ex fundadores de Podemos como Sánchez, Alegre y Pascual.

Pero, a pesar de los pesares y sólo pendientes del ‘sí’ de ERC Iglesias, está a punto de hacer Historia y conseguir el regreso del marxismo al Gobierno de España, 83 años después del que fue último gobierno de Francisco Largo Caballero en 1936.

Y no solo eso, Iglesias con tal de tocar poder y permanecer en él durante algún tiempo también está dispuesto a renunciar a sus programas sociales, como liquidar la reforma laboral de Rajoy, renunciar al déficit, e incluso al control exhaustivo de los precios de las viviendas de alquiler.

Ya lo ha anunciado Iglesias a sus bases en una carta donde les informó de las renuncias y sacrificios que aceptarán para los sectores más deprimidos de la sociedad, mientras ellos se instalan en lo más alto del poder nacional.

Están en su derecho y así lo ha querido Pedro Sánchez. Y si lo logran está claro que Iglesias moderará su posición inicial porque se juega mucho en el envite y no puede malograr tan extraordinaria oportunidad.


(*) Periodista


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