LORCA.- Una fuerte tormenta, acompañada de aparato eléctrico y granizo, descargó 50 litros por metro cuadrado en apenas 20 minutos en Lorca durante esta madrugada, lo que anegó zonas de la huerta. La tormenta se registró sobre las tres de la madrugada y ocasionó importantes balsas de agua estancada que dejaron aisladas viviendas y fincas. En las pedanías de Campillo y Purias, las precipitaciones provocaron cortes de carreteras y caminos.
El alcalde, Diego José Mateos, está supervisando los daños y destacó que se localizan en los mismos puntos que resultaron afectados por las riadas del año 2012,
de la que se cumplirán siete años el día 28 de este mes. El alcalde
considera que es el momento de «luchar todos juntos para que esto no se
vuelva a repetir» porque «aunque es evidente que ha caído agua, no ha
sido tanta como para los daños que ha causado».
Mateos
cree que si estuvieran hechas las canalizaciones necesarias para
evacuar el agua a la rambla de Biznaga «esto no habría ocurrido». En
este sentido, apunta que buscar soluciones técnicas para mejorar la respuesta de la zona a las crecidas
«tiene que ser un proyecto de la Región e incluso del gobierno de
España».
Estas pedanías, ubicadas en una hondonada en el centro del
Valle del Guadalentín, recogen el agua de decenas de ramblas y desde las
riadas de 2012 están previstas actuaciones en el Plan de Avenidas que
no se realizaron.
Entre ellas la construcción de presas de laminación
en las cabeceras de las ramblas de Béjar, Nogalte y Torrecilla, para
minimizar el efecto de las escorrentías. El alcalde reconoció que los
daños causados por esta tormenta se producen cuando «pensábamos que lo
más grave ya había pasado», después de que la gota fría recorriera el
municipio con menos fuerza que en el resto de la Región durante las
jornadas de jueves y viernes.
«Hay campos anegados y casas que se han visto afectadas», por lo que una vez que se consiga evacuar el agua el Consistorio «estará pendiente para echar una mano a estas familias»,
argumentó el regidor. El agua embalsada en la Huerta de Lorca procede
de la confluencia de las escorrentías de las ramblas de Nogalte, en
Puerto Lumbreras, El Murciano, Torrecilla y Béjar.
Diego José
Mateos insistió en que esos cauces deben ser canalizados para hacerlos
desembocar en la rambla de Biznaga, y de ahí que vayan hacia el río
Guadalentín, un recorrido que evitaría daños a las zonas pobladas en las
que se alterna el uso residencial con el agrícola y ganadero.
La Comunidad de Regantes pide una «obra potente»
En
este sentido se manifestó el presidente de la Comunidad de Regantes de
Lorca, Juan Marín, que pidió este sábado a las administraciones que
impulsen «una obra potente» que constituya esas canalizaciones de ramblas y presas de laminación para evitar este tipo de inundaciones.
Marín,
que también recorrió la zona más afectada por la tormenta, destacó que
el paso de la gota fría por Lorca había tenido efectos moderados hasta
este viernes. De hecho, eran más bien positivos, porque garantizaban agua para los regantes, al haberse recogido entradas importantes en los pantanos sin causar daños en plantaciones.
La
situación cambió con la tromba de esta madrugada «que ha sido muy
repentina». «Hay muchas hectáreas que están sufriendo», dijo el
presidente de los regantes lorquinos y lamentó que se esté repitiendo la
misma situación que en las inundaciones de 2012.
Marín, que acompañó al
alcalde de Lorca, acordó con él que «hay que unir fuerzas«
para encontrar una solución al problema, involucrando «al Gobierno
regional, al Estado, a la Confederación Hidrográfica».
El presidente
puso a disposición de los afectados los medios de la Comunidad de
Regantes, sus infraestructuras y maquinaria para intentar evacuar el
agua que inunda tierras de labor, granjas y viviendas.
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