TOLEDO.- El presidente de Castilla-La Mancha,
Emiliano García-Page, se propone desplazarse a Bruselas, si puede ser
antes de que finalice la actual legislatura, para presentar en persona
una denuncia ante las instituciones europeas por los "caudales ínfimos"
del río Tajo y contra los planes hidrológicos.
Así lo
desvela el presidente
castellanomanchego, en la que reflexiona sobre el estado del río Tajo y
considera que la batalla judicial -el Gobierno regional ha presentado
más de treinta recursos en los tribunales contra otros tantos trasvases
aprobados por los sucesivos Ejecutivos centrales- es "solo una parte del
problema".
"Realmente lo que hay que cambiar son las leyes", plantea
García-Page, que recuerda que los trasvases se autorizan por la
aplicación del Memorándum firmado en la anterior legislatura, bajo la
presidencia en Castilla-La Mancha de María Dolores de Cospedal, y que
implica que "la famosa paz del agua era una paz de cementerio" en la que
unos pierden -en alusión a Castilla-La Mancha- y otros ganan, en
referencia al Levante.
En este sentido, valora que el
Parlamento Europeo haya aprobado una norma que recoge en su exposición
de motivos que "la reutilización de aguas residuales tratadas
adecuadamente, por ejemplo procedentes de instalaciones de aguas
residuales urbanas, se considera que tiene un menor impacto ambiental
que otras alternativas de suministro de agua, como los trasvases de agua
o la desalinización".
Por ello, siguiendo esta línea,
afirma que el Ejecutivo castellanomanchego no va "a parar" y prepara
una denuncia que presentará, en persona y si puede antes de que finalice
la actual legislatura, ante la UE sobre los planes hidrológicos
elaborados por el Gobierno central y "particularmente el del Tajo",
porque "Europa tiene una estrategia diametralmente opuesta a la que
tiene el Gobierno de España, el anterior y el actual", en alusión al
mantenimiento de los trasvases.
En cuanto a la
posibilidad de que el Gobierno central modifique el memorándum del Tajo,
el presidente castellanomanchego apunta que el Ejecutivo de Madrid
"estaba trabajando en un giro inteligente y razonable en la cuestión del
agua en España", y aunque comenta que ambas administraciones tienen
"ritmos distintos", coinciden en "una visión sostenible y moderna del
agua", que pasa por fomentar la desalación y la reutilización del agua,
así como la minimización de los consumos, sobre todo en un país con
"dificultades pluviométricas".
Sobre el resultado de
los recursos que, desde el inicio de la legislatura, ha presentado el
Ejecutivo castellanomanchego ante los tribunales por la aprobación de
trasvases, García-Page indica que algunos están en tramitación, pero
otros ya se han resuelto en contra de los planteamientos de Castilla-La
Mancha "basándose en el famoso memorándum", por lo que insiste en la
importancia de "cambiar las leyes".
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