sábado, 8 de diciembre de 2018

Otra solución para 'Bankia' / Primo González *

Parece que al Gobierno le han entrado dudas sobre el destino de su presencia en Bankia, quizás porque ha llegado a la conclusión de que la tarea de recuperar  parte de los 22.400 millones inyectados en el año 2013 no va a resultar posible y menos en el plazo  previsto, finales del año 2019.

El Estado controla en torno al 61% del capital el banco pero el valor de esta participación se ha ido reduciendo este año de forma alarmante, al igual que la mayor parte de los bancos.  Este año, el valor de la entidad  se ha visto recortado en una tercera parte, de forma que la participación pública apenas alcanza los 5.000 millones de euros. 

Este jueves, las acciones han cerrado a 2,7 euros,  mínimos anuales, muy por debajo de los 4,06 euros por acción al que fue vendido el segundo y último paquete de acciones, un 7% del capital, colocado por el Estado el pasado diciembre.

Esperar que la cotización remonte parece tarea difícil por no decir que inalcanzable, sobre todo si la  aspiración  se tradujera en recuperar el dinero prestado en su día a la entidad para eludir su quiebra. 

De los 22.400 millones de euros inyectados, el Estado  apenas ha recuperado unos 2.800 millones de euros, sumando las dos colocaciones de acciones en paquetes  reducidos (7% y 7,5%) y los dividendos que ha repartido el banco en esta etapa  de cinco años transcurridos desde su crisis e intervención pública.

La expectativa de recuperación del grueso del  dinero es, por lo tanto, bastante remota. Y más difícil aún si se  desarrolla mediante la venta de pequeños paquetes accionariales, ya que el atractivo que ofrecen estas ventas es muy reducido, dada la baja rentabilidad por dividendo. En Bolsa, la evolución de las acciones ha sido mala, entre las peores del grupo  de bancos que forman parte del Ibex 35.

Por lo tanto, la fórmula para sacarle más dinero a esta participación accionarial podría residir en la  venta de las acciones con el valor incorporado de la toma de control completo de la entidad, lo que  permitiría al Estado quizás obtener una cifra muy superior. Es la idea que acaba de apuntar la ministra de Economía, tras constatar que las ventas en pequeñas dosis no suscitan el interés de los inversores.

La posibilidad de una venta en bloque de la mayoría del capital implica, en todo caso, la obligación para el vendedor de lanzar una opa sobre la totalidad del capital del banco.  Este tipo de operaciones se realiza muchas veces mediante pago en acciones, es decir, el inversor interesado podría ser otro banco, español o extranjero,  a condición de que realice el pago de forma que el Estado españolo pueda cobrar de forma más o menos inmediata la venta de estas acciones en efectivo. 

No será, en cualquier caso, una operación brillante pero al menos el Gobierno se quitaría un problema de encima  y ayudaría a clarificar el panorama bancario, en donde Bankia sigue resultando una pieza anómala e incómoda. Las expectativas de un saneamiento  rápido que permitiera recuperar el dinero aportado por el Estado hace tiempo que se han esfumado y en los últimos meses las cosas han ido a peor.  

El presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, ha  hecho un buen trabajo pero los milagros no son  factibles en el sector bancario en estas épocas. No hay más que echar un vistazo a su alrededor.


(*) Periodista y economista


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