El
presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el president de la
Generalitat, Quim Torra, quieren dar continuidad a sus
conversaciones telefónicas y preparan un encuentro en La Moncloa
para antes del verano. No hay prisas porque ambas partes desean que,
además de la foto oficial que marcará la distensión, puedan
presentar un comunicado que marque la ruta para lo que quede de
legislatura antes de ir a elecciones generales.
Es
evidente que, a juzgar por las declaraciones tanto de ministros como de
consellers, hay deseo de rebajar la tensión pero guardando la cara. El
presidente del Gobierno recordará y repetirá que los limites de
cualquier acuerdo los marca la Constitución –aunque ya hay voces, como
la de la ministra Meritxell Batet que apunta de revisarla, algo
imposible en la actual legislatura– mientras que el president de la
Generalitat puntualizará que hay que partir del polémico voto del “1-O” y
recordar el objetivo de los independentistas de ir hacia una República
catalana. Curioso, sin embargo, que excepto en las filas de la CUP, se
esquiva la palabra independencia.
Resulta significativo que en la carta que el president Quim Torra ha
enviado a presidentes o primeros ministros de los estados miembros de la
Unión Europea, anunciado la formación del nuevo gobierno catalán, no
cita ni la palabra “independencia”, ni “autodeterminación”. Aunque si
habla de la necesidad de “diálogo y la negociación como herramientas
para resolvió las discrepancias políticas”.
“Honorables y democráticos
políticos catalanes han sido acusados de rebelión y puestos en prisión
provisional sin que haya sentencia y el presidente Carles Puigdemont y
otros miembros del Govern y del Parlament se han exiliado”, recuerda
también el president de la Generalitat en su misiva a los mandatarios
europeos.
Y, en esa línea de mantener vivo el litigio en el escenario europeo,
se reunirá de nuevo el patronato del DiploCat –la entidad de acción
exterior del gobierno catalá – para estudiar su reactivación, pues fue
neutralizado y desmontado durante la aplicación del Artículo 155, pero
no suprimido desde un punto de vista legal, según los actuales
responsables de la acción exterior que depende del conseller, Ernest
Maragall.
Todo indica que estamos ante un nuevo escenario que rebajará la
tensión. Y, en este sentido, un posible paso será la aproximación de los
políticos catalanes en situación de prisión preventiva hacia cárceles
en Cataluña. Incluso antes del encuentro Sánchez-Torra.
Volver a la situación de antes de la Sentencia del Tribunal
Constitucional, de mayo de 2010, cuando declaró inconstitucionales
varios artículos del Estatut d´Autonomia, podría ser un punto de
partida.
Cabe recordar que fue a partir de tal sentencia cuando se incrementó
el porcentaje de votos hacia partidos pro independistas, hasta alcanzar
el 47,8 % en las últimas elecciones catalanas. El líder socialista que
negoció aquel Estatut, el actual ex presidente José Luis Rodríguez
Zapatero, citó tal fecha de antes del 2010 como fórmula de partida para
ir hacia nuevos escenarios. La próxima reunión en Moncloa entre Sánchez y
Torra deberá dar las primeras pistas.
(*) Periodista
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