BARCELONA.- Las playas de Barcelona y Tarragona han amanecido ayer lunes cubiertas de un tipo de medusa conocida como velero,
una especie que destaca por su color azul intenso y por su pequeño
tamaño —alrededor de siete milímetros—. Aunque se trata de ejemplares
cuya picadura apenas tiene efecto alguno sobre el ser humano, su llegada
a la costa del Mediterráneo ha hecho saltar las alarmas en varios
municipios, y es que la mañana de este lunes se contaban por miles en
sus playas, según El Confidencial.
"Lo más sorprendente es la cantidad tan enorme que ha
llegado de esta especie a Baleares, Cataluña y el Levante español. Eran
llegadas previstas, pero no en estas cantidades", explica a El
Confidencial Josep Maria Gili, profesor e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas del Mar de Barcelona.
A la hora de explicar los motivos por los que se han multiplicado los
avistamientos, Gili apunta a dos posibles razones que no son
excluyentes. "Tenemos casi 25 años de estudios en las costas y sabemos
que cada seis años aproximadamente se dan las condiciones biológicas y
ambientales para que haya más medusas. Estamos en este sexto año",
explica.
Sin embargo, el investigador del CSIC reconoce que 2012
también fue un año clave y no se observó semejante número de ejemplares,
por lo que subraya una segunda causa: "Todas esas medusas, como las
velero, son el alimento de peces, tortugas... El hecho de que ahora
tengamos tantas es una consecuencia de la sobreexplotación de los océanos; hemos quitado del mar gran parte de sus depredadores y sus poblaciones son cada vez mayores", argumenta.
El peligro de la carabela portuguesa
La aparición de las
conocidas como velero en la costa del Mediterráneo se produce tan solo
una semana después de que se hayan contabilizado varios avistamientos de carabelas portuguesas
en diversas playas de Almería y Alicante. Los ejemplares que se han
recogido de esta segunda especie no llegan al centenar, pero la
preocupación de los expertos es mayor que con las velero, por los
efectos que produce su picadura.
"Las velero son urticantes y no
conviene tocarlas, pero si nadamos y nos rozan, lo más probable es que
no ocurra nada. De todos modos, con la carabela, cuando se ve, hay que salir del agua lo más rápido posible. Sin correr, poco a poco, pero lo mejor es que cambiemos el plan de ese día. No hay que jugar con ellas", señala Gili.
En este sentido, conviene subrayar un tercer motivo que explicaría el
número de avistamientos tanto de las velero como de las carabela en los
últimos días, y es que ambas presentan una característica común que las
diferencia de otras medusas: tienden a moverse por la superficie y los vientos son clave para sus desplazamientos.
"La carabela no es una medusa propiamente dicha, sino una colonia de
muchos organismos en la que uno de ellos se especializa en dar a la
colonia flotabilidad y acumula gas, por lo que de él cuelga toda la
colonia", explica Ignacio Franco, investigador del Centro Oceanográfico
de Murcia y del Instituto Español de Oceanografía (IEO).
Según comenta a
este diario, con la velero ocurre algo similar, ya que una parte del
animal queda por encima del agua y se mueve en función del viento, lo
que la diferencia de otras medusas que tan solo dependen de las
corrientes marinas.
De hecho, este aspecto resulta clave para predecir si el verano de 2018 destacará por el número de medusas,
ya que ambos expertos no se ponen de acuerdo en este sentido. Torres
opina que el aumento de avistamientos en las últimas semanas no implica
que la tendencia vaya a mantenerse en los próximos meses, y es que
considera que los "fuertes temporales que se han producido en este tiempo"
son el principal motivo que explica su llegada masiva a las playas del
Mediterráneo.
Gili, sin embargo, insiste en que 2018 será un año clave
porque "cada seis años" se dan las condiciones necesarias para que
aparezcan más medusas, a lo que se suma el factor de la
sobreexplotación: "Tener una masa de medusas como esta es como si
llegase a la playa una botella con un mensaje dentro. Entonces sacas el
mensaje y el mar te dice: 'Por favor, me habéis explotado'. Cuidado con esto".
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