La Iglesia bendice la fusión de CajaSur con Unicaja y Jaén

MADRID.- Representantes de las entidades andaluzas se reunirán en unos días para analizar las condiciones de una unión. CajaSur ha iniciado la cuenta atrás para decidir su futuro. Un horizonte que, al contrario de lo que ha venido manteniendo en los últimos meses, pasa por una fusión con Unicaja, que el pasado lunes cerró la absorción de Caja de Jaén.

De hecho, 'Expansión' ha podido saber que en los próximos días representantes de ambas entidades se reunirán para analizar la operación.

La peculiaridad de la caja cordobesa es que está controlada por la Iglesia, una cuestión que a lo largo de los años le ha servido para frenar cualquier llegada no deseada, la mayoría auspiciadas por la Junta de Andalucía.

Sin embargo, la crisis actual y su delicada situación financiera han terminado por derribar los muros que existían, y el Vaticano ya ha dado su bendición al Cabildo de Córdoba para que cierre el acuerdo.

Sus exigencias prioritarias son dos: que la plantilla no se toque y que la Iglesia tenga un destacado papel en la toma de decisiones sobre la obra social. A esto habría que añadir otras peticiones –de carácter económico y de funcionamiento de la entidad una vez que se fusione– que son las que podrían retrasar la operación y que se abordarán en los encuentros previstos.

De completarse este matrimonio a tres bandas, la nueva caja se situaría entre las seis primeras de España. Con cerca de 1.500 oficinas, sus activos –a cierre de 2008– superarían los 50.000 millones de euros, cumpliendo así una de las recomendaciones que ha hecho el Banco de España a las entidades interesadas en fusionarse.

El beneficio conjunto ascendería a 325 millones. En todo caso, los impulsores de la unión estiman que esta cifra la elevarán rápidamente dado que 2008 fue un ejercicio especialmente complicado. Como ejemplo, recuerdan que en 2007 el resultado neto fue de 424 millones.

Aunque CajaSur pretendía seguir en solitario, este año ha recibido dos golpes casi definitivos. El primero, a finales de abril, cuando Fitch rebajó su ráting hasta bono basura, convirtiéndose así en la segunda entidad española en recibir dicha calificación. La primera había sido CCM, cuya nota se situó en ese nivel el 19 de febrero; el 29 de marzo fue intervenida por el Banco de España.

El segundo impacto llegó con los resultados del primer trimestre, al situarse como la caja con mayor morosidad (7,91%) y una caída del 90% en el beneficio, hasta 1,77 millones. Una situación complicada con triple respuesta. Al tsunami que azota al conjunto del sector, se unen dos dificultades añadidas.

La entidad presidida por el sacerdote Santiago Gómez Sierra se ha visto afectada de forma virulenta por el hundimiento de la construcción. Además, sufre un problema institucional hace tiempo cuya principal consecuencia es que por la dirección general han pasado cinco ejecutivos en menos de cuatro años.