Palacios, con sede en La Rioja, factura 135 millones de euros, cerca del 60% de los cuales procede de productos de marca del distribuidor. En los últimos años, la compañía se ha posicionado fuertemente en productos preparados de bajo coste -como roscas o pizzas- y se ha convertido en un fuerte competidor de Casa Tarradellas y Campofrío.
En la adquisición de Palacios, por más de 100 millones de euros, además de ProA han participado de forma minoritaria la firma de capital riesgo vasca Talde y el inversor suizo Partners Group -también participa en el capital de ProA-. La intención de los nuevos dueños es convertir la compañía en una plataforma de crecimiento en el sector de alimentos preparados refigerados y duplicar las ventas en cinco años.
Esta no es la primera incursión del capital riesgo en empresas fabricantes de las marcas blancas, con un fuerte crecimiento a calor de la crisis económica y el desplome del consumo. Recientemente, el fondo de capital riesgo valenciano Atitlán entró en el capital de Ibersnacks, una empresa que fabrica los aperitivos para Mercadona, con una facturación de 40 millones de euros. La firma tiene el resto de su inversión en otros fabricantes de Hacendado, la marca de la cadena de supermercados valenciana, como Dafsa, que elabora zumos y sopas.
La compra de Palacios es un proyecto que lleva ocho meses diseñándose y cuya ejecución ha costado arduas negociaciones con los bancos que han financiado la negociación: BNP Paribas, Santander, Caja Madrid, La Caixa e IBK. De hecho, esta es la primera operación de calado que ha realizado el capital riesgo tras más de medio año de inactividad debido a la crisis financiera.
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