martes, 28 de abril de 2009

Reig Pla dice que las parroquias tienen que ser "casas de acogida"

ALCALÁ DE HENARES.- El nuevo obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla, ha manifestado que las parroquias tienen que convertirse en "casas de acogida" para garantizar la subsistencia a los que más lo necesitan y que en este momento la labor de Cáritas "es una señal de emergencia" para la sociedad.

En la primera comparecencia ante la prensa después de su toma de posesión el pasado día 25, Reig Pla ha comentado cuáles van a ser sus prioridades: lo primero, los más necesitados y, "con carácter de emergencia", las personas que ya están teniendo problemas para sobrevivir en una ciudad con más de 72 nacionalidades y un elevado índice de población inmigrante.

Reig Pla se va a poner como objetivo "potenciar al máximo las propuestas de Cáritas para que tengan una respuesta inmediata y las personas que lo necesiten puedan sobrevivir". Para ello, ha tendido la mano a las instituciones de la ciudad y ha augurado "una buena relación".

Respecto a uno de los asuntos que más preocupan en Alcalá, ciudad Patrimonio de la Humanidad, como es la situación del patrimonio eclesiástico, cerrado casi en su totalidad a cualquier programación turística, el nuevo obispo ha indicado: "todo lo que sea visitable y de interés podéis contar con ello desde el primer día, teniendo siempre en cuenta el margen de las leyes civiles y canónicas".

Reig Pla se ha mostrado preocupado por la falta de vocaciones en general, pero, de forma muy particular, en el seminario de Alcalá de Henares, donde sólo hay 12 seminaristas y 2 diáconos, una cifra por debajo de la media en la provincia eclesiástica de Madrid.

Eso contrasta, sin embargo, con la juventud de los sacerdotes, más de 150, que componen la diócesis, "porque -ha dicho- tenemos los sacerdotes más jóvenes de toda España y no hay ninguno jubilado".

Al margen de este problema, que piensa que se resolverá "con una campaña de oración y ayuno" que va a proponer para la diócesis y mucho empeño, Reig Pla ha defendido la familia como pilar de una sociedad que, en su opinión, "está pasando por una grave crisis de humanidad y ha perdido el concepto de cómo debemos vivir".

El obispo ha asegurado que existe "un gran déficit de esperanza" y ha apostado por la fe como instrumento para recuperarla.

Recién llegado de la diócesis de Cartagena, el nuevo obispo de Alcalá de Henares ha contestado a los que, en distintos foros, han considerado su nombramiento como un castigo. "Bendito castigo; mi vida se la he dado a Dios y yo estoy para obedecer", ha dicho.

La primera visita institucional la realizó ayer, cuando se entrevistó con el alcalde de Alcalá de Henares, Bartolomé González. La primera visita pastoral la ha hecho esta misma mañana en la cárcel Alcalá-Meco.

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