jueves, 2 de octubre de 2008

Valcárcel no puede encargarse él solo de la política / José Antonio Martínez-Abarca

Es preciso que las dos damas más poderosas del nuevo Gobierno de Valcárcel (la de Economía y Hacienda y la de Presidencia) entiendan que alguien, en alguna parte, pero ya, debe de buscar una fórmula para descargar al presidente Valcárcel de ocupaciones para esta tenebrosa época de crisis.

Porque se avecinan unos tiempos en que las ocupaciones que tanto le gustan llegarán a ser demasiadas incluso para un vigoréxico incurable como Valcárcel. La falta de “paraguas político” que proteja de imponderables y de cosas de poco momento la agenda del Presidente ha venido siendo tradicional en San Esteban, ya se sabe.

Incluso cuando ahí estaban personas de neto perfil político y mordedor como Fernando de la Cierva o José Antonio Ruiz Vivo. Pero con la crisis, que dispara las llamadas y las prisas, ya no se puede seguir diciendo aquello que se puso de moda hace tiempo: “Valcárcel no tiene a nadie”. Debe haber alguien que también mande.

Hubo un tiempo, al parecer definitivamente superado, en que el Presidente pensó en establecer un círculo de asesores políticos en torno a él como los pioneros ponían los carromatos frente al asedio indio. No funcionó. Y no funcionó porque ni siquiera se intentó.

Durante estos últimos tiempos, el despoblamiento en la cúpula política casi era imagen de marca: un Gobierno de gestores, que concretamente gestionaban el modelo de desarrollo turístico de Murcia, que iba viento en popa, pero sin meterse en similiquitruquis políticos. La crisis ha venido a trastocarlo todo.

De irse Valcárcel ha dado la cosa en quedarse Valcárcel. Los gestores ya o sobraban o no llegaban. Hacía falta más política, y quién va a hacer la política en el Gobierno si no es Valcárcel otra vez. Pero, como decimos, incluso Valcárcel puede verse sobredimensionado porque en los meses siguientes habrá demasiadas cosas que reclamen su atención.

No para todo puede echarse mano de Valcárcel, que es la mala costumbre que muchos tienen/tenemos. Antes de ayer me telefoneó la nunca bien ponderada Patricia García Alústiza, la secretaria del Presidente, atendiendo una serie de solicitudes que yo había cursado desde primeros de septiembre de tener una entrevista con Valcárcel sólo con la precaución de que fuera antes del Congreso del partido.

Me informó Patricia, más acelerada que los personajes de Alicia en el país de las Maravillas, que el presidente tenía todos los ratos de estos dos meses, los que empezaban a la vuelta de vacaciones y concluirán en el dicho Congreso, imposibles para recibirme en la salita de estar de Palacio y charlar precisamente sobre ese congreso.

Jamás había tenido noticia de un Valcárcel tan asfixiantemente atareado como el de este tiempo, con haberlo visto muy activo casi siempre. Por mucha energía y optimismo que algunos vean en él desde que ha decidido que su deber para afrontar la crisis económica es quedarse, y por mucho que le vaya la marcha, que le va (le inocula endorfinas), este ritmo de hacer que toda la política en la región sea Valcárcel, y lo demás gestión, no puede mantenerse todo el tiempo ni siquiera con él.

No pido que hagan por fin el “lobby” político en torno al presidente para aliviar la presión (para esto ya llegamos ocho o diez años tarde), pero que al menos desde las dos consejerías más poderosas que quedan, mandadas por mujeres, se matice un poco eso de que Valcárcel es el alfa y el omega del momento de la Región.

Presidencialismo, vale, es lo que ya teníamos, pero no monopolio.

www.elfarodemurcia.info

No hay comentarios: