martes, 16 de septiembre de 2008

Una elecciones sin debates ni confrontación de programas / Juan Redondo

Hasta hace una década la Hermandad Farmacéutica del Mediterráneo estaba pilotaba en torno a Francisco José Vicente Ortega. Hace cuatro años se celebraron unas elecciones abiertas con tres candidaturas, una de ellas más bien testimonial. Las otras dos estaban encabezadas por los vicepresidentes de la cooperativa farmacéutica que acompañaban a Rabadán tras la defenestración de Vicente Ortega.

Pedro Guerrero contaba con todas las bazas y era el favorito y al final un discreto Antonio Abril, se alzó con con la presidencia de la primera empresa en facturación de la Región de Murcia.

Por la importancia de la empresa y por su estructura en forma de cooperativa con 3.500 asociados repartidos por toda España -la segunda distribuidora farmacéutica española-, las elecciones en Hefame tienen una importancia destacada a nivel regional, por hacer una comparativa como las del Colegio de Médicos o las de la cofradías más importantes de Semana Santa. Sin embargo en esta ocasión parece que desde los organizadores se ha intentado que pasarán deprisa y corriendo.

Un adelantamiento de fechas con supuestas dimisiones, para hacerlas coincidir con el día siguiente a la Romería.

Una ausencia de información o debates, parece como si los actuales rectores de la gran cooperativa farmaceútica pretendieran pasar de prisa y corriendo sobre el proceso. No deja de resultar curioso que no se haya producido ningún debate entre los candidatos, ni en el interno ni el externo. En una organización empresarial o en un colectivo profesional cuando un candidato se presenta a la reelección lógicamente es por que parte de ganador, pero dicen que procura cubrir las apariencias.

Antonio Abril ha brillado por su ausencia en todo el proceso y ha rehuido cualquier intento de un “cuerpo a cuerpo” con Sara Peñalver o Valentín Martínez Torregrosa. Incluso su pagina web no ha estado operativa. En los últimos años el crecimiento de la facturación de la empresa ha estado muy por debajo del incremento del gasto farmaceútico y de la media del sector a nivel nacional.

Tras el fracaso en el intento de fusión-absorción con Cofares la Hermandad se refugió en un discreto segundo plano y según los opositores ha perdido cuota de mercado y la Fundación Hefame, creada y potenciada por Vicente Ortega, se ha reducido a una meras siglas sin actividad.

En esta ocasión Antonio Abril parte como teórico favorito, aunque no se prevé una participación tan elevada como en la anterior convocatoria. El programa del candidato habla de seguir avanzando. En estos tiempos de crisis inmobiliaria, el sector servicios es una apuesta de futuro en la economía regional y Hefame sigue siendo la primera empresa en facturación domiciliada en la Región.

Denuncias e irregularidades

Dice Sara Peñalver que las elecciones a Hefame no están resultado un proceso limpio y modélico. Valentín Martínez Torregrosa no opina sobre comportamientos de los otros candidatos porque insiste que Peñalver y Ábril formaron hace años parte del mismo consejo rector y que son corresponsables de algunos de los supuestos vicios que padece Hefame.

Sin embargo la llamada a limpieza electoral por parte de un colectivo de boticarios próximos a Abril fue distribuida por la propia empresa entre los asociados. En cambio la propaganda de Peñalver dice la candidata que se ha retrasado en la distribución interesante. Dicen que quién parte, reparte y se suele quedarse con la mejor parte.

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