jueves, 31 de julio de 2008

Un Consejo de Gobierno muy particular / Juan Redondo

El de mañana en teoría debería ser el Consejo de Gobierno de fin de curso, que se cierra con un convite entre besos y abrazos y “nos vemos en septiembre”. La geografía suele ser el argumento central del debate entre el presidente y los consejeros, porque el mar y la tierra ofrece propuestas para todos los gustos.

En el interior desde el Camino de Santiago a quince días en China con los Juegos Olímpicos, o un viaje por la Europa Central o por la Sudamérica Andina. Por el mar desde playas exóticas hasta cruceros por esos mares del mundo. El consejero de Desarrollo Sostenible tiene claro que para disfrutar con sus hijos pequeños, su casa de Torre Pacheco. El presidente sin embargo hace años que opta por su chalet de La Torre de la Horadada, en la Comunidad Valenciana.

Sin embargo, el Consejo de Gobierno de mañana será atípico, porque el presidente, al que el aire acondicionado le sienta mal, se ha encargado de caldear el ambiente. Valcárcel no podrá terminar la reunión con la clásica frase de “felices vacaciones y nos vemos en otoño”, que se dice a los buenos estudiantes tanto en las universidades públicas como en la privada. La duda y la preocupación se ha instalado en el equipo, la tensión ya estuvo a punto de saltar la semana pasada con el tema de la adjudicación de Arquitectura a la UCAM.

En este desconcierto y tensión que ha sumido Valcárcel a su partido y consejeros en estos últimos quince días y a algunos de sus más fieles no le soprendería incluso que el Consejo de mañana fuera tan especial que conllevara la anunciada crisis o remodelación. “En cirugía es preferible una intervención rápida ”, señala un histórico militante popular.

Según su hipótesis, un cambio de gobierno este viernes tampoco perjudica las vacaciones al presidente, porque el lunes los nuevos estarían tomando posesión y en una semana el asunto quedaría zanjado y se iría a La Torre sin dudas ni agobios.

Para los salientes, “una agonía menos”; para los continuadores, una tranquilidad, y para los “entrantes”, por un nombramiento siempre merece la penas sacrificar las vacaciones de la familia en agosto.

Malestar en los rectores y ex rectores de las públicas

El consejero José Ballesta no estuvo presente en el pasado Consejo de Gobierno por motivos de agenda. En el orden del día no iba ningún tema importante relacionado con Obras Públicas. Ballesta ha sido rector durante ocho años de la UMU, ganó sus primeras elecciones por tres votos frente a la candidatura de Juan Monreal, ex consejero socialista. La bipolaridad entre conservadores y progresistas en el mucho universitario se ha decantado en los últimos años a favor de los primeros.

Cobacho también ganó frente a la ex consejera socialista Elena Quiñones. Ahora con la decisión de Valcárcel con la concesión de Arquitectura a la UCAM el presidente ha abierto una herida y una decepción en el mundo universitario, tanto entre el profesorado como en el alumnado, especialmente en la mayoría más próxima al PP. A la decepción de Medina Precioso, se suma el enfado de Cobacho y Faura, y el silencio ausente de Ballesta. Otoño caliente para el presidente.

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