Pedro Saura y sus dudas metódicas / Juan Redondo

Con la retirada a última hora de Mármol, con el respaldo de Madrid y con más del 70% del apoyo de los delegados, Pedro Saura tenía el viernes por noche las “manos libres” para formar equipo y marcar el libro de ruta de los socialistas murcianos en la hipotética “salida del desierto”.

Se suponía que como entrenador tenía claro la composición básica de su equipo, aunque jugaría a alargar las reuniones en la noche como hizo Zapatero en Madrid. Lo que no se esperaba es que agotara el tiempo y tuviera que pedir una prórroga de dos horas para cerrar la ejecutiva y las listas para el comité federal. Dice un amigo que un cuarto de hora ya marca la diferencia entre el que se hace el interesante y el que ha dejado los deberes para última hora y aún no se ha empezado a plancharse la camisa.

Zapatero cerró su equipo, una ejecutiva nacional, antes de las tres de la madrugada en Madrid, Saura, que a priori lo tenía más fácil, necesitó trece horas más para hacerlo en Murcia. “En los viejos tiempos, cuando se votaba al final del congreso la ejecutiva completa, hubieran estado las mesas camillas funcionado una semana”, comentaba un histórico ante las dudas del líder socialista, sorprendido ante las horas de reuniones y el arduo trabajo de Saura para intentar conjuntar su equipo.

“No es fácil encajar todas las piezas, porque esto es un puzzle, si mueves una tienes que mover otra o se cae parte del equipo”, comentaban los más próximos al líder del PSRM, que es una persona trabajadora, muy concienzuda, aunque hermética y dubitatiba, algo similar a los que dicen los populares murcianos de Valcárcel, aunque la diferencia del presidente del PP y del líder de los socialistas sea de casi 30 puntos.

“El Parto de los Andes”, como califican la larga meditación dePedro Saura algunos históricos, no ha deparado grandes sorpresas. Se mantiene la cúpula, hay pequeños movimientos en el segundo escalón y una mayor renovación en las bases. De la parte más protocolaria, el presidente Fuentes Zorita, algo que dicen que no entraba en las previsiones del histórico político, deja su puesto a Rosa Peñalver. Jara se reafirma como número dos con la Vicesecretaria General y la protavocía que integra la desaparecida Secretaria de Comunicación.

Oñate, que se ha hecho rogar, al final ha salido como uno de los ganadores de este congreso. No quería seguir en Organización, el área más cuestionada por un amplio sector de la militancia, una organización “oxidada y con telarañas”, que ahora tendrá que abordar la aplicación de la reforma estatutaria a Murcia y Cartagena, un peso que ha caido en la aguileña Mari Carmen Moreno.

Saura sigue confiando en los tecnócratas, capacitados, preparados y trabajadores, como Raimundo Benzal o Francisca Baraza, que hacen su trabaja donde len mandan,digase Congreso, Ayuntamiento o Administración Periférica y no crean problemas porque nunca se han metido en conspiraciones. Los jóvenes proceden del entorno de Saura, del grupo parlamentario o del reparto territorial.

“Traedores”, “traidores” y pelos en la gatera

“Como no podía ser de otra manera al final no todos han quedado contentos”, comentaban fuentes de la nueva ejecutiva regional socialista. Las grandes agrupaciones que apoyaron desde el primer momento a Saura frente a los críticos se han encontrado con ciertos “ajustes” de última hora que han creado ciertas escoceduras.

“Son los pelos en la gatera que se dejan en todos los congresos”, insisten los portavoces de la nueva dirección general.

Pero esas ·escoceduras” se han hecho patentes en algunas listas. La continuidad del totanero Martínez Baños en la Ejecutiva Regional y la presencia de Juan Durán, ex portavoz parlamentario e histórico dirigente de la antigua familia “jumista”, en las listas del Comité Federal han abierto heridas.

Para algunos son el premio al apoyo de última hora de las agrupaciones de La Unión, Mula, Mazarrón y Totana a Pedro Saura, algo que motivaría la renuncia de Mármol. De ahí que unos les digan “traidores” y otros “traedores” y todo por poco más de una veintena de delegados.

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