miércoles, 30 de julio de 2008

Murcia sigue liderando en España la venta de viviendas

MADRID.- Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al mes de mayo expusieron con toda claridad y no menos crudeza la crisis que vive el sector inmobiliario, aunque la Región de Murcia, al menos, puede llorar por un ojo. A lo largo del mes se vendieron apenas 51.000 casas, lo que supone un desplome interanual del 34,3%. Un retroceso que, aunque generalizado, se cebó con el mercado de la segunda vivienda, la que queda en manos de los particulares.

En la Región de Murcia, la situación ofrece claroscuros, ya que el número de hipotecas suscritas cayó en mayo un 32,35% -más incluso que la media nacional- y el importe medio de las mismas disminuyó un 23,15% -también mucho más drástico que el 5,63% de descenso medio en España-, lo cual no impide que el número de hipotecas suscritas por cada 100.000 habitantes siga siendo el más alto del país, con 433 hipotecas, y que el número de compraventa de viviendas por 100.000 habitantes, con 200 operaciones, fuera el segundo mayor del país en mayo, según los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En la actual coyuntura de claro retroceso del mercado inmobiliario, la hipoteca media para la adquisición de pisos cerró el mes en 140.861 euros, un 6,6% más barata que en mayo de 2007. Las cajas de ahorro mantienen el liderato del negocio hipotecario a pesar de ofrecer contratos más caros que los bancos.

Fincas rústicas, fincas urbanas, viviendas. Lo mismo da. No se vende casi nada. Ese es el resumen del trabajo estadístico presentado por el INE, que desvela que las 50.161 casas compradas en mayo suponen un 10% menos que las comercializadas en abril. Suma y sigue. Y es que en los cinco primeros meses del año, la caída interanual acumulada (contra enero-mayo de 2007) alcanza ya el 27%.

Los expertos, las entidades financieras, los promotores y las inmobiliarias auguran peores registros para los meses venideros. Un mercado a la baja, lastrado por la falta de liquidez (el acceso a un préstamo se ha convertido en una quimera), precios aún muy altos y, sobre todo, un intenso efecto psicológico que hace que los eventuales compradores prefieran esperar.

Las familias, o más exactamente los particulares, son el segmento más afectado por el parón inmobiliario. Algo lógico, pues aunque los hogares tienen menos capacidad de aguante que las empresas a la hora de soportar créditos derivados del ladrillo, aún se resisten a bajar los precios. Algo que, en mayor o menor medida sí pueden hacer las inmobiliarias.

Este fenómeno se refleja en el enorme descenso de las ventas de pisos usados, que cayó un 43,6% interanual en mayo y un 36,6% en los cinco primeros meses de 2008, frente a los retrocesos del 21,1% y del 13,6% experimentados en los mismos periodos de tiempo en el ámbito de los pisos nuevos.

El frenazo no respeta a nadie, como refleja el hecho de que tanto en mayo como en términos acumulados el descenso de la comercialización es casi idéntico en el mercado de pisos libres y en el de protegidos. De hecho, en la VPO es algo mayor (38,9% en el mes y 29% hasta mayo), ya que a la dificultad general en el acceso se suma que en los últimos meses el Ministerio y las comunidades autónomas han elevado los precios de las casas en un intento de atraer al segmento a los promotores privados.

El deterioro del mercado se aprecia también en lo que respecta al negocio hipotecario. En mayo, se hipotecaron 74.423 viviendas, lo que supone un descenso interanual del 36,15% (y del 28% en los cinco primeros meses). Operaciones para las que se prestaron casi 10.500 millones de euros que son, a su vez, un 40,3% menos que el dinero movilizado para el mismo fin en mayo del 2007.

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