jueves, 8 de noviembre de 2007

En memoria de don Eduardo Primo Yúfera / Francisco Artés Calero*


El profesor Eduardo Primo ha sido un murciano de nacimiento y valenciano de adopción, siempre vinculado a Murcia, también por su pertenencia al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), del que fue Presidente, y por su Cátedra en la Universidad Politécnica de Valencia.

En su dilatada vida, desarrolló una espléndida actividad científico-técnica, en bastantes aspectos paralela a la de otro extraordinario murciano, el profesor Octavio Carpena, al que le unió una estrecha amistad.

Así, en los tiempos más duros para la investigación en España, como él mismo los calificó, el Dr. Primo fundó en Valencia el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos del CSIC, mientras el Dr. Carpena creó el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC) en Murcia, y ambos implantaron especialidades en su investigación y docencia, dejando huellas indelebles en la Universidad española.

Con frecuencia D. Eduardo venía a Murcia para participar en actividades promovidas por el CEBAS, o por la Agrupación de Conserveros, a través de la Asociación de Investigación de la Industria de Conservas Vegetales, de la que fue gran impulsor en España, hoy constituida en el Centro Tecnológico de la Conserva y la Alimentación.

Recuerdo que también presidió los Comités Científicos de los dos Congresos de Tecnología y Desarrollo Alimentarios organizados por la Consejería de Economía e Industria de nuestra Comunidad Autónoma.

El doctor Primo Yúfera fue promotor de los estudios especializados en industria agroalimentaria de los Ingenieros Agrónomos españoles y, hasta fechas bien recientes, ha prestigiado con su magisterio emérito a la Universidad Politécnica de Valencia, en la que hace cuarenta años tuve la fortuna de ser alumno suyo en varias disciplinas. Ha sido un excelente y prolífico científico, trabajador infatigable, que tuvo la capacidad y acierto de conjugar la investigación fundamental con la aplicada, de despertar inquietudes investigadoras y de formar equipos de investigación para realizar en todo momento buena Ciencia y Técnica.

Fruto de su trabajo fue un impulso decisivo de la modernización de la agricultura e industria alimentaria española, con especial relieve en las importantes producciones valencianas. Inculcó en sus hijos Eduardo y Jaime sus inquietudes investigadoras y docentes, y ambos destacan igualmente en estas profesiones.

Además, ha sido enormemente generoso en la formación próxima de muy numerosos científicos y tecnólogos en el campo agroalimentario, tanto españoles como extranjeros, en particular iberoamericanos.

Por su brillante actividad recibió con merecimiento, personalmente o en equipo, numerosas y muy destacadas distinciones académicas nacionales e internacionales.

Cuantos nos hemos formado con las enseñanzas del profesor Primo Yúfera, tanto científico-técnicas como, en especial, humanas, le debemos un caudal de gratitud impagable. Con don Eduardo he mantenido una gratísima relación de discípulo a maestro, reforzada por su amistad con mis padres y otros familiares.

Yo siempre le he querido y admirado, y él me honró con su afecto y amistad. Por ello, en estos momentos de su reciente fallecimiento, me siento particularmente motivado para hacer públicas estas líneas de sentimiento por la irreparable pérdida de un profesor, colega y paisano excepcional.

*Francisco Artés Calero es catedrático de Tecnología de Alimentos de la Universidad Politécnica de Cartagena y ex director del CEBAS-CSIC.

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