miércoles, 3 de octubre de 2007

La Kutxa reclama ahora todo el dinero a Trinitario Casanova, el promotor de La Zerrichera

MADRID.- El escándalo urbanístico de La Zerrichera de Águilas ha dado un nuevo giro al colisionar los intereses empresariales forjados en torno al proyecto. La Caja de Ahorros de Guipúzcoa y San Sebastián -La Kutxa- , que es propietaria de los terrenos, considera que el Grupo Inversor Hispania «no está cumpliendo» con los compromisos que adquirió en su día, debido a que no puede desarrollar el proyecto para urbanizar la finca, donde se había previsto la construcción de unas 3.000 viviendas y un campo de golf sobre 240 hectáreas que están protegidas como LIC y ZEPA, según publica hoy "Abc".

Así las cosas, La Kutxa ha reclamado al Grupo Hispania, del que es consejero delegado Trinitario Casanova Abadía, que cumpla lo pactado. Esto es, la ejecución del proyecto o la devolución de los 128,2 millones más IVA abonados a Casanova por los terrenos. Esta exigencia de La Kutxa a su socio ha provocado que Casanova haya reaccionado a su vez arremetiendo contra el Gobierno regional, al que reclama 180 millones en concepto de indemnización por daños y perjuicios. Tal reclamación la efectuará ante los tribunales si la Consejería de Desarrollo Sostenible «no rectifica» y levanta la suspensión del proyecto.

Según ha sabido este periódico de fuentes próximas a La Kutxa, los pagos al Grupo Inversor Hispania estaban condicionados «al cumplimento de determinados hitos» que a juicio de esta caja «no se están cumpliendo». La Kutxa ha creído entender que Casanova tenía «pactado» el proyecto, que primero fue sometido a estudio de impacto ambiental por parte de la Consejería de Medio Ambiente -que anuló un primer informe contrario a la urbanización- y después a los trámites posteriores que culminaron con la resolución favorable a la urbanización firmada por el anterior consejero de Obras Públicas, Joaquín Bascuñana.

Todo iba sobre ruedas hasta que el 4 de julio de 2006 el alcalde de Águilas frenó el plan parcial. Según consta en documentos oficiales, el 17 de octubre del 2005 (ocho días antes de recibir el visto bueno de la Consejería de Medio Ambiente y diez días antes de aprobarse la recalificación en el Pleno de Águilas) Casanova recibió de la promotora de La Kutxa, Inverlur 5005 S.A.U, un primer pago de 23,2 millones como anticipo por la compra de La Zerrichera.

Ese mismo día, Casanova vendió a Inverlur la finca por 105 millones, más 16,8 millones de IVA. Esta transacción se realizó quince días después de que Bascuñana firmara la resolución que hacía los terrenos urbanizables y, por consiguiente, multiplicaba su valor.

Bascuñana declaró ser amigo de Casanova. Los once socios de Alhóndiga Agrisel, de Águilas, que le vendieron los terrenos al Grupo Hispania a cambio de 44 viviendas han declarado que aún no han recibido «ni una peseta». Un portavoz de la caja de ahorros se mostró «sorprendido» por la nota del Grupo Hispania en la que pide responsabilidades al Gobierno, puesto que Casanova dice actuar en nombre de La Kutxa, algo que esta niega.
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(La Unión hace fuerza. Eran otros tiempos. Bascuñana y Trinitario. Al fondo, Campillo, subdirector general de "Cajamurcia")

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