martes, 27 de febrero de 2007

“Murcia fue un jardín botánico en épocas en las que Europa era una estepa inhóspita” /José S. Carrión, paleobiólogo de la UMU, entrevistado en la BBC


Define su trabajo como “detectivesco”, sólo que en un escenario situado hace miles de años.

"Los paleobiólogos somos como el CSI, sólo que nos alejamos más en el tiempo"

"El polen permite saber en qué ambiente se desenvolvían nuestros antepasados"

"Los últimos neandertales se sintieron en casa en el sur de la Península"

"Los neandertales poseían ya cierta espiritualidad: echaban flores en las tumbas de sus difuntos"

"El primer agente de extinción biológica es el hombre"

"Irremisiblemente, vamos hacia una nueva glaciación"

"Se ha producido efecto invernadero muchas veces en la historia de la Tierra"

"Los cambios climáticos son abruptos"

"El hombre no se extinguirá por un cambio climático"

MURCIA.- José S. Carrión es paleoecólogo. Los diminutos granos de polen aportan a sus ojos de investigador valiosos datos sobre la vegetación y el clima del pasado, de cuál fue el entorno, en definitiva, en el que se desenvolvieron nuestros ancestros.

Y es que, según él, el polen y su contexto, aportan pistas definitivas para conocer no sólo como eran nuestros paisajes en épocas remotas, sino también prever qué entorno espera a nuestros descendientes.

La paleoecológía nos ha permitido saber, por ejemplo, que Murcia –al igual que buena parte del extremo meridional de la península- fue una especie de jardín botánico durante las crisis frías y áridas acaecidas en los últimos dos millones de años, o que desde hace más de 4000 años estamos atravesando una racha de aridez que no parece dispuesta a abandonarnos.

Gracias a esta especialidad, podemos saber, por ejemplo, que el cambio climático es imparable; que una glaciación nos espera a la vuelta de la esquina, como quien dice, o que el efecto invernadero existía ya en la Tierra hace centenares de miles de años.

La prestigiosa revista Nature se hizo eco de sus investigaciones sobre los últimos neandertales europeos, que habitaron un sur de la península ibérica convertido en un edén entre inhóspitos territorios helados. Su presencia en la península parece que fue bastante más próxima en el tiempo de lo que se suponía.

-P: ¿Cuáles son los procedimientos usados por los paleoecólogos para reconstruir escenarios pasados?

-R: En cierto modo, un contingente de granos de polen fosilizado es una muestra de la atmósfera que había en un momento determinado. Con diferentes muestras secuenciadas en el tiempo tenemos un registro temporal de eventos del paisaje vegetal.

Este tipo de análisis, estudiado en series temporales suficientemente largas, puede incluso permitir prever cómo serán los climas del futuro, como serán los escenarios que se avecinan.

-P: ¿Cómo es el trabajo de un paleobiólogo?

-R: En realidad, nuestra actividad cotidiana se asemeja la de los miembros del CSI, sólo que nos alejamos más en el tiempo: hemos de intentar reconstruir algo que no vemos, y lo hacemos con evidencias.

Se trata de un trabajo científico que no se parece a muchos procedimientos de cálculo matemático ni a otros relacionados con las ciencias experimentales. Se trata de algo muy estimulante, porque de alguna manera hay que conjugar la imaginación con el rigor científico.

-P: ¿Qué tipo de cosas permite averiguar el análisis polínico?

-R: El contexto del polen permite saber cuál era el ambiente en el que se desenvolvía un determinado tipo de hombre o de cultura.

Cuando se tiene una secuencia temporal y se compara con la paleovegetación se puede saber la paleotemperatura que había en la superficie del agua en un momento determinado. Eso, a lo largo de una secuencia sedimentaria amplia permite establecer una curva de paleotemperaturas de miles de años. Si al mismo tiempo se compara con cómo ha ido variando la vegetación, la cuenca lacustre…, y si encima tienes restos de homínidos, el cuadro puede ser fantástico.

El sur de la península y los últimos neanderthales

-P: Usted ha estado investigando en torno a las causas de la extinción de los Neandertales y ha llegado a conclusiones muy interesantes. Uno de sus artículos apareció en la revista científica Nature , con un título muy significativo: ‘Los últimos neandertales de Europa'.

-R: Durante mucho tiempo se consideró que los neandertales se extinguieron en el continente europeo hace 35.000-40.000 años. En la última década estas fechas se han ido rebajando: se aceptaba entre 32 y 33.000 años. En nuestra península ya existen hombres modernos por esas fechas. Hemos demostrado que, en Gibraltar, los neandertales sobrevivieron hasta hace 28.000 años como mínimo, e incluso es probable que sobrevivieran hasta hace 25.000 años.

-P: ¿Por qué sobrevivieron tanto los neandertales en el sur de la península cuando ya se habían extinguido mucho antes en el resto de Europa?

-R: El extremo sur de Iberia fue un importantísimo refugio glaciar de especies vegetales que facilitaron la supervivencia de los bosques.

Mientras que en el resto del continente la última glaciación supuso una desaparición de estepas y praderas, el sur de la península, sobre todo la zona litoral que va desde Murcia hasta Huelva, fue una especie de jardín botánico en épocas muy frías y muy áridas.

En el sur de Iberia había robles, avellanos, fresnos, abedules, olivos, arces y muchas especies con frutos y raíces comestible. Aquí se refugiaron bosques y sabanas, lo que atrajo a una fauna de la que se venía alimentando el neandertal 200.000 años antes. Ellos aquí se mantuvieron en casa.

-P: Pero la imagen típica del Neandertal es la de un ser con pieles, adaptado al frío…

-R: Eso es mitología. El neandertal es, sobre todo, un animal de ambiente mediterráneo. De hecho, cada vez que había una glaciación y las condiciones climáticas se volvían inhóspitas, los neandertales se refugiaban en las latitudes más meridionales del continente.

El neandertal no es un animal de estepa fría, quien es un animal de estepa fría es ya el hombre moderno.

-P: ¿Se ha podido establecer cómo era la dieta de estos homínidos?

-R: Su dieta era increíblemente variada.

En los yacimientos de Gibraltar, por ejemplo, hemos identificado huesos quemados de muchas aves marinas. También restos de focas monje. Es decir, que probablemente nadaban y navegaban. También habían conchas, mejillones, lapas…, se hacían una especie de ‘paella'.

Hay también muchos restos de codorniz, y este ave no es fácil de cazar, se necesitan estatregias de mimetismo y trampa. Es decir, que la visión brutal y simiesca del neandertal hay que desecharla.

Inteligentes y espirituales

-P: Es decir, nada de ese tipo de ojos extraviados y ademanes torpes que siempre nos presentaron…

-R: El neandertal se ha considerado una especie fallida, pero sobrevivió muchos más años de los que nosotros llevamos sobre la tierra.

Los neandertales tenían una capacidad craneana importante. Su dieta y el paisaje en el que vivían dice mucho sobre su modo de vida.

-P: ¿Qué otras cosas nos aporta el análisis polínico en cuanto a la forma de vida del Neandertal?

-R: Nos ha permitido saber cosas muy interesantes de esta especie. Por ejemplo, en la Cueva de Shanidar, en Irak, se detectó polen de plantas exóticas. No eran comestibles, simplemente eran llamativas. Se encontraron en las zonas de enterramiento, lo que dejaba claro que poseían ya cierta espiritualidad, porque echaban flores en las tumbas. Ese fue un importante hallazgo a favor del carácter humano, más que humanoide, de los neandertales.

-P: Es decir, que estamos hablando de algo así como nuestros hermanos mayores…

-R: Es una especie muy próxima a nosotros. El debate de nuestra relación con ellos sigue vivo. Ahora mismo se está trabajando con ADN fósil de huesos de neandertales, lo que está proporcionando una información valiosísima sobre la distancia genética tan nimia que existe entre ellos y nosotros. Y no sería raro que en el futuro nos encontrásemos con una sorpresa: la de que quizás seamos dos variedades distintas de la misma especie. Aunque esto, de momento, es simple conjetura.

La hibridación es algo muy posible, pues hubo territorios donde compartieron nicho. Al principio de la formación de una especie, las barreras genéticas que impiden el cruzamiento son muy laxas. No es improbable que hubiese cruzamientos exitosos.
Hay que tener en cuenta que nuestra especie y los neandertales coexistieron durante 10.000 años en el sur de la península ibérica.

-P: Usted ha sido pionero dentro de la ciencia en España en un tiempo en el que trabajar en este terreno en nuestro país era poco menos que imposible ¿Cree usted que se debería primar a las mujeres para favorecerles su incorporación en todos los ámbitos?

-R: Yo no estoy de acuerdo con las cuotas. A la investigación deben ir los mejores, sean hombres o mujeres. Lo que sí estoy de acuerdo es en que no haya discriminación negativa por el hecho de ser mujer. Me parece bien que haya paridad en los tribunales y que no se discrimine a la mujer, pero no en que por el hecho de ser mujer vayan a tener una cuota y entremos en investigación o en otros campos por esa razón.

Las mujeres deben competir en igualdad de oportunidades y no se les debe privar de ninguna de ellas. Es cierto que las mujeres tienen más dificultades a la hora de tener una vida profesional, porque tienen la carga biológica de la maternidad. En ese sentido la sociedad les debe ayudar mucho más de lo que lo hace en la actualidad, pero se trata de ayudas de otro tipo, no de darles un puesto de trabajo porque sean mujeres.

-P: Usted viene a la Universidad de Murcia a participar en unos actos programados por y para los estudiantes ¿Qué mensaje lanzaría a los jóvenes interesados en el mundo de la ciencia?

-R: Si a uno le gusta la ciencia, el hacer investigación científica es lo mejor que le puede ocurrir en la vida. Pero hay que tener mucho entusiasmo, mucha educación y dedicarle mucho trabajo.

Existe una anécdota que contaba uno de los padres de la genética molecular, allá por los años 50, que afirmaba que si uno no tiene la capacidad para ser un artista, lo mejor que le puede suceder es ser científico.
Murcia: un jardín entre estepas

-P: ¿Cómo era el clima de la Murcia prehistórica?

-R: Hace tan solo 6.000 años Murcia era mucho más húmeda que en la actualidad, había incluso avellanos en la costa. Pero el sureste peninsular empezó a experimentar crisis de aridez desde hace 5.000 años. En esa época comenzó a no haber agua suficiente para el mantenimiento del ecosistema forestal. La desertificación actual es la continuación de un proceso milenario que el hombre ha acelerado.

-P: Un campo de estudio reciente es el de los colapsos culturales ¿Cuáles fueron las causas de la desaparición de la cultura argárica, tan importante en el sureste peninsular?

-R: Durante muchos años se ha debatido si se debió a un cambio climático. Hemos estudiado el cambio vegetal en dos paleolagunas almerienses. Justo antes de la desaparición de la cultura argárica se produce un enorme cambio climático, con la desaparición de un bosque mixto con una gran diversidad, pasándose a un ecosistema más parecido al del chaparral mediterráneo.

Todo apunta a que la cultura argárica fue poco respetuosa con un ecosistema que ya estaba siendo sometido a una presión importante. La agricultura, y sobre todo la ganadería, fueron depredadoras de un entorno ambiental muy delicado.

-P: ¿Tan importante era ya la población en la región como para que tuviese que ver en el fin de un ecosistema?

-R: La cultura de los Millares y la cultura argárica coinciden con fases importantes desde el punto de vista demográfico en el sureste peninsular, Muchas sierras tenían sus laderas repletas de poblados prehistóricos que inducen a considerar una población dispersa pero numerosa. Probablemente, estas zonas no han vuelto a estar tan pobladas hasta estos precisos momentos, en que han comenzado a construirse urbanizaciones.

El cambio climático y los otros cambios

-P: ¿Qué se produce cuando hay un cambio climático importante en la naturaleza y en la fauna?

-R: Un ecosistema es como un cuerpo humano: el cambio, cuando es corto y no muy potente, es algo que tolera bien la vegetación. Sin embargo, cuando es sostenido, la vegetación cambia y se produce un efecto dominó. Cuando esto ocurre cambia la fauna, y con ello todo el contexto en el que se mueve una población de homínidos.

-P: ¿Qué debe cambiar en la naturaleza para que se produzca una extinción a gran escala?

-R: La mayoría de los paleoantropólogos aceptan que las grandes extinciones de vertebrados son una respuesta final a un proceso de inadaptación ante un cambio climático.

Las extinciones, en general, son abióticas: provocadas por cambios físicos, en el sistema atmosférico y en el climático. La única extinción condicionada bióticamente en los 3.900 millones de años de vida del planeta es la actual. El primer agente de extinción biológica es el hombre.

-P: Asegura que no sólo se puede analizar cómo era el escenario pasado, sino que también se puede prever el futuro ¿Qué se vislumbra tras este cambio climático que se avecina?

-R: El cambio climático global es un conjunto de teorías y de pruebas con muchas connotaciones económicas e incluso políticas.

Nos encontramos en el Cuaternario, un período en el que el clima está condicionado de forma astronómica, por cambios en la órbita terrestre con respecto al sol. Se trata de algo periódico y que escapa al hombre.

Esos cambios están en varios niveles: el más importante concurre aproximadamente cada 120.000 años, y tiene que ver con las transiciones un cambio de glaciar a interglaciar. Los períodos interglaciares duran entre 15.000 y 20.000 años, y los glaciares unos 100.000. Irremisiblemente, vamos hacia una nueva glaciación.

La duda está en el “reloj paleobiológico”: no sabemos si la nueva glaciación vendrá dentro de 500 o de 2000 años, pero no creo que más, pues llevamos entre 15 y 16.000 años de interglaciación.

-P: Aunque las causas principales de todo este cambio estén determinadas por un ámbito que nos sobrepasa, el hombre ha puesto obstáculos a la marcha digamos ‘natural' de la naturaleza con un progreso que en algunos casos la ha agredido salvajemente …

-R: Lo que ocurre es que el desarrollo económico a raíz de la revolución industrial ha roto una dinámica natural, produciendo un aumento de la temperatura media anual y cambios en los sistemas de circulación atmosférica y oceánica que han supuesto una acentuación del efecto invernadero. Pero el efecto invernadero no es un fenómeno nuevo: se ha producido en la historia de la Tierra muchas veces. Los sedimentos nos hablan de que ya tuvo lugar un recalentamiento global, producido por grandes incendios, en el período Carbonífero.

En estos momentos existen en la Tierra, al mismo tiempo, dos tendencias contrapuestas: hacia una nueva glaciación y hacia un aumento de temperatura por el efecto invernadero.

Este es un escenario de gran incertidumbre, pues no existen precedentes. Eso sí, las respuestas del clima ante las presiones son muy rápidas. No deberíamos esperar demasiados avisos. Climas estables durante milenios han acabado en décadas.

-P: Así visto, resulta inquietante el futuro del hombre…

-R: No soy catastrofista. Creo mucho en la capacidad social de mi especie. Nuestra especie siempre ha demostrado una incomparable inteligencia social. El hombre inventará mecanismos para sobrevivir como especie. Otra cuestión es el coste poblacional: cuántos de nosotros tendremos que desaparecer de la biosfera por nuestra incompetencia política y la falta de concienciación social en estos momentos.

El hombre se extinguirá, como todas las especies de homínidos, cuando le toque, pero no por un cambio climático.
www.um.es

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Puede que Murcia fuera un jardín Botánico, pero el zoo esta en San Estaban: Zorros, buitres,lobos y hienas carroñeras entre otras especies. Y alguna lagarta.

Anónimo dijo...

«Golpe de Estado» encubierto



El fiscal «socialista» de la Región de Murcia quiere pasar a la historia, o hacer historia, que para el caso es lo mismo. Por eso violenta los derechos constitucionales de sus acusados en beneficio de «su partido». Los servicios prestados al PSOE tienen alta recompensa, y eso es lo que busca el fiscal jefe filtrando la querella al anochecer de un jueves de febrero, 23-F, para más señas. No es nocturnidad y alevosía, sino un «golpe de Estado» encubierto que sólo busca y, ahí está la mezquindad, una palmadita del jefe Saura. El fiscal no debe ser un comisario político, aunque lo parezca. Y lo peor no es que no le disguste, sino que lo vea como un mérito. Un mérito en demérito de la Institución a la que pertenece y que sólo busca alcanzar para sí más altas cotas profesionales.

LA RAZON