jueves, 23 de septiembre de 2021

Las nuevas guías de calidad del aire de la OMS se incumplen en la totalidad de ciudades de la Región como Murcia, Cartagena y Lorca


MURCIA.- La OMS ha rebajado hoy a la cuarta parte sobre lo admitido legalmente las recomendaciones anuales para el dióxido de nitrógeno NO2 y las partículas PM2,5, emitidas en las ciudades por el tráfico motorizado, en especial los vehículos diésel

Ecologistas en Acción reclama a los ayuntamientos una reducción drástica y rápida del actual tráfico urbano en favor de peatones, bicicletas y transporte colectivo, si de verdad quieren proteger la salud de su ciudadanía.

Ecologistas en Acción Región Murciana quiere señalar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado sus nuevas  directrices sobre los niveles de contaminación del aire que sustituyen a las elaboradas  en 2005, son las únicas recomendaciones científicamente reconocidas a nivel mundial sobre la calidad del aire que respiramos, cuyo cumplimiento reduce significativamente los riesgos para las personas.

Las nuevas directrices son mucho más estrictas, lo que demuestra el impacto extremo que tiene la contaminación atmosférica en la salud, incluso a niveles bajos. Así, la concentración anual recomendada de dióxido de nitrógeno (NO2), un contaminante tóxico cuya principal fuente en las ciudades es el tráfico motorizado, ha pasado de 40 a 10 µg/m3 (microgramos por metro cúbico) superadas ampliamente en estaciones como las de San Basilio  en Murcia Ciudad.

La guía anual para las partículas inferiores a 2,5 micras (PM2, 5) –las más dañinas para la salud– baja de 10 a 5 µg/m3, cuando la normativa permite 20 µg/m3.

Muchas ciudades han avanzado en la reducción de la contaminación por NO2 y PM2, 5 en los últimos años. Sin embargo, los datos muestran que todas las ciudades españolas superan actualmente las nuevas guías de calidad del aire establecidas por la OMS, pese a la fuerte caída de sus niveles en 2020 por efecto de las medidas de lucha contra la COVID-19. Las PM2.5 solamente se miden en las estaciones de Mompeán en Cartagena y San Basilio en Murcia.

El NO2 provoca cada año en España alrededor de 7.000 muertes prematuras, según el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Europea de Medio Ambiente. Es un gas irritante que provoca enfermedades respiratorias como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), y merma la resistencia a las infecciones. Diversos estudios han relacionado la mortalidad de la enfermedad COVID-19 con este contaminante atmosférico.

El NO2 es además el principal contaminante precursor del ozono troposférico, el contaminante atmosférico que afecta desde hace años a más superficie y población en España. La OMS ha mantenido su directriz en los 100 µg/m3 recomendados desde 2005, por debajo de los 120 µg/m3 diarios permitidos por la normativa vigente.

Se debe tener como meta estos objetivos y no los límites legales que marca la normativa, que no siempre garantizan la protección de la salud. Al menos mientras la legislación no se aproxime más al conocimiento científico, lo que está previsto que suceda en 2022, con la revisión de la Directiva europea de calidad del aire.

Si los ayuntamientos quieren proteger la salud de su ciudadanía deberán implantar de forma rápida y ambiciosa las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) a las que les obliga antes de 2023 la Ley de Cambio Climático, reduciendo de forma drástica el tráfico urbano y promoviendo  la compra de proximidad, el teletrabajo, la administración electrónica o el escalonamiento de horarios laborales, además de potenciar el transporte colectivo eléctrico y la movilidad activa peatonal y ciclista, redistribuyendo el espacio urbano en beneficio de estos medios.

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