jueves, 5 de agosto de 2021

«Los efectos adversos de las vacunas pueden ser más agresivos en los adultos muy jóvenes», advierten desde Guipúzcoa


 SAN SEBASTIÁN.- Se está estudiado los acontecimientos adversos más comunes que pueden generar estas vacunas contra el Covid-19, en su gran mayoría de carácter leve y que no afectan a todos los ciudadanos inmunizados, enumera hoy para el Diario Vasco, Rosa Sancho, coordinadora de la comisión de vacunaciones del Colegio Oficial de Enfermería de Guipúzcoa.

Efectos leves. Algunas reacciones son genéricas y suceden con todas las vacunas inyectables. En una proporción de casos los efectos no deseados pueden comenzar con hinchazón, dolor y enrojecimiento de la zona de inyección, «que es relativamente frecuente en cualquier inyección y molesta sobre todo al dormir», dice Sancho. El dolor y enrojecimiento se pueden aliviar con frío local protegido con un paño y la hinchazón con calor seco. Las náuseas y fatiga, «sin llegar a ser muy fuertes», también pueden aparecer. Estos efectos son «los menos limitantes» tras inmunizarse y son comunes a las cuatro vacunas que se están utilizando.

Efectos limitantes. La fiebre «sí que puede ser más limitante pero para eso tenemos la posibilidad de tomar un paracetamol para mitigar su efecto», recuerda la experta, que recomienda actuar de la misma forma «si nos produce escalofríos, dolor muscular, de cabeza o malestar general». Rosa Sancho añade que «si tenemos diarreas, que también para el día a día puede ser más limitante, habría que hidratarse bien». La afección de todas estas reacciones no son graves pero «siempre hay que tener en cuenta la resistencia que tenga cada persona a ellas», deja claro.

Adenopatía (bultos en el cuello). Se ha notificado «sobre todo» tras la segunda dosis con Pfizer «pero con otras marcas visibles también. No es muy frecuente pero pueden aparecer». Sale un nódulo, del tamaño de un garbanzo o una canica, en la zona del cuello o hacia la clavícula que recorre la cadena linfática. Aparece en el lado del cuerpo en el que se ha recibido el pinchazo. «No reviste gravedad y en principio no hay que hacer nada. La zona se hincha, molesta, y el cuidado es local con un poco de calor seco». No obstante, es algo que va a desaparecer por sí solo «pero si en 3 semanas ese nódulo persiste se puede consultar en el centro de salud».

Reacciones locales de Moderna. La inmunización con este fármaco puede provocar efectos locales como erupciones en la piel de aparición retardada de entre 2 y 12 días. Se recomienda tomar paracetamol si sucede este tipo de enrojecimiento cutáneo.

Contraindicaciones. La aparición de cualquiera de estas reacciones leves tras la primera dosis de la vacuna no debe ser un impedimento para recibir la segunda dosis. «Es importante completar la vacunación».

Efectos muy raros. Con Astrazeneca, se ha descrito algún caso de trombosis con trombocitopenia, síndrome de fuga capilar sistemática, miocarditis y pericarditis leves. Con Pfizer y Moderna, miocarditis y pericarditis leves y con Janssen, trombosis con trombocitopenia, miocarditis y pericarditis leves. Deja claro Sancho que estos efectos descritos están «relacionados temporalmente sin demostración de causalidad».

Vacunación durante la menstruación. «La inmunización durante la regla no tiene ninguna influencia en los efectos que puede generar la vacuna», afirma.

Tercera dosis. «Si es que hubiera evidencia de ser necesario, no plantea ningún problema», señala. La administración de una dosis adicional es un proceso que se puede ir haciendo de manera paulatina «y habría que adaptar la organización a esa nueva situación. Al final es una cuestión de incluirla como una vacunación más y reordenar los recursos para que se pueda integrar en la actividad vacunal habitual». De todas formas, «ahora es muy precipitado pensar en esa tercera dosis; es necesario ver el comportamiento de las diferentes vacunas frente a las nuevas variantes y en los diferentes grupos de edad».

La edad como condicionante. En las personas más mayores los efectos adversos de las vacunas «suelen ser menores porque su sistema inmunitario es menos potente». Sin embargo, en las más jóvenes, «sobre todo adultos muy jóvenes, esa reacción puede ser mayor porque su sistema inmunitario puede responder de manera más agresiva. Pueden tener reacciones más intensas». 

Los menores de 40 años son los que están recibiendo ahora las primeras y segundas dosis de estos fármacos que, precisamente, pueden generar acontecimientos adversos «más agresivos a los adultos jóvenes», a esta franja de edad, «porque su sistema inmunitario es más potente que el de las personas más mayores», explica Sancho, que también es vicepresidenta de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas. 

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