viernes, 26 de julio de 2019

'Rafaelillo' pidió llamar a su mujer e hijas en la enfermería de Pamplona para despedirse


PAMPLONA.-Doce días después de la terrible cogida en Pamplona, Rafael Rubio "Rafaelillo" ha abandonado el Complejo Hospitalario de Navarra rumbo a Murcia, su localidad natal, donde será ingresado de nuevo para continuar su recuperación, según avanza el digital www.navarra.com  

El 14 de julio el torero lidiaba el cuarto toro de la tarde en la última corrida de San Fermín 2019. Se las había visto en su primero con "Rabanero", uno de los miuras más grandes que se había encontrado nunca en su carrera. Salió al ruedo Trapajoso, de 570 kilos, y Rafaelillo quiso comenzar la faena de rodillas, muy cerca de las tablas.
"El toro no me avisó. Hice una apuesta de torero, porque era el toro de la merienda. Fue muy traicionero, cambió de trayectoria. Sentí el pitón, me levanté y no podía respirar, fueron momento muy duros", ha explicado este viernes en Pamplona en su despedida de la ciudad navarra. 
El toro lo lanzó con saña contra las tablas y allí lo remató con suma dureza, marcando el pitón derecho en el torax. La situación al llegar a la enfermería fue crítica. El torero presentaba fracturas en costillas y daños en ambos hemitórax, uno por el golpe con la barrera y otro por el pitón del toro.
"Estaba inestable hemodinamicamente", ha asegurado el doctor Ángel Hidalgo, cirujano jefe de la plaza de toros de Pamplona y el primero en atenderle. 
En ese momento, Rafaelillo temió por su vida. "Pedí llamar a mi mujer y mis hijas por si después de la operación ya no me despertaba", ha dicho entre lágrimas con el recuerdo del que ha calificado como peor cogida de su carrera.
"Ahora celebraré mi cumpleaños el 14 de julio, ya soy mitad pamplonica". 
Sólo unos días después, dolorido en la UVI del hospital, el torero cumplió 40 años. Lo hizo acompañado por su mujer, Felicidad Díaz, que no se separó del torero ni un minuto desde que llegó a Pamplona de urgencia. Tanto ella como sus hijas veían la corrida de Pamplona por televisión cuando ocurrió el fatal percance. 
"Tengo ganas de abrazar a lo que más quiero", ha dicho en referencia a las ganas de poder reencontrarse con sus hijas cuando llegue a Murcia. Allí va a quedar hospitalizado para controlar su evolución y, sobre todo, calmar su dolor. Todavía necesita morfina para sobrellevar las heridas. 
Rafaelillo ha comparecido en el Complejo Hospitalario de Navarra junto a los doctores Ángel Hidalgo, Miguel Ángel Ciga y Miguel Salvados. Los tres han relatado la gravedad de las lesiones y las dificultades añadidas para intervenir al tratarse de una cornada sobre sano sin penetrar en la piel y con mucho dolor.
"Nos ha dado la oportunidad de conocerlo como persona", ha significado Hidalgo, que ha resaltado la importancia de conocer este tipo de lesiones taurinas para poder actuar siempre de la mejor manera. 
Por ese motivo, el cirujano jefe de la plaza de toros ha resaltado cómo la Casa de Misericordia no escatima en gastos ni en recursos humanos o técnicos para disponer de una enfermería de vanguardia en Pamplona.
También en la comparecencia han querido estar presentes, sin intervenir, José María Marco y Eugenio Salinas, de la comisión taurina de la Meca, que han seguido durante todos estos días la evolución del torero. 
El torero tiene todavía mucho dolor y ha aparecido en silla de ruedas, donde penden sueros y calmantes que necesitan de forma permanente. La recuperación va a ser lenta y costosa, pero con optimismo.
"No tienen porque surgir complicaciones", auguran los médicos, que son también reacios a marcar plazos muy concretos, aunque creen que si todo marcha a buen ritmo en un par de meses largos Rafaelillo podría volver a vestirse de luces en octubre. 
"Creo que tuve muy buena actitud durante toda la tarde, como hay que estar en Pamplona y ante los Miura. El toro no terminaban de definirse y apretaba. Por eso hice la apuesta. Pamplona es importante para mí, no todos los toreros pueden decir que han salido dos veces por la puerta grande de Pamplona con este hierro, al que hay que torear a sangre y fuego. Tienen casta, fiereza y es difícil sacar el mejor arte, es muy complicado triunfar con ellos", ha resaltado Rafaelillo que ha estoqueado en su carrera cerca de 60 toros de la legendaria ganadería.

Dado de alta

Rafaelillo deja Navarra "abrumado y desbordado" por las muestras de cariño y convencido de que "a partir de ahora me sentiré mitad murciano, mitad pamplonica".
En la rueda de prensa en la que ha intervenido muy emocionado, acompañado de varios médicos que han ayudado en su recuperación, el torero ha mostrado su agradecimiento tanto a los servicios médicos, como a su familia y a todos quienes se han preocupado por su evolución.

En cuanto a los médicos, ha reconocido que el equipo que le operó en la plaza de toros de Pamplona "me salvó la vida en un primer momento" y su labor se vio continuada en el Complejo Hospitalario de Navarra por los profesionales de la UCI y ya posteriormente por los de la planta en la que ha estado ingresado hasta este viernes, en el que ha recibido el alta, aunque su recuperación continuará en otro centro sanitario de Murcia.
"Llevo toda mi vida dedicada a mi profesión en una carrera en la que no se ha caracterizado por ser fácil. He vivido momentos muy duros, pero puedo prometeros que la cogida del 14 en Pamplona ha sido la más dura de todas con mucha diferencia", ha reconocido tras asegurar que sintió que "todo se acababa" y que el toro le había "reventado".

Rafaelillo fue prendido por el toro contra las tablas y sufrió "una cornada envainada en el hemitórax izquierdo y múltiples fracturas costales", entre otras lesiones, de las que se ha ido recuperando pero que aún le obligan a tomar una fuerte medicación para el dolor.
Hasta tal punto sintió la gravedad de lo ocurrido que el torero ha recordado que, antes de ser sedado para ser intervenido quirúrgicamente en la plaza de toros, pidió llamar a su mujer e hija "para despedirme de ellas por si no las volvía a escuchar y que fuera lo que Dios quisiera".

"Afortunadamente y gracias a la milagrosa intervención de estos ángeles de la guarda que son los doctores, el 14 de julio será una fecha en la que celebraré mi cumpleaños de ahora en adelante", ha asegurado emocionado.
Sobre su recuperación, se ha dicho "consciente de que ahora queda un duro camino por delante de lenta y dolorosa y recuperación antes de volver a hacer una vida normal y volver a ponerme delante del toro, pero es algo que tengo asumido", ha señalado sobre su intención de volver a los ruedos, una fecha que los médicos aplazan a octubre.
Hasta entonces, "toca trabajar duro por esta profesión que es mi vida, y estoy dispuesto a pagar este tributo que tenemos que pagar los toreros", ha dicho el maestro, contento porque abandonar hoy Pamplona "es un paso adelante en mi recuperación, un motivo de felicidad", aunque seguirá hospitalizado en Murcia, si bien ya cerca de los suyos.
Ha incidido que la "multitud de mensajes de apoyo de la familia del toro", con "cariño y consideración demostrados en estos momentos tan difíciles" le han hecho sentirse "abrumado y desbordado", un gesto por el que ha dado las gracias: "No sabéis lo importante que ha sido para mí y lo querido que me he sentido".
También se ha emocionado al dedicar unas cariñosas palabras a su mujer y a su hija, aunque, ya repuesto, ha valorado que "esta ha sido una gran lección de vida y humanidad, en la que he sentido que el torero es muy querido, pero más aún la persona que hay dentro del vestido de luces".
En cuanto a Pamplona, con la que "siempre he mantenido un vínculo especial", tras once años haciendo el paseíllo en sanfermines, Rafaelillo ha agradecido a la Casa de Misericordia (propietaria de la plaza de Pamplona) su confianza y ha asegurado que le "gustaría" estar de nuevo en los sanfermines de 2020.
"Esta plaza ha sido determinante en muchos momentos de mi carrera y siempre he sentido el cariño de su gente y su afición. Pero ahora ese vínculo es mucho mayor y nos unirá de por vida", ha asegurado el torero, convencido de que "a partir de ahora me sentiré mitad murciano y mitad pamplonica toda mi vida".
Preguntado por el momento de la cogida, ha recordado que el toro fue "muy traicionero" porque no le avisó antes de prenderle, "pero los toros son animales y tienen reacciones imprevisibles", ha reconocido un Rafaelillo que asume que "es dificilísimo" triunfar con los toros de Miura, una ganadería que "no te permite relajarte y sacar el lado artístico que llevas dentro".
Han acompañado al diestro varios médicos que han intervenido en su recuperación, como el cirujano de la plaza de toros de Pamplona, Ángel Hidalgo, quien ha explicado que el momento crítico fue la llegada del torero a la enfermería, por su situación "inestable hemodinámicamente" y por la dificultad de revisar las heridas en el caso de una cornada envainada, que externamente no da sintomatología.
Tras señalar que la recuperación de las heridas de Rafaelillo es muy dolorosa, especialmente también por las fracturas que presentaba, ha asegurado que se espera una evolución "satisfactoria", ha agradecido el trato con el torero y su valentía, y ha reiterado que, pese a que el torero planteó su deseo de volver a los ruedos para la Virgen de Agosto será para la del Pilar, ya en octubre.





Fotografía superior: Miguel Osés  

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