miércoles, 19 de noviembre de 2008

Librilla, una operación sin nombre / Juan Redondo

Al personal no le pilló de sorpresa cuando en la mañana de ayer se enteró de la intervención de los UCOs en Librilla. Hacía mucho tiempo que el Ayuntamiento figuraba al frente del “Hit parade” como internvenible y los apostadores ya le habían colocado el uno fijo, incluidos los populares. Y corrían la consigna: “Ya sabes, el próximo, Librilla”.

Parece que la gestión del veterano alcalde, José Martínez reciclando limoneros en ladrillos, con regadío incluido o unas facturas pagadas a unas empresas constructuras, que según los socialistas contenían algunas irregularidades gordas.

Sin embargo, el personal también se ha quedado sorprendido por las primeras capturas. Dicen que los cazadores llegaron de Madrid con perdigón gordo para caza mayor y que de momento han vuelto con unos zorzales en la mochila, unos pajarillos que andaban por allí picando al calor del llamado “desarrollo sostenible”. Una operación aparentemente tan “modesta” que de momento no tiene ni nombre rimbombante, como en su día fué “Totem” en Totana o “Ninette” en Los Alcázares.

Lo de los “pajarillos” tiene su interés, según comenta un veterano urbanista. “Para montar una parranda antes bastaba con unas guitarras, unas bandurrias y un laud. Ahora para montar un buen comedero parece que basta con un par de funcionarios y un aprendiz de constructor”.

El negocio montado, según informaciones judiciales supera los seis millones de euros. Y para montar este pequeño tinglado hace falta mucha seguridad, confianza y cierta vista gorda de los poderes públicos. Ahora con la crisis, siguen apareciendo “alegres descuidos” de la época de vacas gordas.

“Como dicen en la huerta: sí eso lo han hecho los chicos, ¿qué no habrán hecho los mayores?”, comenta una veterana sindicalista. De momento los pajaritos están en la jaula y los cazadores de “perdigón gordo”, están en la Región y ahora no hay elecciones.

¿Vuelve Miguel Navarro?

Las declaraciones del nuevo secretario general de los socialistas lorquinos, Diego Ferra, sobre el perjuicio ocasionado por la dimisión obligada de Miguel Navarro al frente del Ayuntamiento de Lorca unos meses antes de las municipales reabre un debate en el interno de los socialistas murcianos.

El histórico barón lorquino, que ambicionó y luchó por ser presidente de la Comunidad, lleva largo tiempo con una “su afonía política”. Quizás Ferra, “navarrista” convencido, ha dado el primer paso.

www.elfaro.es

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Por qué la operación de Librilla no tiene nombre?

Anónimo dijo...

¿Y para cuando van a ver la venta de agual alegal en Fuente Alamo? ¿Qué poderosa primera autoridad encubre a los autores? ¿A quién tienen miedo? ¿es que los van a tirar a un pozo como en Pozo Estrecho? DEMASIDAS INCOGNITAS!!!