Con cierto retraso sobre la fecha prevista la Mesa Sectorial de Administración y Servicios cerró el pasado 18 de julio el acuerdo sobre la homologación de los salarios de los funcionarios públicos de la Administración Regional con los del Servicio Murciano de Salud. La aplicación del acuerdo queda pendiente de la aprobación del Consejo de Gobierno, aparentemente una simple cuestión de trámite y la fecha de la ejecución de subida depende en gran medida de la situación de las arcas regionales, que no van precisamente sobradas en disponibilidad crediticia.
La homologación afecta a más de doce mil personas y tendrá que aplicarse a lo largo de este año y el siguiente.
En las categorías más altas las diferencias correctoras llegan a los nueve mil euros anuales (millón y medio de pesetas) y en las medias-bajas superan los tres mil euros. El cuarenta por ciento se pagará a lo largo de este ejercicio y el 60% restante a primeros del próximo año. El primer ingreso de la homologación, que muchos funcionarios esperaban en julio, dicen que se producirá en noviembre o diciembre, juntándoseles practicamente con la homologación de enero.
El acuerdo entre el Ejecutivo Regional y las centrales sindicales CC.OO., UGT y CSI-CSIF se firmó el tres de marzo, unos días antes de las elecciones generales y se hizo con “luz y taquígrafos”, por el despliegue informativo llevado a cabo, con fotos de los firmantes y comunicados tanto del Gobierno Regional como de las centrales sindicales.
La reunión de la Mesa Sectorial para la cuantificación del 18 de julio en cambio ha pasado de forma casi clandestina, coincidiendo con el congreso de los socialistas murcianos y sin fotos ni comunicados. “Suele pasar con los compromisos electorales o electoralistas”, comenta un veterano sindicalista.
Y el retraso en los plazos y en la ejecución obedece, según este analista, a la conocida diferencia entre predicar y dar trigo. “El Gobierno Regional ha sido muy receptivo a las demandas de los funcionarios tanto a través de los sindicatos tradicionales como los gremiales, evitando protestas en etapas preelectorales, sin tener en cuenta a veces las previsiones presupuestarias”.
Ahora la “patata caliente” dicen que la tiene la consejera de Hacienda, ya que tiene que cumplir los compromisos y que con la crisis inmobiliaria ha reducido las previsiones de ingresos. “Patata caliente” que le rebotará al vicepresidente Solbes, ya que está en juego la negociación del nuevo modelo de financiación autonómica con la aplicación del criterio poblacional como punto destacado.
Saura mantuvo su listón como el más votado
En los congresos socialistas con críticos sin candidatura, en las votaciones para la Ejecutiva y sobre todo para los representantes a los órganos institucionales del partido se mantienen e incluso se superan los resultados obtenidos por el secretario general. Ello se debe a que la oposición en muchos casos está focalizada en la persona del candidato.
El congreso del PSRM ha roto las normas, porque a tenor de las intervenciones del último Comité Regional, Saura era el problema y luego resultó que estableció el listón del más votado. La Ejecutiva perdió cinco puntos y el Comité Federal apenas superó el 63%.
En ambos casos las decisiones en su composición fueron de Saura. Parece que el líder perdía apoyos a medida que avanzaba el conclave. “Menos mal que esta vez el congreso sólo duro dos días”, ironizaba un histórico militante.
El acuerdo entre el Ejecutivo Regional y las centrales sindicales CC.OO., UGT y CSI-CSIF se firmó el tres de marzo, unos días antes de las elecciones generales y se hizo con “luz y taquígrafos”, por el despliegue informativo llevado a cabo, con fotos de los firmantes y comunicados tanto del Gobierno Regional como de las centrales sindicales.
La reunión de la Mesa Sectorial para la cuantificación del 18 de julio en cambio ha pasado de forma casi clandestina, coincidiendo con el congreso de los socialistas murcianos y sin fotos ni comunicados. “Suele pasar con los compromisos electorales o electoralistas”, comenta un veterano sindicalista.
Y el retraso en los plazos y en la ejecución obedece, según este analista, a la conocida diferencia entre predicar y dar trigo. “El Gobierno Regional ha sido muy receptivo a las demandas de los funcionarios tanto a través de los sindicatos tradicionales como los gremiales, evitando protestas en etapas preelectorales, sin tener en cuenta a veces las previsiones presupuestarias”.
Ahora la “patata caliente” dicen que la tiene la consejera de Hacienda, ya que tiene que cumplir los compromisos y que con la crisis inmobiliaria ha reducido las previsiones de ingresos. “Patata caliente” que le rebotará al vicepresidente Solbes, ya que está en juego la negociación del nuevo modelo de financiación autonómica con la aplicación del criterio poblacional como punto destacado.
Saura mantuvo su listón como el más votado
En los congresos socialistas con críticos sin candidatura, en las votaciones para la Ejecutiva y sobre todo para los representantes a los órganos institucionales del partido se mantienen e incluso se superan los resultados obtenidos por el secretario general. Ello se debe a que la oposición en muchos casos está focalizada en la persona del candidato.
El congreso del PSRM ha roto las normas, porque a tenor de las intervenciones del último Comité Regional, Saura era el problema y luego resultó que estableció el listón del más votado. La Ejecutiva perdió cinco puntos y el Comité Federal apenas superó el 63%.
En ambos casos las decisiones en su composición fueron de Saura. Parece que el líder perdía apoyos a medida que avanzaba el conclave. “Menos mal que esta vez el congreso sólo duro dos días”, ironizaba un histórico militante.
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