miércoles, 2 de enero de 2008

El PSOE responde a la Iglesia: «Quien ignora la Constitución se aparta de la democracia»

MADRID.- Las manifestaciones vertidas por distintos responsables de la jerarquía de la Iglesia Católica en la concentración del pasado domingo en Madrid contra el Gobierno han indignado a los socialistas. Si ya Blanco y López Garrido habían replicado ante ciertas críticas de los obispos, el PSOE ha hecho público hoy un comunicado en el que responde a la Iglesia con rotundidad: "No hay más legitimidad que la legitimidad constitucional".

Y han lanzado también una advertencia: "Sólo quienes deliberadamente ignoran o no respetan estos principios se apartan de los fundamentos esenciales de la democracia".

Asimismo, indica que toda confesión religiosa tiene plena autonomía en su orden doctrinal respecto de quienes participan de ella, pero es la sociedad, a través de sus representantes, la que tiene la potestad de ordenar los principios de libertad individual.

El comunicado socialista, titulado 'Las cosas en su sitio', advierte que no darán ningún paso atrás, al tiempo que reinvidica las leyes y políticas sociales que el Gobierno socialista ha promovido en esta legislatura "precisamente en favor de las familias".

En esta concentración el arzobispo de Valencia, cardenal Agustín García-Gasco, alertó de que los ataques a la familia cristiana no respetan la Constitución y conducen "a la disolución de la democracia", mientras que el arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, afirmó que las familias están siendo sacudidas en sus cimientos por "graves amenazas" mediante legislaciones "injustas e inicuas".

"La fe no se legisla"

La Ejecutiva Federal insiste en que la fortaleza de la democracia consiste "en la garantía de la convivencia de opciones ideológicas, morales y religiosas distintas, sin aceptar la imposición de ninguna en particular".

"En un régimen de libertades, la fe no se legisla. La legitimidad de los valores y de las reglas de la convivencia emana de los principios y procedimientos constitucionales. No hay más legitimidad que la legitimidad constitucional", agrega.

El PSOE afirma que es la Constitución de 1978 la que determina que la soberanía reside en el pueblo y proclama que todos los ciudadanos son iguales ante la ley, "sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de religión".

Los socialistas recuerdan que en los últimos treinta años los españoles "han decidido mayoritariamente ampliar los derechos y las libertades individuales y fortalecer las políticas sociales en favor de la dignidad de las personas", y que en la presente legislatura "nuevas leyes han avanzado en la extensión de derechos y políticas sociales precisamente en favor de las familias".

Así, ponen como ejemplo las medidas encaminadas a promover la natalidad, conciliar la vida laboral y familiar, aumentar las pensiones más bajas, ayudar a las personas dependientes o incrementar las becas.

También recuerda la aprobación de nuevas leyes para garantizar la igualdad entre mujeres y hombres, reconocer el matrimonio sin discriminación por la orientación sexual y para poner fin, en ejercicio de la libertad, a una relación conyugal rota "sin tener que sufrir dilaciones injustificadas".

"Guiados por nuestras convicciones democráticas y por nuestra defensa de la libertad individual, los socialistas no daremos ningún paso atrás: seguiremos trabajando para que los ciudadanos españoles sean más libres y con más derechos, y para que, al mismo tiempo, nuestra convivencia sea cada vez más respetuosa y tolerante", promete.

Horas antes, el secretario de Organización del PSOE , José Blanco, instó a la Iglesia a través de su blog a que se presente a las elecciones o se quede al margen de la política, y le ha emplazado a que antes de pedir el voto para el PP, le exija que en su programa se incluya la derogación de leyes como el divorcio o el aborto.- (Agencias)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Suspenden por segundo año consecutivo el Auto de Reyes de Zarzadilla de Totana por falta de actores

EFE | LORCA

La representación del tradicional "Auto de Reyes Magos" ha sido suspendida por segundo año consecutivo en la pedanía lorquina de Zarzadilla de Totana por falta de actores entre los ciudadanos de esta diputación.
Lo confirmó hoy a Efe el que durante los últimos años ha sido director e intérprete del "Auto de Reyes", Juan José Sánchez Corbalán, que lamentó que por falta de elenco haya que "dar por perdida" la tradición de representar esta pieza, que comenzó hace más de 150 años.
Esta tradición también se perdió en 1986, aunque fue recuperada por iniciativa de los vecinos y por el ayuntamiento de Lorca en el año 2002.
Sánchez Corbalán lamentó que el consistorio lorquino "no haya hecho nada por mantenerla", y solicitó al alcalde, Francisco Jódar, que se dirija a los jóvenes de la pedanía para recuperar la puesta en escena en los próximos años.
Recordó que en noviembre de 2006 la representación del "Auto de Reyes" de Zarzadilla de Totana recibió el diploma de servicios distinguidos a la ciudad, que le otorgó el ayuntamiento por "los valores socio-culturales y cívicos que engloba y por su contribución al rico patrimonio inmaterial de estas tierras y al mantenimiento de las tradiciones".
"El auto de los Reyes", de Fernández de Ávila, está escrita en verso con predominio del romance y el soneto, y dividida en "coloquios" o diálogos que los 16 vecinos del pueblo que lo representaban ponían en escena al aire libre en las calles de Zarzadilla de Totana ante unas 2.000 personas que lo seguían en directo cada 6 de enero.
La acción de la obra se desarrollaba en dos escenarios paralelos ocupados en un caso por los personajes evangélicos y en otro por la historia humorística de los pastores que narraban los hechos relativos al nacimiento de Jesús en dialecto murciano.

Anónimo dijo...

Los obispos, contra el Estado de derecho

Por Juan José Tamayo y José M. Castillo (Teólogos)


Ni los obispos ni la Iglesia tienen por misión hacer
política y, menos aún, campaña electoral. Sin embargo,
esto es lo que se hizo en el acto presidido por el
arzobispo de Madrid el pasado día 30 en la plaza de
Colón de Madrid, apoyado por el papa Benedicto XVI y
con una numerosa presencia episcopal. Los obispos
utilizaron, para ello, el argumento de la familia,
como viene siendo habitual en los últimos años. Pero
lo que en realidad se hizo fue atacar al Gobierno de
la nación y a las instituciones del Estado. No otra
cosa es afirmar que "nuestro ordenamiento jurídico ha
dado marcha atrás en los derechos humanos" (cardenal
Rouco), que "nos dirigimos a la disolución de la
democracia" (cardenal G. Gasco) o que "la sociedad
española vive una gran amenaza social con
legislaciones inicuas e injustas" (cardenal
Cañizares). A nuestro juicio, ninguna de las leyes
sobre la familia y el matrimonio aprobadas por el
Parlamento atenta contra los derechos humanos, sino
que más bien los amplían y reconocen para todos los
ciudadanos, eliminando cualquier discriminación por
razones de sexo, religión, opinión política,
discapacidad, etnia, etcétera. Es indignante que se
utilice un espacio público para atacar a las
instituciones públicas y al Estado de derecho.
Por otra parte, pensamos que la Iglesia Católica no es
una institución autorizada para dar lecciones de
democracia cuando sabemos que ésta no se practica en
su seno en modo alguno. Y menos aún los obispos pueden
tener credibilidad para defender los derechos humanos
cuando, a estas alturas, el Vaticano no pone en
práctica la Declaración Universal de 1948, ni ha
suscrito los dos Pactos Internacionales (16 de
diciembre de 1966) en los que los Estados se
comprometieron a aplicar los citados derechos.
Por último, nos sorprende que en el citado acto no se
hiciera mención al Evangelio y a las enseñanzas de
Jesús sobre la familia, que son sumamente críticas con
la institución familiar. Lo que demuestra que la
intencionalidad de la Concentración no era evangélica,
sino claramente política.
(De "El País")

Anónimo dijo...

FRENTE A LA CRUZADA DE LOS OBISPOS, SEGUIMOS SIENDO UNA MAYORÍA SILENCIOSA

Por Javier Valenzuela

España tiene un problema de integrismo muy serio… y no es el representado por las mujeres musulmanas que, por una u otra razón, se empeñan en cubrirse el cabello. Eso es una minucia al lado del descaro y de la belicosidad con la que, una y otra vez, la muy poderosa jerarquía de la Iglesia Católica se inmiscuye en la política española.

En pleno siglo XXI, cuando llevamos ya treinta años de democracia, los obispos españoles se empeñan en dictarnos cómo debe ser nuestra vida sexual y familiar, cómo debemos educar a nuestros hijos, a qué partido hemos de votar y cuál debe ser nuestro modelo de organización territorial (el centralista del Estado nacional-católico, por supuesto). Si el integrismo o fundamentalismo es la conversión de la religión en política (política totalitaria), lo de la Conferencia Episcopal española es comparable a lo de cualquiera de esos movimientos islamistas que tanto denostamos, y con razón, los demócratas occidentales.En esta legislatura, la Conferencia Episcopal no ha cesado de pronunciarse sobre asuntos netamente políticos.

Directamente, a través de sus líderes y portavoces, o indirectamente, a través de la COPE y de sus acólitos en el PP. Aún más, se ha manifestado en las calles en numerosas ocasiones cual si fuera un partido leninista en vísperas de la revolución. Para encontrar en nuestro tiempo una militancia clerical semejante hay que mirar al Irán de los últimos tiempos del Shah, cuando los ayatolás, con Jomeini a la cabeza, lideraban movilizaciones de masas. Pero también podemos encontrarla en la historia española, en el activo y crucial papel de la mayoría de la jerarquía católica en el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, la Guerra Civil y la dictadura franquista. Por cierto, el próximo 1 de julio se cumplirán 70 años de la Carta Pastoral en la que los obispos españoles justificaban el llamado Alzamiento Nacional y lo elevaban al rango de Cruzada, esto es, una yihad católica.

Ahora los obispos están efectuando todo un llamamiento a un nuevo alzamiento contra la implantación el próximo curso escolar de la asignatura Educación para la Ciudadanía. Le niegan al Estado democrático su obligación de informar a nuestros hijos de asuntos como los derechos humanos, la protección del medio ambiente o la tolerancia respecto a los que son diferentes. Afirman que todo lo relacionado con la conciencia es patrimonio exclusivo de ellos. Se pasan por el forro de la sotana las decisiones del Parlamento libremente elegido por los españoles.

Vienen estos lodos de los polvos de laTransición. Algunos (sobre todo los periodistas y políticos que la protagonizaron) la sacralizan abusivamente, pero aquello fue lo que fue: un pacto útil e inteligente, sín duda, pero fruto de una determinada correlación de fuerzas, y ello dejó muchos flecos pendientes. Entre otros, el de la completa separación entre el Estado y la Iglesia Católica. España no es un país verdaderamente laico… y si no, que se lo pregunten a los protestantes, los judíos, los musulmanes, los budistas, los agnósticos y los ateos españoles, que se lo pregunten incluso a los católicos que disienten de la doctrina oficial de la jerarquía. Fue hasta divertido el que hace unos años se intentara montar un lío político y mediático cuando una chavala musulmana se empeñó en ir con el hiyab a un colegio madrileño… que resultó ser de monjas, todas ellas con los cabellos bien cubiertos con tocas, como dios manda.

Es alarmante que la mayoría de los españoles que no comulgamos con el integrismo político de la jerarquía católica no nos hayamos expresado clara y rotundamente a lo largo de esta legislatura. ¿Dónde han estado las manifestaciones a favor del matrimonio homosexual o de la eliminación del carácter obligatorio de la asignatura de Religión? ¿O las marchas de protesta contra la elevación del porcentaje del IRPF destinado a la Iglesia Católica? También en este frente, el Gobierno de Zapatero ha estado solo, muy solo, y quizá por ello se ha visto obligado a ceder en algunos aspectos, como el financiero. ¿Va a ocurrir lo mismo con el pulso por la asignatura Educación para la Ciudadanía? ¿No va a convocarnos nadie un sábado para que nos expresemos libre y pacíficamente por las calles de Madrid? ¿Vamos a seguir siendo la mayoría silenciosa, los únicos que ofrecemos la otra mejilla cuando nos abofetean?

(De "El Plural")