lunes, 10 de diciembre de 2007

A Bermejo, el ministro más ‘rojo’, le encanta cazar perdices, como a su odiada derecha

MADRID.- Cualquiera sabe ya que a estas alturas apenas hay diferencias entre la derecha y la izquierda. Muchas son las iniciativas llevadas a cabo por el PP que se pueden calificar de izquierdas y muchas otras las del PSOE que ni los ‘populares’ se atreverían a lanzar, según elconfidencial.com.

La última prueba es la decisión de José Luis Rodríguez Zapatero de eliminar el Impuesto sobre el Patrimonio si gana las próximas elecciones, algo que ya había anunciado Mariano Rajoy.

Igual que sucede con las ideas o con las políticas, pasa con los políticos. Pese a que de cara a la galería muchos se esfuerzan por aparentar un determinado papel, sus aficiones privadas les dejan al descubierto.

Es lo que le ha sucedido a Mariano Fernández Bermejo, titular de Justicia. Resulta que quizá el ministro que más declaraciones críticas ha hecho contra el PP y sus decisiones, presumiendo de ‘rojo’, tiene unas aficiones que bien podría compartir con Manuel Fraga o Francisco Álvarez Cascos.

Porque a Bermejo se le ha visto vestido de cazador, escopeta en ristre, por el coto de caza de Santo Domingo de Silos acompañado, para más inri, de constructores de la zona. La jornada de caza, finales de agosto o septiembre, acabó dando cuenta en el propio pueblo burgalés de una suculenta comida.

Cuentan testigos que Bermejo, encantado con el empresario de la zona Clemente García, adjudicatario del coto de caza de Silos tras ganar el concurso oficiado por el Ayuntamiento, quería comprar incluso una acción del coto, donde se cazan perdices, codornices, liebres y algún jabalí, como prueba de que había quedado prendado con la experiencia.

Bermejo, el más ‘rojo’ de los ministros de Zapatero, cazado en Silos disfrutando de un día de actividad cinegética... No en vano él suele decir que es “rojo del cuello para abajo”.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Un lector o lectora, cuyo nombre desgraciadamente no puedo precisar, me ha enviado esta nota, un breve comentario a un texto –“El puente de la Inmaculada”- publicado el día 8 en rebelión:

“Eso no es nada

La corporación municipal de Toledo con su alcalde al frente, el socialista Emiliano García-Page acaba de renovar, como todos los años desde 1854 , el voto de acatamiento y defensa del dogma de la Inmaculada Concepción, por sí y en representación de la ciudad, ante la media sonrisa del cardenal Cañizares”.



Lo he corroborado. El alcalde, efectivamente, no es del PP, sino del PSOE. Creo que es su primer mandato. Presupongo, además, que el lector o lectora está bien informado y que no hay ningún error en su nota.

Supongamos, aunque no sea el caso, que haya una fuerte presión ciudadana, que los toledanos y toledanas sean mayoritariamente dogmáticos inmaculados y devotos de los debates lógico-teológicos sobre consistencia e inconsistencias entre pecados originales y atributos de la madre del Dios-Hijo. ¿Queda justificada entonces una actitud tan entreguista, tan confesional, tan eclesiásticamente servil, tan poco razonable? ¿No hay un átomo de coraje cívico en el Ayuntamiento toledano? ¿Conocen algún otro ayuntamiento en el mundo en el que el consistorio se haya declarado a favor de un determinado dogma de fe y no sólo a favor sino a favor de su defensa? ¿Dónde? ¿En algún Estado teocrático?

La media sonrisa del cardenal Cañizares, cuya figura, porte y formas recuerda cada vez más las sonrisas de sus predecesores del 36, cuadra, era esperable, es el nuevo (viejo) nacional-catolicismo, cuyo renacimiento (o remurimiento) es dato innegable, pero que una corporación municipal, parte de un Estado no digo laico pero en principio no confesional, haga no sólo voto de acatamiento sino voto de defensa (¡de defensa! ¿y qué será eso?) de un dogma de fe, es algo que incluso a mi edad, visto lo visto y vivido lo vivido, resulta no sólo sorprendente sino neto y justificado motivo de depresión política.

Conclusión: Antonio Machado, aquel admirable poeta republicano y socialista, tenia razón de nuevo y la España del crucifijo, la pandereta (que es un magnífico instrumento musical sin duda), del todo vale, del neofranquismo cultural y el vivan las barbaridades galopa de nuevo. Para no repetir a Alberti, no digo que haya que enterrarles en el mar. Pero si, pacientemente, superando el aguante del mismo Job, no logramos convencerles, ¿porque no intentamos conseguir de alguna forma que nos dejan un poco tranquilos? ¿Se les ocurre alguna idea razonable y realista?

Es un vivir sin vivir.



PS. Otro comentario, de signo muy distinto, aturde y confirma la peor de las hipótesis. Helo aquí, puliendo un poco su redacción

“La Iglesia Católica es en parte la heredera de la religión greco-romana. Los judíos consideran a la religión católica algo así como la religión greco-romana: Pontifex máximus, Artemis como la Virgen, Zeus como Dios,... Además de determinadas fiestas. Eso si con una patina de judaísmo, con el monoteismo.

La Iglesia Católica pero es una institución que ha sido vital para la defensa de nuestra civilización. En varios momentos ha unificado los componentes de la civilización y señalado el peligro: el las cruzadas promovió la defensa de la civilización frente a los turcos sejuditas, la Reconquista, la batalla de las Navas, en donde se frenó a los almohades,... Pío V organizó la alianza que dio la importantísima victoria de Lepanto y por dos veces alentó a la resistencia en el sitio de Viena. De no haber existido una Iglesia universal no se habría dado la alianza de la civilización y ahora no existirían carreteras ni tan siquiera carros, solo camellos, como el norte de África que no había nada de nada hasta que llegaron los franceses. El norte de África durante el imperio romano y el bizantino era la zona más rica de Mediterráneo, con el Islam pasó a ser la más pobre.”

Anónimo dijo...

El escritor (ignoro su género) del último párrafo peca de una ignoracia supina. La iglesia católica de universal nada, cada vez que había 'elecciones' a papa, había un pequeño cisma, por no hablar del concilio de Trento. Y en cuanto a que fuera la impulsora de la civilización (occidental, presumo) tururú: quién trajo los números (del 1 al 9) de la India? Los comerciantes árabes. Y quién inventó el concepto del 0? Los matemáticos árabes, que además continuaron los estudios de geometría dejados por Euclides y sacaron adelante el álgebra (la raíz al- ya da una idea del origen del término y no, no es del latín).

La iglesia católica es heredera de muchas tradiciones a las que aparentemente le cuesta reconocer como fuentes, léase budismo y taoismo entre otras, la figura de Jesús no es ni mucho menos original.

El imperio bizantino duró un poco más que el romano, pero apenas unos dos siglos más y fue arrollado por los árabes. Eran éstos los que abastecían los mercados europeos de especias, sedas y productos exóticos, de la India, de China y de Japón. Marco Polo no inventó nada.

En el Norte de África tuvieron mala pata al dejarse llevar por fundamentalismos, ya en el siglo XIII. Hasta entonces, tenían una red de transporte que ya hubiera querido Inglaterra para sí. Y tampoco fueron los romanos los que llevaron la civilización a aquella zona, los cartagineses/fenicios, llegaron antes. Sin una red de comunicaciones buena, de dónde iba a sacar Aníbal los elefantes?

Anónimo dijo...

Respecto a Bermejo, mientras cumpla con su obligación y no vaya a cazar cuando haya crisis tipo Prestige como cierto ministro de Fomento del gobierno anterior, creo que nos podemos dar todos por contentos, sea de derechas o de izquierdas...