miércoles, 25 de abril de 2007

Serge Latouche advierte en Barcelona, que el modelo económico actual conduce al desastre

BARCELONA.- El prestigioso economista francés Serge Latouche ha pronunciado una conferencia en la Universidad de Barcelona, en el marco de las jornadas sobre Decrecimiento 'Idees per desfer el creixement i desfer el món', que se celebraron en varios lugares de la ciudad, organizadas por la "Entesa pel decreixement".

La conferencia de Latouche se ha centrado en explicar el sentido de su teoría del decrecimiento, que ha expuesto en numerosos libros y escritos, especialmente en el artículo ‘Por una sociedad en decrecimiento’, publicado en Le Monde Diplomatique en el año 2003. Latouche ha sido reconocido por sus trabajos en antropología económica y ha dirigido su crítica a la ortodoxia en los planteamientos de la teoría económica actual.

Las preguntas clave
En una sala completamente llena, Latouche ha iniciado su intervención citando a Woody Allen, en referencia a las tres preguntas clave para la humanidad formuladas por el cineasta: ¿de dónde venimos? ¿hacia dónde vamos? ¿y qué hay para cenar hoy? Una metáfora con humor, que ha querido hacer suya por introducir una visión extremamente crítica del mundo actual .

Respeto a la primera pregunta ha dicho que venimos de una sociedad en la cual el crecimiento ha dejado de ser una manera de satisfacer necesidades reales para devenir como finalidad en sí mismo, mientras genera necesidades ficticias 'El crecimiento ha devorado la economía y hemos pasado de ser una sociedad con crecimiento a una sociedad de crecimiento' De esta premisa se deriva, según Latouche 'una dictadura del mercado en qué los gobiernos ya no deciden'.

La segunda cuestión ha servido al conferenciante por afirmar con rotundidad - y lo ha hecho varias veces- que vamos hacia la 'catástrofe'. Ha citado, para ilustrarlo, toda una serie de documentos y estudios desde el Club de Roma de los años 70 hasta el informe del panel de científicos sobre el cambio climático, pasando por el informe Stern.

La respuesta a la última pregunta le ha permitido mencionar las dificultades que tiene gran parte de la Humanidad por alimentarse, mientras que una pequeña parte sufre los problemas derivados de un exceso de alimentación como la obesidad y otras enfermedades: 'comemos demasiada carne, demasiadas grasas, demasiadas de todo' - ha subrayado- como un reflejo claro de la pérdida de la medida que comporta la sociedad del crecimiento ilimitado.

Sobre esta última idea, Latouche ha afirmado, de nuevo con humor, que 'hace falta ser loco o quizás economista por creer que el crecimiento puede ser indefinido con un planeta con recursos limitados'.

Por completar esta explicación ha hecho una analogía entre ciertas especies de algas que colonizan los lagos y la incidencia de la economía industrial sobre el planeta en los últimos 200 años. El punto en común entre estos dos procesos es que al inicio son lentos pero, cuando más tiempo pasa, más velocidad adquieren.

Un modelo con tres patas
Según Latouche los fundamentos de la sociedad del crecimiento son la publicidad, la obsolescencia programada [es decir una caducidad programada de los productos de consumo] y el crédito.

Sobre la primera ha dicho que supone 'una polución visual, sonora y espiritual y a bulto de todo un consumo de recursos completamente innecesario para la finalidad que persigue'. Y ha remarcado que 'cada francés recibe 50 kilos de publicidad en papel al año'.

Con respecto al segundo concepto - obsolescencia programada- Latouche ha querido denunciar que si las personas no ceden a la persuasión publicitaria y rehusan cambiar los objetos que tienen 'habrán de convertirse en consumidores forzados puesto que los objetos hoy se fabrican de tal manera que duran poco; cuando se estropean sale más caro repararlos que comprar de nuevo'.

Finalmente se ha referido al crédito como una opción que permite endeudarse, cada vez más, y ha puesto de relieve que muchos economistas saben que esta situación es insostenible pero no dicen nada.

El decrecimiento como eslogan

Ante un cierto desconcierto de parte del público, Serge Latouche ha dicho que el decrecimiento no es ningún concepto. 'Se trata - ha revelado- de un eslogan mediático creado por escandalizar, por crear impacto'. En este sentido ha querido dejar claro que hacer decrecer la economía porque sí, sin objetivo o alternativa, seria tan absurdo como hacerla crecer sin finalidad.

El decrecimiento, para Latouche, es una posibilidad de atreverse a pensar un mundo diferente y, sobre todo, de 'salir de la economía', una expresión utilizada por él desde hace tiempo.

Esta actitud, para la cual hace falta un esfuerzo intelectual, es en cualquier caso 'urgente' puesto que la forma de vida actual y el modelo económico que resulta no son, según Latouche, 'ni sostenibles, ni deseables'. Hace falta pues - ha indicado - un cambio de paradigma para una nueva economía, con un enfoque completamente diferente al actual y con nuevas herramientas de medida, puesto que las tradicionales variables macro económicas no reflejan bien la realidad en toda su complejidad.

En este sentido, ha mostrado la disparidad existente entre un indicador diseñado para valorar el grado de satisfacción de las personas y el crecimiento del PIB entre 1950 y el año 2000 en los Estados Unidos; mientras este último ha ido siempre arriba en medio siglo, el primero, denominado GPI (Genuine Progress Indicator) se mantiene igual, e incluso baja últimamente. Un hecho sin duda contradictorio con la idea bien establecida de que el consumo incrementa sin cesar la satisfacción individual.

Momento para la utopía

Serge Latouche ha dicho que el decrecimiento es una utopía pero que es 'absolutamente necesario' para provocar un cambio que, de no producirse 'nos trae directamente el desastre'.

De alguna manera ha dejado entrever que esta utopía podría hacerse realidad cuando se pusiera en marcha una clase de círculo virtuoso. La llave de este círculo seria el cambio de valores sobre el significado de riqueza, pobreza y bienestar, que comportaría la emergencia de nuevos conceptos y una reestructuración de la economía actual, si bien exigiría 'salir del capitalismo aunque manteniendo el mercado'.

Esto llevaría a relocalizar la producción y, en consecuencia, se frenaría la globalización - que Latouche ha vinculado al incremento exponencial de la impronta ecológica- El consumo de recursos, a su vez, se moderaría y esto, con la reutilización y el reciclaje, como culminación, conduciría de nuevo al inicio - en este caso a retroalimentar los nuevos valores.

Por demostrar la viabilidad de esta utopía, Latouche ha finalizado la conferencia haciendo un ejercicio de traducción del contenido del círculo virtuoso del decrecimiento a un hipotético programa político en Francia, que hubiese defendido - ha subrayado irónicamente- en el supuesto de que se hubiera presentado a las recientes elecciones presidenciales.

En este programa se encontrarían medidas cómo: internalizar las externalidades; hacer pagar el verdadero precio del transporte; fomentar la agricultura biológica y local; aprovechar el aumento de la productividad por reducir el tiempo de trabajo; promover el ahorro energético; establecer una moratoria en la búsqueda científico-técnica y penalizar la publicidad.

Latouche ha dicho que creía en todos los aspectos del programa pero que 'de resultar elegido como presidente, con unas medidas como estas sería asesinado en una semana'.

El economista francés sabe que la sociedad puede ser reacia a muchas medidas y piensa que el decrecimiento como forma de pensar, todavía lo tiene muy difícil por pesar el mundo de las ideas políticas, pero está plenamente convencido de que vale la pena intentarlo.
De "Sostenible"

4 comentarios:

Anónimo dijo...

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), José Salvador Fuentes Zorita, entregó ayer la autorización de la superficie de riego de la Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia a su presidente, Sigifredo Hernández.
De esta forma, el organismo de cuenca reconoce formalmente sus derechos y apoya a los huertanos de Murcia que quieren seguir desarrollando su actividad en una zona que ha sufrido una notable reducción a causa de la presión urbanística.

Este expediente se inició en 1953 y los actuales dirigentes de la CHS lo reanudaron en mayo de 2005, habiéndolo concluido con el objetivo de que los regantes de esta zona de la Huerta de Murcia tengan un reconocimiento formal de sus derechos. El expediente ha contemplado la medición actualizada de la superficie regable neta, que tendrá un total de 7.976 hectáreas. Esto significa que, a pesar de la revisión de sus límites, la superficie de la Huerta de Murcia se reduce en 1.489 hectáreas, lo que representa, aproximadamente, un 16 por ciento de las 9.465 hectáreas que se venían computando hasta ahora. Con esta medida, el organismo de cuenca podrá ejercer un control eficaz de estos regadíos y del volumen de agua que consumen.

La revisión e inscripción en el Registro de Aguas es una acción promovida por la CHS en mayo de 2005 con el objetivo de definir las características reales del aprovechamiento, sobre todo el volumen y la superficie de riego.

Fuentes Zorita transmitió a los miembros de la Junta de Hacendados la garantía de que los huertanos que quieran seguir cultivando sus terrenos van a encontrar en la CHS el reconocimiento legal y el apoyo administrativo, técnico y económico necesario para proteger su actividad.

La inscripción se refiere exclusivamente al aprovechamiento de las aguas circulantes que se captan en acequias y otros cauces de aguas vivas situados en la jurisdicción de la Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia. Sin embargo, los aprovechamientos de aguas en azarbes u otros cauces de aguas muertas que rieguen tierras dentro del perímetro aprobado en esa resolución se seguirán rigiendo por sus títulos anteriores.
De "El Faro"

Anónimo dijo...

Nadie niega que la huerta tradicional de Murcia está siendo engullida por el espectacular crecimiento urbanístico de la capital. Lo que se desconocía con exactitud era el ritmo de desaparición del manto verde que históricamente ha rodeado a la ciudad y la ha impregnado de sus valores paisajísticos, antropológicos, ambientales y también económicos. El Programa Alberca del Ministerio de Medio Ambiente ofreció ayer una aproximación a este agujero de ozono verde: En los últimos diez años han desaparecido unas 1.500 hectáreas de huerta, el equivalente a otros tantos campos de fútbol de grandes dimensiones.

Esta fagocitosis urbanística de nuevas viviendas, viales, infraestructuras y equipamientos sigue creciendo pese a que la Ley del Suelo alude expresamente -en su artículo 65- a la protección de la huerta tradicional.

La Confederación Hidrográfica del Segura culminó ayer un proceso que se inició en el año 1953 para reconocer formalmente los derechos de los huertanos, y que después de un largo paréntesis fue retomado por la Administración hidráulica en el 2005. El presidente del organismo de cuenca José Salvador Fuentes Zorita, entregó la autorización de la nueva superficie de riego al dirigente de la Junta de Hacendados, Sigifredo Hernández. La Confederación apunta que de esta forma «apoya y protege a los huertanos de Murcia que quieren seguir desarrollando su actividad en una zona que ha sufrido una notable reducción a causa de la presión urbanística».

Bajo el ladrillo

La Confederación, a través del Programa Alberca, ha establecido una superficie regable neta de de 7.976 hectáreas, lo que significa que con la revisión de los límites la superficie de la huerta se reduce en 1.489 hectáreas. Esto supone un 16% de las 9.465 hectáreas (de riego neto) que se venían computando hasta ahora, pero que eran irreales.

Con esta medida la Confederación ejercerá un mayor control de los regadíos y de su consumo de agua, que ha quedado establecido en un máximo de 62,5 hectómetros anuales. Al mismo tiempo, estos derechos quedan recogidos en el Registro de Aguas con efectos retroactivos a 1985 y con 75 años de plazo. La inscripción afecta al aprovechamiento de las aguas circulantes que se captan en acequias y cauces de aguas vivas dentro de la jurisdicción de la Junta de Hacendados. El presidente de la Confederación, Fuentes Zorita, señaló ayer que «pocas veces desde los tiempos de Alfonso X se dan pasos como éste para reconocer los derechos de los huertanos». Sobre la expansión urbanística, estima que la pérdida de terreno de huerta es todavía mayor si se toma en consideración que existen otras 4.000 hectáreas que están consolidadas como zonas urbanas y que han ido creciendo a expensas de cientos de tahúllas.

Ahora se ha establecido un perímetro físico de 14.000 hectáreas de huerta, de las que 9.969 corresponden a riego bruto y las 4.000 restantes a núcleos urbanos de pedanías. Asimismo, del total de riego bruto se ha descontado un 20% reconocido como urbanizable. Sobre la superficie neta regable anterior y la establecida ahora, existe una merma de huerta de 1.489 hectáreas.

Fuentes Zorita recuerda que la Ley del Suelo protege la huerta tradicional y sobre esta base carga la responsabilidad en las decisiones políticas «que se están cargando los valores sociales y antropológicos de la huerta de Murcia».
De "La Verdad"

Anónimo dijo...

El presidente de la Junta de Hacendados, Sigifredo Hernández, declaró ayer a La Verdad que las casi 1.500 hectáreas menos de huerta se corresponden principalmente con el crecimiento urbanístico de los últimos 8 ó 10 años. Teme que este proceso continue porque los regantes tradicionales «tienen claro que el urbanismo crece a costa de la huerta».

Valoró positivamente el reconocimiento formal de los derechos de la Junta de Hacendados por parte de la Confederación Hidrográfica, lo cual les permitirá pagar los cánones de las hectáreas reales de riego de acuerdo con el perímetro actual, ya que las mediciones anteriores era antiquísimas.

Reconstruir acequias

El presidente de la Confederación, por otra parte, también se reunió ayer con representantes de la Asociación de Vecinos de La Ñora, de la Asociación Pro Defensa de la Rueda de La Ñora, y de la Junta de Hacendados para analizar, junto con técnicos, la posible participación de la Confederación en un proyecto de reconstrucción de tres acequias en el perímetro de la Noria de La Ñora, con el objetivo de que todas las partes hagan sus aportaciones y se consensúen las obras.
De "La Verdad"

Anónimo dijo...

El artículo 65 de la Ley del Suelo de la Región de Murcia (1/2002 del 24 de abril) incluye la huerta tradicional en la categoría de suelo no urbanizable de protección específica; entendiendo por tales los que estén sujetos aun régimen de protección en razón de sus valores paisajísticos, históricos, arqueológicos, científicos, ambientales o culturales. También tendrán esta clasificación de protección específica aquellos terrenos que el planeamiento urbanístico considere que son incompatibles con el proceso urbanizador atendiendo a sus valores agrícola, forestal o ganadero. Queda por determinar con qué criterios protege la huerta el planeamiento de Murcia.
De "La Verdad"