MURCIA.- La Asociación para la Conservación de la Huerta y el
Patrimonio de Murcia (Huermur) ha conseguido que se declare ilegal por
el Tribunal Superior de Justicia de Murcia, un plan urbanístico muy
discutido que pretendía la urbanización y destrucción de más de 70.000
metros cuadrados de suelos de Huerta, en plena pedanía de Aljucer.
En
concreto el Plan Parcial ZM-Ac1, proyectaba levantar cientos de
viviendas sobre valiosos suelos fértiles de huerta, y destruir tres
cauces de acequias del regadío tradicional, entre los que se encontraba
un importante tramo al natural de la milenaria acequia mayor de Alquibla
o Barreras.
Estas importantes acequias conservan
unos cauces centenarios, ya definidos siglos atrás por estudiosos como
Rafael de Mancha, que en 1836 hizo una descripción de la Huerta y las
acequias donde nos podemos adentrar visitando algunos de estos puntos,
como los meandros de la acequia de Alguazas, en mitad de este plan
parcial en Aljucer.
Huermur señala que esta
urbanización de viviendas, del tamaño de siete campos de futbol, carecía
entre otros importantes requisitos, del necesario y preceptivo informe
de recursos hídricos para su construcción, y que debía haber emitido la
Confederación Hidrográfica del Segura.
Este motivo es por lo que
finalmente, y tras una década de trabajo tanto en vía administrativa en
el Ayuntamiento de Murcia, como judicial ante el TSJ, este plan
urbanístico ha sido declarado ilegal y anulado por la Justicia esta
misma semana.
En el mismo sentido, Huermur critica
la vergonzosa actitud del Ayuntamiento de Murcia, que ha defendido ‘a
capa y espada’ este plan parcial en los tribunales mientras el alcalde
Ballesta, responsable directo de los Servicios Jurídicos del
Consistorio, iba diciendo a los murcianos que el Ayuntamiento y su
Equipo de Gobierno del PP protegen y defienden la Huerta de Murcia y sus
valores culturales y naturales.
Una actitud, remarcan desde Huermur,
que ha quedado en entredicho al ser declarado ilegal el citado plan
urbanístico que tanto defendía la entidad local, y que pretendía devorar
siete hectáreas de nuestra Huerta.
Así lo ha
remarcado el presidente de Huermur, Sergio Pacheco, señalando que
“durante el largo procedimiento judicial en el TSJ hemos tenido que
hacer frente a unos servicios jurídicos municipales que estaban
empeñados en salvar esta aberración de plan urbanístico, mientras
veíamos como el alcalde y el concejal de Urbanismo iban haciéndose fotos
y propaganda con la Semana de la Huerta, las acequias y diciendo que el
Ayuntamiento es el primero en defender la huerta”, añadiendo que
“finalmente ha tenido que venir la justicia a tumbar y declarar ilegal
otro plan urbanístico más, que amenazaba nuestra Huerta y sus valores
históricos, culturales y naturales”.
Por último,
Huermur advierte al Ayuntamiento de Murcia de que no dudará en recurrir
ante la Justicia cualquier actuación urbanística o municipal que se
sospeche que pueda atentar contra la Huerta de Murcia, su medioambiente o
el rico patrimonio histórico, cultural y paisajístico que alberga.
Señalando que junto con este plan ahora anulado en Aljucer son ya varios
los que Huermur ha tumbado ante la justicia por incumplimientos de la
legislación sectorial como agua, medioambiente, patrimonio cultural etc,
basta recordar la Modificación puntual número 100 del PGOU en la
pedanía Sucina y la 87 en el Raal.
Asimismo desde Huermur se señala que
son diversos los procedimientos judiciales en marcha similares al
anulado esta semana, y que esta sentencia del TSJ supone el principio
del fin para el adefesio de PGOU que tiene en vigor Murcia a día de hoy.
Entre
las acequias que pretendía destruir este plan ilegal, se encuentra una
centenaria olmeda que parece ser un imán para la mala suerte. Desde la
aprobación del plan urbanístico por el Ayuntamiento, en pasados veranos
ha sufrido dos graves incendios, así como un intento de tala, que fue
paralizado por activistas de Huermur y vecinos, que alertaron a la
Policía Local de estos hechos, paralizando la destrucción de este
arbolado protegido.
Los olmos están incluidos en el Decreto del
“Catálogo Regional de Flora Silvestre Protegida de la Región de Murcia",
y ya motivaron una primera modificación del plan urbanístico nada más
aprobarse, ya que el Ayuntamiento tuvo que reconocer que la
documentación aprobada no incluía estos olmos, indicando en su lugar que
los terrenos de la zona eran de “matorral/erial”, a pesar de la gran
envergadura de los troncos y la altura de los ejemplares de olmos “ulmus
minor” existentes en la zona.