MADRID.- Los 66 escaños que Pablo Casado obtuvo en el Congreso en las elecciones generales del 28 de abril pusieron en peligro su capacidad para ejercer el liderazgo de la oposición, y el líder popular temió incluso que Albert Rivera llegase a hacerle sombra. Pero ahora, con los gobiernos autonómicos conformados, y tras la investidura de Isabel Díaz Ayuso como presidenta de Madrid, el PP saca
pecho y recuerda que sus siglas gobiernan para la mitad de los
españoles, lo que le garantiza poder hacer una oposición fuerte, si no
en el Congreso, sí a través de sus barones, según relata La Vanguardia.
Tanto es así que el PP ha distribuido a través de las redes
sociales un vídeo en el que exhibe su poderío: “Gobernamos ya para casi
la mitad de los españoles”, y lo cuantifica: los gobiernos
autonómicos presididos por el Partido Popular acabarcan a 21.748.064 ciudadanos, sobre un total de 46.934.632. Es decir, el 46,3% de los españoles.
El vídeo incluye un mapa en el que destaca en azul las
comunidades autónomas con gobiernos del PP, sin aludir en ningún momento
a sus socios de Ciudadanos e incluso de Vox. Casado aparece en el vídeo
abrazándose a los cinco presidentes autonómicos del PP, y el de la
Ciudad Autónoma de Ceuta, uno tras otro, desde Díaz Ayuso a Alberto
Núñez Feijóo. La secuencia se cierra con un hastag #Hay Partido y lo
vamos a ganar.
Esos cinco presidentes autonómicos podrán plantar cara a
Pedro Sánchez, si finalmente forma gobierno, en asuntos importantes,
desde la financiación autonómica hasta la oposición –que ya han iniciado
algunas comunidades autónomas– a la intención del Gobierno central de
poner un peaje blando en las autovías.
El presidente del PP, a pesar de la oposición interna que
tiene entre los barones populares, está empeñado en hacer una política
común, donde no haya grietas y que ofrezca una imagen de unidad. A
través de los presidentes autonómicos, Casado quiere dar a conocer a los
ciudadanos cuáles serían las políticas, sobre todo económicas, que el
PP adoptaría si estuviera en el poder.
Un ejemplo que los presidentes autonómicos populares ya han
insinuado que aplicarán, como oposición a Sánchez, es el de intentar
compensar, desde su poder autonómico, las alzas de impuestos que tiene
ya anunciadas el líder socialista, o que al menos tenía previsto incluir
en los presupuestos pactados con Unidas Podemos y que no vieron la luz,
después de que los independentistas no los apoyaran.
La idea es que por cada punto que se suba un impuesto en el
Estado, las autonomías del PP bajarán la misma cantidad en algunos de
los tributos que son de su competencia, logrando así, y es lo que
intentarán transmitir, que la presión fiscal siga siendo la misma
gracias al PP. O lo que es lo mismo: Casado trasladará a los ciudadanos
la diferencia en la gestión entre el PSOE y el PP, convencido de que los
españoles notarán los beneficios de un futuro gobierno popular, y eso
redunde en un mejor futuro electoral para su candidato.
La oposición del PP a Pedro Sánchez, a través de las
autonomías, no se limitará a la cuestión económica, como ha figurado en
los acuerdos que los populares han firmado con Ciudadanos para gobernar
en las comunidades autónomas, como la de Madrid.
Así, en ese acuerdo se
establece que la Comunidad de Madrid defenderá la unidad de España, la
Constitución y el Estado de las autonomías, y exigirá la utilización de
todos los instrumentos del actual Estado social y democrático de derecho
para “hacer frente al separatismo y a cualquier amenaza contra nuestro
orden constitucional, así como para asegurar la convivencia, la
protección de los derechos de todos los ciudadanos y la neutralidad de
las instituciones y de los espacios públicos, incluida la aplicación del
artículo 155 en caso de que el Govern de la Generalitat de Catalunya
siga sin acatar las leyes y los requerimientos de los órganos judiciales
y constitucionales”.
Aunque la Carta Magna no otorga ningún
papel a las comunidades autónomas a la hora de la aplicación del 155, ya
que es un procedimiento en el que intervienen el Gobierno y el Senado,
donde el PSOE tiene mayoría absoluta, las autonomías pueden realizar una
fuerte presión exigiendo su aplicación si tras la sentencia del procés
hay un resurgir de las posiciones independentistas.
El PP, por esta
vía, no podrá conseguir muchas cosas, pero al menos le hará la vida más
difícil a Pedro Sánchez.
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