jueves, 30 de abril de 2009

Manifiesto del STERM-UMU con motivo del 1º de Mayo

Contra la precariedad y la pobreza
cambiemos el sistema


Reparto de la riqueza y el trabajo
Producir lo necesario socialmente y sostenible ambientalmente


"El primero de mayo debería ser una fecha de celebración y de lucha. De
celebración por las conquistas y mejoras en las condiciones laborales
y vitales de las personas trabajadoras conseguidas hasta ahora. De
lucha por seguir avanzando en ellas.

Pero nos tememos que este año, más que en celebraciones y en posibles
avances, sólo podremos centrarnos en no retroceder más en los derechos
laborales y sociales con esta espiral de despidos, bajadas de salarios
y recortes que estamos padeciendo.

En la Región Murciana, donde todo iba bien según nuestro gobierno
regional, hemos pasado en un solo año, del 9,5% a cerca del 19,5% de
tasa de paro, adelantando al resto del Estado en aumento de
destrucción del empleo.

Mientras, hay quien dice que la crisis viene poco menos que del cielo,
como si no hubiera culpables aquí cerca: La crisis es el propio
sistema económico, social y político.

Los gobiernos estatales, autonómicos y municipales, de los últimos
años, no limitaron las ganancias de los gestores, no controlaron lo
que se hacía con el dinero en los bancos, no limitaron la construcción
a las verdaderas necesidades de vivienda e infraestructuras,
disminuyeron los impuestos a los más ricos, privatizaron los servicios
públicos en vez de asegurar la asistencia social a todas las personas
que la necesitan, no dotaron a los municipios de suelo barato para
viviendas, favoreciendo la subida ilimitada de los precios y la
especulación, no cambiaron el modelo productivo por otro más
sostenible económica y ambientalmente y, aún hoy, se niegan a
nacionalizar bancos y empresas básicas.

Los bancos nos animaron a consumir a crédito, favorecieron precios
abusivos valorando viviendas y suelo muy por encima del valor real,
promovieron fondos de inversión desregulados y que poco tenían que ver
con la producción de bienes y servicios.

Las promotoras proponían gigantescas urbanizaciones, amparadas por los
bancos y los ayuntamientos, muchas veces teñidos de corrupción. Se
favoreció la inversión urbanística, no para vivienda habitual, sino
para especular y vender más tarde a precios mayores, colaborando
también en subirlas de precio y hacerlas más costosas.

No, el paro y la crisis no han venido del cielo. Han venido porque
quienes defendían el libre mercado, consiguieron ser mayoría.
Consiguieron convencernos de que todas las personas podíamos ser
ricas. Pero al final los ricos siguen siendo los mismos y quienes
están pagando más duramente las consecuencias son las capas
desfavorecidas de la sociedad, quienes ya sufrían la precariedad y la
falta de derechos sociales.

Ahora los políticos que están en la oposición utilizan la crisis como
arma electoral. El PSOE, en la práctica, no cuestionó el modelo
económico que impuso el PP y continuó en la misma senda de propaganda
fácil, cuando el paro bajaba, sin avisarnos del precipicio al que
íbamos por basar nuestro crecimiento en el ladrillo y la especulación.
El PP reivindica el mismo modelo económico que nos ha llevado a este
desastre y quiere seguir profundizando en él: bajadas de impuestos,
privatización de servicios públicos, libertad de mercado,
especulación, no intervención del Estado para limitar las ganancias u
orientar las inversiones hacia sectores con mayor futuro? Y anda
empeñado en una reforma laboral que facilite el despido.

Así se sitúa del lado de las empresas que, teniendo beneficios
continuados durante muchos años, sin trasladarlos a sus trabajadores y
trabajadoras, quieren ahora aprovechar la coyuntura para abaratar el
despido y rebajar, aún más, las condiciones de trabajo, amenazando con
el cierre o el traslado a otros territorios. Si ya teníamos
temporalidad, bajos salarios, economía sumergida, accidentes
laborales, ahora quieren que el miedo a quedar sin trabajo disminuya
nuestras exigencias y aumentar más la precariedad, alargar la jornada,
acelerar los ritmos de trabajo? con las consecuencias que ello
supondría para la siniestralidad laboral y las condiciones de vida.

Los bancos ganaron inmensas fortunas que se quedaron en sus arcas y
demandan ahora que los estados los refloten con nuestro dinero, por la
peligrosa situación que supondría para el conjunto de la economía la
quiebra del sistema bancario. Eso sí, sin que luego se pueda controlar
su actividad. Siguen repartiendo beneficios entre sus accionistas y
los directivos, culpables de la desastrosa orientación del crédito y
de las inversiones, siguen con sus desorbitados sueldos y primas, a
pesar de haber arruinado a muchos pequeños inversores y haber
provocado el cierre del crédito para pequeñas empresas y autónomos. Y
encima, cobran un buen porcentaje por la gestión que hacen de los
créditos que está otorgando el ICO (Instituto de Crédito Oficial) para
financiar a las empresas.

La ultraderecha ya está ondeando su discurso racista para culpar a las
personas inmigrantes de todo lo malo que sucede. No importa que
ocuparan los puestos de trabajo que nadie quería, que hicieran posible
el crecimiento económico en la época de las vacas gordas, que hayan
contribuido a mejorar los ingresos de la Seguridad Social. Ahora, con
la inestimable ayuda de quienes, desde el poder político, cuestionan
su presencia y dejan correr la idea de que sobran, se les echa a los
leones, ocultando los análisis serios sobre las causas de la crisis y
sus verdaderos culpables.

Hoy tenemos más razones que nunca para movilizarnos y reafirmar
nuestra convicción de que otro mundo es necesario para el conjunto de
personas que sólo poseen su propio trabajo para ganarse la vida.

Las organizaciones sindicales, sociales y políticas que pretendan un
cambio de rumbo, deben hacer propuestas que, de verdad, caminen hacia
ese mundo con el que soñaron los trabajadores y trabajadoras que, hace
ya muchos años, protagonizaron aquel 1 de mayo que hoy conmemoramos".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué composición más difícil del texto. ¿Será significativo?